Alemania en el ojo del huracán

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Juan López Páez

El modelo de la economía alemana está amenazado por un déficit presupuestario público estimado en unos 60.000 millones de euros (unos 65.751 millones de dólares)

Entró en barrena, Alemania está oficialmente en recesión y se espera que haya acabado 2023 con una caída del PIB de alrededor del 0,3%, según una previsión de la Comisión Europea. Se trata de uno de los peores resultados económicos del bloque, dado que la previsión de crecimiento para el conjunto de la Unión Europea en 2023 es del 0,6%.

La matriz económica germana se diferencia del resto de paises de la UE, basada en la industria y el comercio internacional, especializada en la fabricación de productos con un alto grado de valor añadido. Las marcas alemanas de automóviles, así como sus industrias química y farmacéutica, figuran entre las principales del mundo y se han convertido en íconos de su economía, más de la mitad de la economía alemana está orientada a la exportación, y uno de sus principales destinos es China.

Tras la anexión de la RDA, en octubre de 1990 llevaron a cabo una serie de reformas estructurales en el país, que imprimieron un nuevo dinamismo a su economía. Esto hizo que los productos nacionales fueran más competitivos en el mercado internacional, aprovechando el bajo costo de la energía rusa suministrada a sus industrias.

La construcción de una potente industria que acumula enormes superávits comerciales desde hace veinte años se produjo ante todo en detrimento de sus socios europeos, a los que se impuso una política de austeridad y deflación salarial esencial para sostener las ventajas comparativas de una economía exportadora, pero desastroso poder para el desarrollo interno de los países de la Unión. Además, en la construcción del modelo alemán, la relación con Moscú se volvió esencial, ya que la enorme dotación energética de Rusia le permitía impulsar el desarrollo alemán a costos extremadamente ventajosos. El gas ruso llegaba a Alemania a través de gasoductos por territorios polaco y ucraniano. Luego, la relación ruso-alemana se volvió tan esencial que impulsó al gobierno de Berlín a planificar la construcción del Nord Stream. No se trataba simplemente de aumentar la cantidad de gas importado: el fin era evitar Polonia y Ucrania, Alemania intentó salvaguardar las relaciones ruso-alemanas del posible condicionamiento de jurisdicciones políticas de los dos países citados que tendían a ser antirrusas. El proyecto «Nord Stream» se caracterizó por ser un modelo de «desintermediación«, capaz de proteger la relación bilateral entre Berlín y Moscú, protegiéndola de las dinámicas y tensiones geopolíticas dentro del espacio de influencia de la OTAN en el Este europeo. Sintomáticamente, cuando se lanzó el proyecto no se hizo esperar la reacción del ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radek Sikorski que lo definió como el nuevo «Pacto Molotov-Ribbentrop».

El caso polaco, el caballo de Troya.

 En abril de 2006, Polonia entró en la Unión Europea y pronto se convirtió en el agitador del avispero de una entidad estratégica europea simplemente vasalla, cumpliendo las servidumbres de apoyo político y militar (auxilium et consillium) a EEUU, así resulta que la Unión de los 27 es un campo de batalla en el que los estadounidenses entran y salen cuando les place, tienen la voz de Sikorski, la voz de Washington.

La OTAN cuenta con un total de trece bases militares estadounidenses en Polonia, estas se localizan en las ciudades de Redzikowo, Zagan, Skwierzyna, Swietoszow, Drawsko Pomorskie, Boleslawiec, Torun, Bemowo Piskie, Powidz, Poznan, Miroslawiec, Lask y Karliki.

En cuanto a los puestos de la OTAN, se encuentran estacionados en Szczecin, Elblag, Orzysz y Bydgoszcz. La lista se ampliará pronto, dado que ya se lleva a cabo la construcción de dos bases más, en las inmediaciones de las ciudades de Trzebien y Pstraze.

El castigo a Alemania

¿Qué mano negra hubo detrás de los atentados contra los Nordstream?. Alemania además de hacer excelentes negocios con la Federación Rusa —país que soberanamente en plena era unipolar pretende mantener una independencia estratégica y fomentar un modelo multipolar de relaciones económicas y políticas a nivel mundial—, Alemania también había llevado a cabo una lucrativa y prometedora relación industrial y comercial con China: ante la mirada de los estrategas de Washington, la pesadilla vaticinada por el geografo británico Mackinder en el siglo XIX de una Eurasia poderosa, rica, pujante, interconectada por vía  terrestre con Asía, sustancialmente autónoma con moneda propia que a largo plazo también podría emanciparse del poder de EEUU y su flota naval omnipresente en los océanos.

