Frenemos los peajes del Gobierno

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La noticia ha caído como una bomba en las últimas horas: Tendremos que pagar para hacer uso de las autovías. Posiblemente desde el Gobierno estaban esperado a ver cómo se desarrollaban las elecciones madrileñas para filtrar la propuesta, que esta vez, no parece que vaya a ser un globo sonda para tantear a los votantes como cuando se les «escapó» hace unos días lo de que se iba a eliminar la tributación conjunta. Pero ahora van en serio. Y nos dicen que para salir de esta hay que apretarse el cinturón, aunque cómo no, estos cinturones vayan a ser, como es buena costumbre, los de las clases trabajadoras de este país.

Porque vuelven los hombres de negro y Europa no va a soltar dinero si no asumimos nuestro papel de colonia. Y total, ¿Para qué luchar si al final van a ganar los de siempre, no? Y por eso las medidas de ajuste las lanzamos nosotros mismos, desde el ejecutivo que se autodeclara más a la izquierda de Europa, pero que agacha la cabeza con una docilidad que sorprende, y que adelanta por la derecha al mismísimo primer ministro italiano, Mario Draghi. Porque este será banquero pero no tonto, y conoce bien las consecuencias que tendría que la crisis la vuelvan a pagar sólo los de abajo.

Pero este Gobierno ha decidido empezar a sacar el dinero precisamente de ahí, subiendo tasas a pasajeros de avión, o estableciendo el copago en las carreteras. Parece que la excusa que preparan los responsables de prensa para el argumentario podría ser que hay que apostar por la fiscalidad verde, que hay que salvar al planeta y eso, aunque en realidad los ricos podrán seguir contaminando tan ricamente porque ellos sí podrán pagarlo.

Pero no se engañen, que esto no va de ecologismo, sino de que la crisis la paguemos los trabajadores y las trabajadoras, y por eso mismo, a la vez que anuncian el establecimiento de peajes en las autovías se promete a las multinacionales de la comunicación una bajada de impuestos. Porque esto al final es lucha de clases, aunque no lo sepas ni se diga, y el Gobierno Socialista, para no perder la tradición, ha decidido cambiar de bando otra vez.

Toca ver que hará Unidas Podemos frente a esta traición. Porque de momento parece rechazarlo -dice que afecta a las clases medias, porque eso de clase trabajadora suena antiguo-, aunque habrá que esperar a saber hasta dónde están dispuestos a llegar para frenarlo. Mientras tanto, no estaría de más organizarse y parar esta medida que, de aprobarse, mucho me temo que no será más que el principio de toda una serie de otras que acabarán hundiendo, todavía más, las condiciones de vida de una clase TRABAJADORA que todavía sigue padeciendo las consecuencias de la última crisis. Una clase que es mayoría, y que de ser traicionada otra vez por la izquierda desclasada, podría tomar caminos peligrosos en la búsqueda de la esperanza perdida.

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