Un tirano frente a la Historia

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La Historia no la hacen los grandes hombres. Eso lo aprendí yo en los tiempos de estudiante que pasé entre Madrid y Sevilla, cuando descubrí fascinado los debates historiográficos del siglo XX, y cómo la Escuela de Annales revolucionó la ciencia histórica con su enfoque holístico de la Historia frente a las posturas que se apoyaban en el estudio de los acontecimientos y las individualidades. Yo, como joven sectario que era -y aunque llegaba más de medio siglo tarde al debate-, me hice un declarado seguidor de ese planteamiento, y por eso deseché durante años las biografías como algo digno a ser tomado en cuenta por la Historiografía. Tiempo después, calmado ya de ese jacobinismo juvenil, entendí que si bien seguía siendo cierto que la Historia se mueve socialmente, el estudio de las historias de vida seguía siendo necesario, pues hay personas que influyen en el devenir histórico. ¡Y fíjense si cambié de opinión que el primer libro que publiqué resultó ser justamente una biografía!

En mi cambio de parecer sobre las biografías tuvo mucho que ver el conocer a Mario Amorós, al que descubrí cuando ultimaba mi memoria de máster sobre las protestas nacionales chilenas de los ochenta. A mis manos llegó, casi por casualidad, su libro Después de la lluvia. Chile, la memoria herida, que recopilaba 86 testimonios desgarradores sobre la represión chilena desde aquel fatídico 11 de septiembre de 1973 en que Pinochet sumió al país en la oscuridad de la salvaje dictadura militar. Con su lectura, ahondé en la necesidad del estudio de las historias individuales, pues aprendí que estas forman parte de un todo social que es lo que mueve finalmente los hilos de la Historia con mayúsculas. Años después, Amorós pareció cogerle el gusto a las biografías, publicando las monografías sobre Salvador Allende, Miguel Enríquez o Pablo Neruda, que lo consagraron, junto a sus otros trabajos, como uno de los más brillantes investigadores en la Historia del Tiempo Presente chileno y también en el género de la biografía, del que se ha convertido ya en todo un referente.

Su última y apasionante obra sigue el camino ya iniciado, y pone en el candelero al tirano que sobrevuela gran parte de toda una vida de tarea investigadora. Esto surge además en un momento muy oportuno, en el que el auge de la reacción en Europa y América está despertando fantasmas del pasado, ya que lo que Amorós ha publicado es una monumental biografía militar y política sobre Augusto Pinochet. El trabajo viene justificado al ser evidente un gran vacío historiográfico en los estudios sobre el personaje, pues apenas existía una poco elaborada hagiografía sobre el general hasta la llegada de este nuevo libro. Así, Amorós, cubre con una vasta, sobresaliente y –ante todo- muy elaborada investigación un hueco que se hacía urgente cubrir para conocer más sobre una de las figuras contemporáneas que ha levantado más pasiones, tanto en Chile como en el resto del mundo.

Con la solvencia de un historiador y la claridad expresiva de un periodista, Amorós nos presenta un voluminoso trabajo de más de 800 páginas en las que desnuda la figura de Pinochet desde su infancia en Valparaíso hasta su muerte como militar sin honor tras los procesos judiciales que le tocaron afrontar. Basándose en abundante documentación inédita (entre la que notablemente se destaca el uso de archivos militares), Amorós recorre la vida del tirano en sus primeros años como hijo de un empleado de aduanas que llegará a la escuela militar por influencia materna tras sus fracasos como estudiante. Su carrera militar y su ascenso social, su papel en el golpe de 1973, la cruel dictadura que encabezó y las nuevas medidas económicas neoliberales que se implementaron en Chile, la protesta social de los ochenta, su salida de la presidencia tras el plebiscito, su elección como senador vitalicio, y su caída tras los procesos judiciales que lo señalaron como un criminal hasta su muerte, son narrados con la maestría singular que caracteriza a Amorós, quien todo lo ilustra haciendo referencia a importantes documentos que se adentran hasta en las reuniones secretas de la cúpula del régimen militar.

En definitiva, con su biografía sobre Pinochet, Mario Amorós ha vuelto a superarse a sí mismo poniendo en jaque una figura que lamentablemente vuelve a ser reivindicada por el reaccionarismo chileno que continúa creyendo la leyenda del hombre que salvó a su país del comunismo y que encabezó una respuesta por clamor popular ante el autogolpe que preparaba el gobierno de la Unidad Popular. Frente a esos mitos, Mario Amorós vuelve a presentar pruebas de lo contrario, haciendo un esfuerzo extraordinario por arrojar luz a los episodios más oscuros de la vida de un tirano que tiene, por derecho propio un lugar reservado entre los criminales más brutales que conoció el siglo XX.

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