Pueden intentar tapar el sol con un dedo pero es palpable que la inmensa mayoría de la sociedad se solidariza con el pueblo palestino y siente repulsión por los horribles crímenes que se están produciendo y que muchas voces califican ya sin rodeos de auténtico genocidio. Además de las multitudinarias manifestaciones que han recorrido las avenidas de numerosas ciudades europeas en rechazo a las masacres en esta pasada semana, a partir del fin de semana han sido las aficiones de los estadios de fútbol los escenarios donde se han representado estas verdaderas oleadas de expresión popular.
De ese modo, diversos estadios de la Liga nacional se llenaron de banderas palestinas este fin de semana a pesar de que las fuerzas de seguridad habían advertido de que prohibiría y retiraría cualquier símbolo relativo a Gaza. Igualmente, en las competiciones internacionales que disputaron encuentros entre semana, pese a la prohibición de la UEFA, se mostraron pancartas y banderas solidarias. Cabe destacar en este aspecto a la afición del Celtic de Glasgow, que en su partido correspondiente a la Champions League convirtió el Celtic Park en una apabullante y masiva banderada de apoyo a Palestina.
Resulta significativo que pese a la intensiva campaña mediática que en todas las televisiones, radios y prensa procura por todos los medios equiparar la brutal respuesta de Israel a las acciones palestinas (como si estas además se hubieran iniciado en este mes de octubre y no arrastraran décadas de infamias), la gente normal de la calle tiene en su mayoría clara su opinión al respecto. Y teniendo en cuenta además que los gobiernos e instituciones occidentales, por muchos pañuelos que luzcan y declaraciones en llamada a la paz que hagan, son parte necesaria de esta escalada de violencia que ha terminado con los bárbaros bombardeos indiscriminados que estamos viviendo a civiles desprotegidos y encerrados.
Es probable que una buena parte del peso que influye en esa opinión popular provenga de la facilidad con que las redes sociales pueden hoy día compartir y multiplicar contenidos gráficos, que son los que más fácilmente impactan, y que nos están mostrando imágenes de escenas que nos costará olvidar por su tremenda crudeza. Pero también debemos pensar que, incluso existiendo esa gigantesca capacidad de los medios de masas por manipular la opinión pública, cada vez son más las personas que adquieren capacidad crítica y son capaces de discernir los engaños y las artimañas que los organismos oficiales perpetran para justificar sus guerras y violencias, y además que la capacidad diplomática de la llamada «comunidad internacional» es en realidad el entorno de los países poderosos de las alianzas económicas occidentales y que por eso parece tan laxa y tan inoperante en este contexto.
