¿Cuál es su deseo?: jaque mate al movimiento feminista

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En los últimos años vemos como el patriarcado, quiere aplicar al feminismo la misma metodología que ha aplicado al papel que ha representado la mujer en la sociedad.

El tratamiento que se ha dado a la mujer desde los diferentes ámbitos de la sociedad, se basa en la falta de razón y la falta de justicia. Desde la religión hasta la familia pasando por el ordenamiento jurídico, el patriarcado ha convertido una contradicción constante en una costumbre para convencer a las mujeres de cual era su lugar en el mundo.

Las mujeres pueden ser santas y veneradas, incluso madres de dioses, pero no, sacerdotisas. En el ámbito doméstico son las «amas de casa», cuando en la realidad son las esclavas gratuitas que viven para cubrir deseos y necesidades del resto de miembros de su propia familia. En el orden civil, llegan a ser reinas, pero el acceso a puestos intermedios, donde se ejerce el verdadero poder, suele ser inaccesible para ellas. En orden penal, no tuvo derechos como ciudadana hasta hace poco más de 40 años, pero tenía las mismas obligaciones y deberes que los hombres, siendo castigada penalmente exactamente igual que ellos si no cumplía la ley. Toda esta serie de contradicciones, han sido necesarias para que los hombres pudieran dominar y controlar, el cuerpo sexuado y la vida de las mueres.

«El que quiera introducir la pluralidad donde la unidad es necesaria, introduce la injusticia y con ella la desventura» (Arenal, 1869). Esta frase tomo sentido en la realidad actual del feminismo. Es necesario llenar de contradicciones un movimiento donde se puede defender lo mismo y lo contrario, para dar cabida a todo lo que hace que el patriarcado se convierta en un sistema inmutable, firme y goce de una salud excelente.

¿Cuál es su deseo? Yo le encuentro un feminismo que se lo conceda:

¿Desea ser madre/padre y puede pagar por ello? ¿Quiere tener a su disposición una casta de mujeres a las que violar previo pago, cualquier día a cualquier hora, en cualquier lugar? No se preocupe, convertiremos la explotación sexual y reproductiva en una ejercicio de plena libertad de las mujeres. ¿No es mi cuerpo es mío? ¡Si lo dicen ellas! Vamos a dividir el movimiento feminista, convenciendo a un sector del mismo, que la libertad y control del cuerpo de las mujeres pasa por querer convertirlos en objetos mercantilizables. Y así adaptamos la agenda feminista a las prácticas que confieren los cimientos más firmes del patriarcado.

¿Desea ser mujer?

Paul B. Preciado, en una entrevista concedida a Elena Pita (El Mundo, 19-04-2019) afirma: «Porque la diferenciación sexual es una epistemología política como la raza: no son realidades empíricas. El sexismo es una práctica histórica de diferenciación y taxonomía jerárquica entre cuerpos, cuando en realidad lo que existe es una multiplicidad infinita de cuerpos irreductible al sistema binario. Igual que la raza es una invención científica de la modernidad para justificar la colonización, pero lo que hay, naturalmente, son millones de tonos de piel y diferencias, el objetivo de la noción sexual binaria es segmentar la población en dos nichos biológicos de reproducción, estableciendo normativamente la heterosexualidad como núcleo familiar. Pero ese paradigma entra en crisis en los años 40, porque la medicina constata que existen variaciones genéticas, morfológicas y cromosómicas y así nacen la inter y transexualidad, para aplicar operaciones y hormonas y reconducir los cuerpos al binarismo legal.»

Lo que no explica es que entre ese batiburrillo de «multiplicidad infinita de cuerpos», la desigualdad estructural la sufre un cuerpo determinado, el femenino, el que gesta y pare.

¿Qué se pretende con esto?, desvirtuar el fundamento teórico del movimiento feminista. El sujeto político pasa a convertirse en un cajón de sastre donde todo cabe y nada tiene sentido. ¿Cómo lo consiguen?, convirtiendo la herramienta fundamental, utilizada por la teoría feminista para explicar la opresión de las mujeres, en una identidad individual basada en el deseo de querer ser lo que no se es. Y aparentarlo, pero solo por fuera.

Decía una conocida abogada transexual, que estaba harta de justificarse. ¿A quién se lo dice? ¿A las mujeres?…

¿Las mujeres que llevamos toda la vida justificando todos y cada uno de nuestros actos?, ¿Las mujeres que hemos sido consideradas culpables hasta de la violencia que se ha ejercido sobre nosotras? ¿Qué hemos sido consideradas locas por perseguir nuestros sueños, histéricas por defender nuestros derechos…? Bienvenida al mundo femenino, esa es la realidad de nuestro día a día, ¿de que te quejas? Estar justificándonos de forma continuada, es parte de la vida de las mujeres. Es raro para una persona nacida hombre enfrentarse a esa realidad, ¿verdad?

La «multiplicidad infinita de cuerpos» de la que habla Preciado es un nuevo deseo que quiere convertirse en derecho para desmantelar la teoría feminista y con ello darle un golpe mortal al movimiento, en una época que está multiplicando su fuerza social y política. Ya no nos llaman histéricas ni feminazis, estas descalificaciones no han surtido efecto. Ahora somos fascistas, anti sexo, opresoras, privilegiadas, terfas…

Si diluimos el sujeto político del feminismo en múltiples cuerpos diferentes, tendremos que enfrentar problemas diferentes. La fundamentación teórica no puede (ni tiene porqué) dar soluciones a esta pluralidad de cuerpos, ni su agenda tiene que contemplarlos.

Convertir el feminismo en un movimiento que defiende al mismo tiempo el trabajo sexual, la abolición de la prostitución, por ejemplo, daría alas al patriarcado y quitaría todo contenido riguroso, serio y creíble a sus demandas: Fíjate las feministas, defienden a la vez sus derechos de ciudadanas y su propio sometimiento… ¡Mujeres, no saben ni lo que quieren!

Mi feminismo, tu feminismo… Jaque mate.

7 COMENTARIOS

  1. Todas las feministas radicales se quejan, se quejan y se quejan contra el patriarcado. Pero no he visto ninguna que proponga un sistema político alternativo que consiga que se cumplan sus objetivos. Es muy fácil destruir pero es muy difícil construir

    • La única alternativa es que los hombres empiecen a considerar a las mujeres como sus iguales y no objetos de uso y abuso. El feminismo tiene un fundamento teórico donde explica muy bien, como acabar con este sistema de dominación y poder del hombre sobre la mujer. Le aconsejo leer teóricas feministas. Un saludo.

    • El feminismo es un humanitarismo y un racionalismo democratizador. No hay que cambiar ningún sistema político. Con que la democracia y los derechos humanos sin opresión de sexo y discriminación por sexo se cumpla, ya estaría. Es un aprueba y garante de la democracia, además, porque si las mujeres no son iguales que los hombres en derechos y oprtunidades, vaya democracia falsa.

  2. Hola Inma, me ha gustado mucho tu artículo. Solo una recomendación como lingüista que soy. Por favor, repasa los signos de puntuación. Pones comas entre sujeto y predicado y eso es incorrecto y dificulta la lectura. Por favor, intenta mejorar en eso.

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