Compartimos el último poema de nuestro colaborador Braulio Moreno Muñiz, @BraulioMoreMu. Su sobrino y mano derecha en los últimos días, Alexei, nos comunica que nos ha dejado.
Como homenaje a nuestro camarada y a modo de agradecimiento de todo el equipo de El Común, antes de transmitir ese último poema, Vacío, queríamos compartir con los lectores unas palabras, también como forma de cariñoso abrazo a sus familiares y amigos. Amigos que por cierto eran muchos, pues era frecuente que recibiéramos numerosos mensajes en el periódico comentando sus escritos.
Braulio pertenecía a una legendaria familia del comunismo sevillano y su militancia estuvo durante muchos años en el PCE. En este medio tuvimos el honor de compartir, en el apartado de Opinión, diversos artículos suyos en los que evidenciaba su compromiso con la clase trabajadora. Artículos críticos con el sistema capitalista, de análisis sobre cuestiones sociales como las pensiones, siempre con la inquietud de promover la hegemonía proletaria.
Ese carácter luchador de Braulio se puso a prueba no sólo contra el gigante capitalista, sino además contra una enfermedad que áun no conoce cura como la ELA. Ni el capitalismo ni la enfermedad pudieron con él, porque como el propio Braulio explicó, tenía ELA pero la ELA no le tenía a él. Los comunistas sabemos que esas fuerzas económicas y naturales pueden creer que vencen, por su fuerza bruta, pero sobre nosotros no pasarán.
El mismo entusiasmo y alegría de vivir se contagiaba a través de sus poemas, en los que denunciaba las mentiras del sistema, nos enseñaba a no tener miedo, a tomar partido y no ser indefinidos.
Queremos reseñar también a los lectores y amigos los excelentes relatos de Braulio, en los que reflejaba recuerdos de su lucha, como el emotivo Profundamente gris, en el que revivimos esa sensación que se produce cuando el trabajador se siente unido a otros en las reivindicaciones. Palabras que eran capaces de expresar la fuerza de la clase trabajadora unida como en Estamos cambiando el mundo, o Eso que llaman sol. También recuerdos que mueven a la sonrisa, como El corte de carretera, otros más serios sobre los problemas de la inmigración o su homenaje a los sevillanos fusilados por el franquismo.
Los luchadores y los valientes no se olvidan, por eso Braulio estará siempre en el corazón de su familia y seres queridos, como él escribió en su poema Libertad para soñar: te dirán que eres utópica, pero yo seguiré soñando, así que nos vemos en la luna. Os dejamos ya con su poema:
VACÍO
Pasamos volando,
desde que el cíclope rojo
abre su pupila ardiente,
hasta que el espejo de plata
vuelca sobre nosotros
su luz prestada,
para liberarnos de la oscuridad.
Nuestros pies no pisan la vida,
no patean la realidad.
Como en un sueño,
o como en una mala pesadilla
nos deslizamos sobre
la nada de los días,
sobre la nada de ese tiempo
que ya no nos pertenece,
y no nos duele
porque no sentimos,
porque somos inmunes
a nuestra historia diaria.
Nos han insensibilizado con promesas
de un oro imposible,
nos han engañado
con la sombra de un sueño
fabricado por poderosos.
Mientras tanto,
nos revientan los brazos,
nos revientan las piernas
por el esfuerzo titánico
vertido en un trabajo cuyos frutos
jamás consumiremos.
Porque nos vacían la cabeza
con razones agrias, serias,
y que no entendemos.
Braulio Moreno Muñiz
Bravo