Un señorito muy rojo

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El pasado 27 de Julio, Óscar Puente, ex alcalde socialista de Valladolid, explicaba en su cuenta de Twitter que un empresario hostelero en Valladolid le había trasladado que le resultaba imposible encontrar personal, urgiéndole soluciones. El ahora concejal, creyéndose muy progre y sin duda siéndolo en el sentido en que calificaba Anguita, aseguró responderle: “La solución es la inmigración, aunque no les guste a los que votas”.  Emitiendo ese supuesto zasca en busca del aplauso sindical –que sin duda lo obtendrá en cuanto a UGT y a CCOO se le cansen las manos de estrechárselas con gusto y reverencia a la patronal, Yolanda Díaz mediante– debió de sentirse muy inteligente. Muy rojo. Muy socialista. Muy antifascista. Un muy resuelto anticapitalista. Un muy suficiente defensor de los derechos del proletariado. Un sujeto que tiene vergüenza, pundonor y lo que hay que tener, como reza mi zarzuela favorita, capaz de adelantar a Marx por la izquierda.

“La solución a la falta de mano de obra en la hostelería es la inmigración, por mucho que no le guste a la gente que votas”, afirma el marxista-leninista y una, más modesta, se pregunta por qué. Lo que tengo oído es que la hostelería es un trabajo esforzado, duro, mal pagado, de pocos descansos y ninguno cuando la gente disfruta de vacaciones y fiestas; de jornadas maratonianas; de mal comer y mal dormir. Ni siquiera la leve modificación de horarios impuesta por la pandemia ha corregido la costumbre española de comer y cenar a las tantas. Costumbre que engulle el descanso y traslada a la madrugada la hora de cierre de las personas hosteleras que malviven a jornada partida. Es decir, no es, precisamente, un trabajo vocacional y sí el de estudiantes y personas generalmente ahogadas por facturas que sueñan con dejarlo cuando la necesidad apriete menos por otro trabajo de mejores horarios y con descansos en los festivos.

Por eso, se podría pensar que muchas más personas estarían dispuestas a trabajar en la hostelería si tuvieran mejores descansos, buenos sueldos, horarios que se cumplen y extras que se pagan religiosa y puntualmente, sin pagos en negro y sin que el empresario rehúse asegurar todas y cada una de las horas de sus empleados/as. Pero no es esta la postura del socialista, rojo y progresista señor Puente, no. El señor Puente cree que la solución es la inmigración. ¿Por qué?

No quisiera yo pensar que lo propone por saber que quien generalmente anda con el agua al cuello traga con trabajos duros, en malas condiciones, con jornadas maratonianas y a cambio de salarios de miseria y precisamente quien se busca la vida en otro país no anda sobrado y acaba aceptando empleos como el descrito. No quisiera yo pensar que a Puente le parece que el orden natural de las cosas es sacar pecho por los buenos datos de empleo al tiempo que se admite con satisfacción que los de diferente acento y otra tez se queden excluidos de las buenas estadísticas. No quisiera yo pensar que un socialista no se atreve a exigirle a un empresario que cumpla con los derechos de sus trabajadores y que se siente más manso proponiéndole un atajo que luego traviste de idea de un progre contra un (supuesto) facha para convencer a los trabajadores/as de que él es “de los suyos”.

Quisiera yo pensar que el rojazo y marxista del señor Puente se habrá dado cuenta ya del tufo xenófobo y clasista de su afirmación y que muy pronto la corregirá. Por lo que a mí respecta, creo que estaría bien que nos expliquen, una vez parado el fascismo, qué hay que votar para parar el antiobrerismo y el clasismo del PSOE. Seguramente Torra y Puigdemont consigan que se vuelvan aún más “progres”, codo con codo con quien dice no saber si es comunista o no y que se ha hecho rodear de nuevas generaciones de jovencísimas filósofas que seguramente le ayuden extraordinariamente a aclararse con la cuestión.

2 COMENTARIOS

  1. «No quisiera yo pensar» —dice Ana Pollán— que la idea del socialista Puente es traer inmigrantes para rellenar las vacantes en trabajos con pésimas condiciones de labor y bajos salarios.
    Ella no lo quiere pensar, pero la muy malvada me clava la espina a mí, que, por no conocerlo, acudo a Wikipedia para recabar información.
    Ahí me entero de que, en un pleno del Ayuntamiento, Puente descalificó a la portavoz de Cs «acusándola» de haber sido empleada de tienda.
    Este «socialista», si se enterara de que un diputado nacional en la Argentina es recolector de basura, le da un infarto (esteee… ¿y si alguien le hiciera llegar el dato?).
    Bueno, pero también tiene sus cosas buenas. Según Wikipedia es Cofrade de la Cofradía del Descendimiento y Santísimo Cristo de la Buena Muerte, y un gran defensor de la Semana Santa.
    O sea, es un hombre piadoso.

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