EEUU anunció a principios de esta semana la creación de una coalición formada por 10 países con el objetivo de defender militarmente a las naves vinculadas a Israel y que atraviesen el Mar Rojo. La coalición, liderada por la potencia norteamericana estaría compuesta por varios países europeos, incluida España.
El objetivo de esta alianza internacional sería contrarrestar los ataques que fuerzas militares de Yemen están realizando a barcos relacionados con el transporte dirigido a Israel, en respuesta de este país al genocidio que se está produciendo en Gaza.
«La coalición formada por Estados Unidos es para proteger a Israel y militarizar el mar sin ninguna justificación, y no impedirá que Yemen continúe con sus operaciones legítimas en apoyo a Gaza», aseguró el portavoz yemení de esas fuerzas, Mohamed Abdulsalam, en redes sociales. Asimismo, declaró que «Estados Unidos se permitió apoyar a Israel formando una alianza, y también sin alianza. Los pueblos de la región tienen plena legitimidad para apoyar al pueblo palestino. Yemen se ha encargado de defender el derecho palestino y la gran injusticia en Gaza».
La coalición invocada por el gobierno de Joe Biden estaría compuesta por Reino Unido, Francia o Canadá. Los intereses de asegurar el tránsito naval de esta zona no son únicamente militares. El paso por el Mar Rojo evita a los barcos de transporte rodear la costa de África, lo que reduce en miles de kilómetros la travesía gracias al Canal de Suez.
El Ministerio de Defensa de España ha manifestado que no participará unilateralmente en la mencionada alianza, y que sólo lo haría si la OTAN decide implicarse con uno de sus flotas permanentes, en las que participa España, o si la UE modifica los propósitos de la Operación Atalanta, para lo cual sólo tendría que considerar que estaría combatiendo la piratería en las aguas de Somalia, país vecino de Yemen.
La posición del Gobierno español resulta cada vez más lamentable. Queda en evidencia que ni tiene soberanía ni capacidad para sostener una postura medianamente digna.
Pese a que haya negado que vaya a responder a esta especie de llamada a filas de los EEUU, es evidente que, si no activamente, su participación en el nuevo escenario de conflicto es más que probable y que se realizará, si es preciso, en cuanto sea llamado al orden por los responsables de la Alianza Atlántica.
El Gobierno de España, que se tacha de ser el más progresista que ha habido, ya ha acatado en muchas ocasiones las órdenes de la OTAN en su necesidad de guerra estructural. Recientemente con el envío de grandes cantidades de dinero y de armas a Ucrania. Incluso de tropas y de personal de adiestramiento para los soldados y mercenarios que batallan en el frente ucraniano contra Rusia.
Además, tampoco sería novedoso que España se posicionara del lado de Israel en la masacre que este país está cometiendo contra el pueblo palestino. Una fragata española da cobertura y apoyo a los barcos de guerra estadounidenses que en el Mediterráneo Oriental prestan soporte a las fuerzas israelíes.
Cabe preguntarse hasta cuándo los españoles van a dejarse engañar por las mentiras del Gobierno supuestamente progresista. Pues por un lado asegura desear la solución de los dos Estados para un cese del conflicto (genocidio) pero por otro apoya sumisamente los mandatos que se le hacen desde el Ejecutivo del maravilloso Joe Biden.
Y cabe preguntarse, en especial, si un país tan necesitado de Sanidad o de Educación, que mantiene a la mayoría de su población sin acceso digno a una vivienda asequible o padece dificultades para hacer las compras básicas de comida, necesita entrometerse en guerras que no son de su incumbencia (y de dudosísima legitimidad) y dedicar miles de millones a armamento y logística militar, en lugar de dedicarlo a su propio pueblo.