¿Qué pasaría, de hecho, si a largo plazo nuevas inversiones en infraestructura y nuevos sistemas de transporte ferroviario a lo largo de tres ejes diferentes de desarrollo en toda Eurasia se marginarían las rutas marítimas históricamente vigiladas por el poder talasocrático de Washington?, claro estamos hablando de las ramificaciones ferroviarias de la Ruta de la Seda impulsadas por China para conectarse con Europa

EEUU para romper el eje económico ruso-alemán recurre de nuevo a una Europa del Este como víctima geopolítica de pueblos subyugados, estrangulados por el eje Berlín-Moscú, la teoría elaborada por Donald Rumsfeld, secretario de Defensa (1975-77 y 2001-06) y su antigualla conceptual de la “Nueva Europa” y así derrotar el nuevo “Pacto Molotov-Ribbentrop” del siglo XXI

Y aquí entra en acción otro político norteamericano, Zbigniew Brzezinski [1], ex consejero de Seguridad Nacional (1977-1981) de origen polaco cuya hostilidad antirrusa es  inextinguible, en su obra «El gran tablero” menciona 112 veces a Ucrania, su tarea es una estrategia para la contención de Rusia, sin Ucrania el imperio ruso ya no existe

Brzezinski identifica dos tipos generales de Estados en la geopolítica global: “jugadores geoestratégicos activos” y “pivotes geopolíticos”. Define los primeros como Estados que poseen la capacidad y la voluntad de ejercer su poder o influencia más allá de sus fronteras con el propósito de cambiar el equilibrio internacional existente. Los pivotes geopolíticos, por otro lado, son Estados o regiones cuya importancia no se deriva de su poder, sino de su ubicación geográfica y su condición potencialmente vulnerable al comportamiento de los actores geoestratégicos activos. Los pivotes geopolíticos también

pueden definirse como Estados o regiones catalizadoras, en el sentido de que su localización espacial les otorga un papel especial a la hora de definir el acceso a áreas

importantes o de negar recursos a ciertos actores geoestratégicos, tal es el caso de Polonia, Países Bálticos y Ucrania.

Proceso de desindustrialización

Las empresas alemanas recortan sus planes de inversión a medida que se profundiza el pesimismo económico para el año entrante, la encuesta de referencia de diciembre  2023 basada en las respuestas de 5.000 empresas, el Institute Ifo de Múnich dijo que habían «reducido significativamente sus planes de inversión».

Lara Zarges, experta económica del Institutodeclaró que:

“El clima de inversión se ha deteriorado notablemente. Esto es el resultado del aumento de los costes de financiación, la debilidad de la demanda y la incertidumbre en cuanto a la política económica”.

Según informaba Financial Times en agosto 2023, una encuesta empresarial anual, el “Barómetro de Transición Energética” de la Cámara de Comercio e Industria de Alemania (DIHK) indicó que el 32% de las empresas encuestadas favorecían la inversión en el extranjero sobre la expansión nacional, a lo que se añade el fallo del Trbunal Constitucional alemán que dejara al Gobierno con un agujero de 60.000 millones de euros en su presupuesto, complicando la capacidad de Berlín para proporcionar apoyo estatal a las empresas en 2024, el fallo judicial lo obligaría a reducir su Fondo de Estabilización Económica de 200 mil millones de euros con el que ha estado subsidiando los precios de la electricidad y el gas para hogares y empresas.

 Déficit poblacional.

Otro punto débil de la expansión económica alemana, el país experimenta problemas el descenso de la natalidad, con una tasa de fecundidad de 1.607 por mujer en 2022, está por debajo del nivel de reemplazo – una realidad que plantea dudas creíbles sobre su viabilidad a largo plazo como potencia líder.

Históricamente con la reconstrucción tras la IIª GM y su economía en pleno proceso de expansión durante la década de 1960, el estado alemán hizo frente al déficit humano de mano de obra y consumo interno con el modelo del «Gastarbeiter» o trabajadores invitados de otros países del sur mediterráneo.


[1] Brzezinski, Zbigniew. (1998). «El gran tablero mundial: la supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos» Ed. Paidós.

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