La pasada semana el tribunal Constitucional aceptó a trámite un recurso contra la llamada «Ley Uber» de Isabel Díaz Ayuso, en la que la presidenta de la Comunidad de Madrid básicamente ha legislado a medida de Uber, Bolt o Cabify vulnerando competencias tanto estatales como municipales.
Es decir que el gobierno del PP de la Comunidad de Madrid ha utilizado las instituciones de todas y de todos para beneficiar los intereses de unos pocos, en este caso de estas empresas de transporte, perjudicando a los miles de taxistas y de usuarios del servicio en la capital así como al resto de ciudadanos en cuestiones de movilidad, sostenibilidad e incluso de salud en cuanto a las emisiones de los más de 9000 vehículos VTC que desde el gobierno de Ayuso ha permitido que sigan circulando por la región sin ningún tipo de control.
Un procedimiento que se ha perpetrado para esquivar nada más y nada menos que un Real Decreto redactado por el PSOE en 2018 (Decreto Ábalos) como dique de contención ante la gravísima situación en la que en ese momento se encontraban la mayoría de nuestras ciudades, en las que por culpa de un sinfín de chapuzas (muchas seguramente movidas por intereses) de los diferentes gobiernos tanto del PP como el PSOE la situación de la movilidad, como indicaba, se ha vuelto insostenible, con miles de estos vehículos VTC circulando de manera ilegal con el perjuicio que ello conlleva para el resto de actores de esta movilidad, cada día más amplia por las nuevas modalidades y que por lo que se ve, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso en lugar de trabajar para que haya una convivencia entre todos los servicios, se pliega a los interés de un par de multinacionales que llevan años salpicadas por escándalos de corrupción, explotación de trabajadores, evasión fiscal o campañas de manipulación de los medios, como hace poco se filtró en los Uber Files.
Para que os hagáis una idea, en la Comunidad de Madrid de 9000 vehículos VTC que hay en este momento gracias a los chanchullos de Ayuso, legalmente deberían de haber quedado unos 500, ajustándose a la ley estatal del PSOE.
Es por ello que, el 13 de septiembre, después de un intenso y concienzudo trabajo en colaboración con Antaxi, la organización mayoritaria del sector a nivel nacional y de la mano de Unidas Podemos, por parte de Taxi Project, la organización a la que represento, presentamos este recurso de inconstitucionalidad contra la «Ley Uber de Ayuso» gracias al apoyo de los partidos de ERC, Junts, Más País, Bildu, Compromís o la CUP.
Un trabajo del que personalmente, como un representante que lleva relativamente poco tiempo en el cargo, sigo aprendiendo de todos y cada uno de mis compañeros y compañeras de la asociación y sobre todo en gran medida de nuestro portavoz Tito Álvarez, que en ocasiones es como un hermano mayor para mí, sobre todo a la hora de hacerme pensar con la cabeza, analizar la situación y determinar una estrategia, ya que después de ciertas situaciones, soy más de calentarme mucho y menos de pararme a reflexionar.
Todavía sigo aprendiendo.
Y prueba de ello es la contención que estoy teniendo en este momento, a la hora de escribir estas líneas porque si os habéis fijado en lo que he explicado anteriormente, hemos estado durante meses trabajando para hacer valer unas competencias estatales y un Decreto, el como decía, llamado «Decreto Ábalos» redactado por el gobierno del PSOE, para que luego el mismo PSOE no haya considerado apoyar nuestro recurso contra la vulneración por parte del gobierno de Ayuso de este mismo Decreto.
Pero es que es peor, porque aparte de que el PSOE se ha desentendido de defender sus propias competencias ante Isabel Díaz Ayuso, lo intenta justificar como que no es algo importante, porque según el PSOE la guerra de verdad no está en los despachos o en los tribunales o en la aplicación de la ley como es el caso, según ellos, la guerra está en ganar al usuario.
(Poco han cogido estos del PSOE un taxi para insultar de este modo la gran labor y el esfuerzo diario de los miles de profesionales que tenemos en el sector del taxi…)
¿Cómo vais a pretender que ganemos a la opinión pública si somos parte afectada del conflicto? ¿Qué credibilidad vamos a tener si no es con nuestro trabajo, un trabajo que por lo que se ve os empeñáis en denostar para intentar justificaros?
Es que flipe en colores cuando oí esto de los usuarios. El PSOE me está intentando justificar que no nos apoyan, que no apoyan al sector del taxi con el mismo discurso que utiliza Isabel Díaz Ayuso para manipular a la opinión pública y ponerla en nuestra contra.
Tenemos decenas de reclamaciones algunas incluso en trámite contra Uber y Cabify por vulnerar los derechos de los usuarios sin que nadie del PSOE se haya preocupado por hacer nada.
¿Quién tiene que ganar qué guerra?
Y por otra parte, ¿De qué manera podemos vencer con el relato de la necesidad de establecer unas normas que diferencien los dos sectores como, por ejemplo, en Catalunya, si tenemos a una presidenta como Ayuso que tiene la indecencia mentir asegurando que estos 9000 vehículos VTC de empresas evasoras y explotadoras circulando ilegalmente, sin normas y contaminando las 24 horas durante 7 días a la semana va a ser un beneficio para el usuario?
¿Cómo podemos contrarrestar el argumento de que sometiendo un servicio público a las imposiciones de dos multinacionales con intereses de bancos y fondos buitres y envueltas en decenas de problemas van ayudar a modernizar al sector, matando a las pequeñas cooperativas y acabando con el trabajador autónomo?
Estoy harto de que me tachen de todo por criticar la pantomima que tenéis montada en el PSOE, que hasta vuestras chapuzas están haciendo que votantes tradicionalmente de izquierdas salten a Vox engañados por vuestras políticas creyendo que son de izquierdas.
Bueno por lo menos ya sabemos del lado que está el PSOE, y no solo en el gobierno, sino también en la Comunidad de Madrid, en la que también se ha puesto de perfil a la hora de apoyar al taxi.
A lo mejor tiene algo que ver que la presidenta de la CNMC y aparte de abogada de Uber, haya sido asesora de Pedro Sánchez….
Nos vemos en las autonómicas entonces.
Estoy muy cansado de que os agarréis al legado que dejaron personas con verdaderos valores socialistas de verdad como mis abuelos, tíos, vecinos, (sí, los que criticamos también lo hacemos con conocimiento, a ver si ahora el PSOE lo habéis inventado vosotros) gente que se la jugó de verdad en otros tiempos para mantener vuestra base de votantes de izquierdas de hoy, o incluso muchos de esos votantes y militantes que siguen luchando desde la izquierda mientras vosotros, desde lo alto con vuestras acciones, tiráis su trabajo por tierra («Con Rivera no»).
Porque muchos de vosotros que representáis las siglas del PSOE no sois de izquierdas, simplemente es un disfraz que os permite servir al poder sin parecer de derechas y perder votantes.
Sí algo he aprendido sentándome a negociar con vosotros es que sois decepción tras decepción.
Como la decepción de no tener una ley de vivienda, o de no derogar la ley mordaza o de que el tope de gas lo paguemos los mismos idiotas siempre. La decepción de sufrir como siempre os ponéis del lado del poder en lugar del lado del obrero.
