Sí, España participará en la operación Guardianes de la Prosperidad, tal como fue convocada por el maravilloso Ejecutivo de Joe Biden y según era previsible, a pesar de que la ministra de Defensa de España manifestó que no participaría.
Según se ha sabido esta tarde, la operación será finalmente llevada a cabo para «proteger los intereses de la industria». Sin duda deben referirse a la industria de la guerra, lucrativo negocio para el que los gobiernos sumisos a la OTAN parecen poseer todo el dinero que sin embargo no tienen para pensiones, Sanidad o Educación.
No era muy complicado intuir que se trataba de una pirueta política para sostener el disfraz progresista que se supone al PSOE y sus satélites, dado que España ya participa en misiones en la zona, de manera que sólo tendría que modificar los propósitos de la Operación Atalanta, operación militar permanente de lucha contra la piratería en el mar frente al Cuerno de África y el océano Índico occidental, para lo cual le bastaría desplazar efectivos a la zona si se considera que combatirá la piratería en las aguas de Somalia, país vecino de Yemen.
Además, tampoco sería novedoso que España colaborase con Israel en la masacre que este país está cometiendo contra el pueblo palestino. Una fragata española da cobertura y apoyo a los barcos de guerra estadounidenses que en el Mediterráneo Oriental prestan soporte a las fuerzas israelíes.
Una raya más en la piel del tigre, pues el Gobierno más progresista que ha habido, ya ha acatado en muchas ocasiones las órdenes de la OTAN en su necesidad de guerra estructural. Recientemente con el envío de grandes cantidades de dinero y de armas a Ucrania. Incluso de tropas y de personal de adiestramiento para los soldados y mercenarios que batallan en el frente ucraniano contra Rusia.
La trágala que nos preparan ahora será exigir que se someta a votación en el Congreso, como si eso pudiese detener el mandato de la OTAN a su siervo español. Servirá quizás para justificar el papel de sufridos compañeros de Gobierno, que deben soportar carros y carretas del PSOE para poder abordar sus cambios de paradigmas y utilísimas políticas que hacen cosas para la gente.
Enrique Santiago, ex Agenda 2030, así lo propone en su cuenta de X, sin hacer mención de momento a la respuesta más lógica que sería la retirada de la confianza y la salida de un Gobierno que ya no se diferencia en nada de cualquiera de los ejecutivos de Aznar, cuando nos llevaban a la guerra de Irak y nos decían que «ya se notaba un descenso en el precio de la gasolina»; hoy nuestros progresistas nos dicen que tenemos subidas históricas del SMI, mientras Europa se hunde y EEUU trata de vampirizar a su supuesto aliado empobreciendo su industria y pasando la factura de sus guerras a la clase obrera europea.
¿Hasta cuándo un país tan necesitado de Sanidad o de Educación, que mantiene a la mayoría de su población sin acceso digno a una vivienda asequible o padece dificultades para hacer las compras básicas de comida va a estar tragando sapos?
