Feminismo impostor

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El feminismo ha tenido una gran presencia en los últimos años. Se puede llegar al feminismo sin saber muy bien qué es. Hay quien dice que el feminismo es cuidar, otros que el feminismo es luchar por la igualdad, otras que el feminismo es acabar con todos los problemas del mundo…

Yo me enteré de lo que era el feminismo después de mi experiencia en el parto de mi primera hija. A ella y a mí nos destrozaron la vida de tal manera que me pregunté “¿qué ha pasado?”. De esa pregunta nació mi primer libro, “Nace una mamá resiliente, ¿qué pasa cuando tu hijo o hija tiene discapacidad?”. Ahí supe que habíamos sufrido violencia obstétrica, que es un tipo de violencia machista institucionalizada en el sistema sanitario, en nuestro caso fue un abandono tras el parto inmediato: mientras mi hija sufría una parada cardíaca y yo preguntaba si le pasa algo, la matrona me dijo, sin levantarse de su silla, que no sucedía nada y que dejara de molestar, a grandes rasgos.

Como dice mi amiga y abogada Francisca Fernández Guillén, lo que ocurre en el paritorio es una representación de lo que nos ocurre a las mujeres en general: somos violentadas, no nos creen y tenemos que asumir las consecuencias de la violencia ejercida sobre nosotras y nuestras crías sin apenas ayuda ni reconocimiento del daño sufrido.

Mi acercamiento al feminismo fue forzoso. Pero muchas personas no van a pasar por esto, algo de lo que me alegro. Sin embargo, creo que hay que hacerse algunas preguntas clave para no confundir el feminismo con el feminismo impostor.

¿Por qué existe la violencia contra las mujeres? Hay quien cree que a las mujeres se nos violenta por que sí, porque algo habremos hecho, por casualidad o porque perdimos una apuesta en el pasado. Otras personas directamente niegan que exista esa violencia contra nosotras, pese a los abrumadores datos de feminicidios y violaciones, que es la máxima expresión de la violencia machista.

Desde hace tres siglos las mujeres se han hecho esta misma pregunta. ¿Cuál es el origen de esta violencia? ¿Para qué se nos violenta? ¿Qué gana el sistema ejerciendo violencia contra las mujeres? La clave está en un hecho fisiológico: las mujeres somos las que tenemos la capacidad de parir. Controlando a las mujeres, se controla la natalidad. En algún momento del origen de nuestra civilización, los hombres se dieron cuenta de que las mujeres podían intercambiarse para crear lazos con otras tribus y vincularse a través de las criaturas. Las guerras entre pueblos hicieron que las mujeres fuéramos consideradas un botín del que sacar provecho. A los hombres del pueblo perdedor se les asesinaba, a las mujeres jóvenes se las secuestraba y se las llevaban a la nueva tribu (todavía esto se sigue haciendo en las guerras).

Esta es la clave: la opresión implica sacar provecho de la clase oprimida.

El feminismo nace cuando las mujeres concluyeron que no serían tenidas en cuenta para la vida pública: para hacer política, para la educación, para trabajar… Y que se las empujaba a la función de ser madres, cuidadoras del hogar, esclavas sexuales y perpetuadoras del sistema que les oprime a través del adoctrinamiento machista. Todavía hay muchas partes del mundo donde la mujer no puede decidir sobre su propia maternidad, o sobre sus criaturas. Es condenada si aborta, incluso en casos espontáneos. El derecho al aborto siempre pende de un hilo, incluso en países desarrollados.

El movimiento feminista, consciente de la opresión, es el que lucha por nuestros derechos reproductivos. Por la abolición de la prostitución y los vientres de alquiler. Por erradicar la pornografía, como escuela de violencia sexual que enseña modelos de dominación para ellos y sumisión para ellas en la conducta sexual. El feminismo fomenta la coeducación para erradicar los roles sexistas. El feminismo acogió el término “género” que se refiere al sistema de opresión, a los roles impuestos a hombres y mujeres y que establecen una jerarquía entre los sexos, ellos sobre ellas. El feminismo tiene como fin abolir el género.

El feminismo impostor se abre paso con lemas alineados con el patriarcado y el capitalismo. Está a favor de la continuidad de la explotación reproductiva y sexual de las mujeres. Por eso el feminismo impostor dice que la prostitución es “trabajo sexual” o que los vientres de alquiler “son un acto de altruismo y solidaridad”. El feminismo impostor es el que ha sustituido la coeducación por “diversidad”. El feminismo impostor es el que dice que la pornografía es libertad de expresión o que la hipersexualización de niñas y mujeres es empoderamiento. El feminismo impostor es el que ha cambiado el sentido del concepto “género”, que ha pasado de definir el sistema de opresión de las mujeres a una identidad donde, como no, los hombres tienen protagonismo. El feminismo impostor apela al individualismo a través del mantra “si ellas quieren, ¿por qué no?”, ignorando los factores económicos y sociales que lleva a una mujer a caer en el sistema prostituyente o a vender a una criatura, un óvulo, leche materna…

El feminismo impostor solo tiene un fin: desacreditar y desmovilizar a las personas a favor del feminismo, una lucha necesaria y justa para liberar a las mujeres de todo el planeta del sistema opresor machista y capitalista que se nutre de nuestras vidas, literalmente. 

¡Feliz año feminista!

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