El Sol de la Europa del siglo XXI

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A mediados de la pasada semana me enteré de que, ahora que se plantea el fin de las convocatorias extraordinarias de junio y septiembre, el gobierno ha dejado pendientes este verano los deberes que le había puesto un examinador implacable. Resulta que Volodímir Zelenski, el payaso que han puesto a dirigir a los batallones nazis de Ucrania, se ha quejado del armamento que nuestro país le había enviado para que pudiera resistir a Putin y seguir martirizando a la población rusoparlante del país que gobierna. Por supuesto la ministra de defensa, como corresponde a un gobierno soberano y digno, cuyo mayor deseo es complacer a Zelenski, el Compasivo, el Magnánimo, se ha arrastrado a sus pies, ha lamentado no ser tan eficiente como el Altísimo Volodímir merece, y le ha prometido reparar a la mayor brevedad posible el vergonzante error enviándole tanques y otras armas buenas, bonitas y no baratas, sino gratis. Esperemos que así el señor Zelenski pueda ser feliz y continuar enviando a sus batallones nazis a matar gente por raza o ideología. Todo honor y toda gloria al Ucraniano Omnipotente por los siglos de los siglos, amén.

Lo malo es que esas armas las estamos pagando los europeos con nuestros impuestos mientras vamos a sufrir encarecimiento de la electricidad, puede que escasez de materias primas y la UE habla de recortarnos las pensiones. De modo que entérese, el señor Zelenski, el Justo, el Benevolente, le ha suspendido A USTED. No está USTED, en su inconmensurable orgullo y su insondable ignorancia, haciendo lo suficiente por los mozos de las esvásticas y la limpieza étnica. El hombre, ¡qué digo hombre!, el ser de luz que se ha erigido en Sol de Europa, el de las fotos en camiseta militar a muchos kilómetros del frente, está descontento. Por tanto, quizá sería bueno que los europeos nos aplicáramos en hacer los deberes que el payaso convertido en presidente nos exige en su infinita bondad y sabiduría, ya que, por alguna extraña razón, los líderes del continente han decidido que es importantísimo para nosotros que los simpáticos chavalotes del Batallón de Azov puedan seguir amenazando y quemando viva a la gente. ¡Cómo vamos a oponernos los simples mortales al César del siglo XXI!

Hasta ahora hemos sufrido problemas energéticos, recortado la ayuda al tercer mundo, consentido al Dueño y Señor de Europa que convierta Eurovisión en un mitin de sus muchachos, tragado que entre y hable aunque sea en videoconferencias en nuestros parlamentos —algo que no ha ocurrido, que este villano recuerde, ni con mandatarios de países en los cuales teníamos tropas sobre el terreno—, aguantado que traiga a parlamentar por él a un nazi de Azov en el caso de Grecia, permitido a Zelenski y su tropa dictar normas sobre seguridad interna a nuestros países, asumido que ministros suyos decidan qué partidos e ideologías deben ser legales en países de la UE, y no es suficiente. Esto no ha sido grato al corazón del Dios y Guía de la Europa actual. Ni siquiera el hecho de que anunciáramos en nuestros medios cómo los neonazis locales podían enrolarse en el ejército ucraniano en ayuda de sus colegas de Azov ha logrado complacer al Amo y Señor Zelenski. Por tanto, he aquí una aportación personal. Se trata de una serie de ideas de este Villano de Madrid sobre acciones que podríamos probar a poner en práctica, con la esperanza de que esto complazca al Clemente, al Misericordioso Volodímir:

—Disolver los parlamentos y leyes europeos y declararlo formalmente Emperador, Sumo Pontífice y Serenísima Majestad del continente.

—Reconstruir el Coloso de Rodas, pero esta vez no a imagen del dios Helios, sino de Volodímir Zelensky, Señor de Europa por la Gracia de Dios.

—Instaurar en los colegios de la UE la obligación para nuestros niños de recitar tres veces al día un juramento de fidelidad a Ucrania y a Zelenski, el Sol de Europa, y de aprenderse el himno nacional del país eslavo.

—Deberemos levantar una estatua de no menos de seis metros de alto al Divino Volodímir Zelenski en la plaza principal de cada capital europea con la inscripción en su pedestal Luz y Gloria de Europa por los siglos de los siglos.

—Las mujeres casadas de toda Europa procederán a bordar su efigie en una inmensa bandera que deberá ser izada en el parlamento de la UE en Bruselas.

Zelenski decidirá cuántas veces al día podemos comer en cada casa para poder dedicar el resto del presupuesto familiar de cada hogar europeo a sus guerras.

—Deberemos procurarle cada noche una joven europea de su elección —o un efebo, que nunca se saben las preferencias de la gente hasta que los interesados las especifican— para que satisfaga todos sus deseos. En caso de resistirse, Zelenski tendrá derecho a castigar al elegido colgándolo de los pulgares de un árbol y dándole de latigazos. A fin de cuentas, su gente ya hace esto con gitanos y otras personas en su tierra.

—Los europeos deberemos poner nuestros domicilios a su disposición y permitirle todo: comer de la nevera, poner los pies encima de la mesa, abrir habitaciones sin preguntar, llevarse tupperwares… Esto también lo ha hecho ya el divino Zelenski cuando ha abusado, con la aquiescencia de los gobiernos europeos, de la confianza de todos los parlamentos democráticos donde se le ha permitido hablar: ha exigido determinadas actuaciones a ciudadanos y entidades locales o represalias sobre los mismos a los gobernantes que lo acogían, ha llevado a nazis a dichas sedes a pontificar, ha afeado el comportamiento de las naciones que lo socorrían, les ha reprochado su insuficiente compromiso y un larguísimo etcétera.

—Se organizarán luchas a muerte de personas racializadas en su honor. Si el Bondadosísimo y Sapientísimo así lo decide, estas luchas adoptarán el formato de naumaquias, recreando la fastuosa historia de las operaciones de la armada ucraniana en el Mar Negro. Los vencedores de estos eventos pasarán a tener el inmenso honor de arrodillarse a los pies del Excelso Volodímir como sus esclavos personales.

—Ofreceremos sacrificios de los mejores y más bellos jóvenes europeos de ambos sexos en su honor, y lo bañaremos en su sangre para mantenerlo inmortal e inmune al envejecimiento.

—Se torturará ante sus ojos a las personas y entidades que el Supremo Benefactor ha señalado en cada una de sus comparecencias en parlamentos europeos.

Quizás todo esto le parezca a usted duro, pero puede que sea necesario si de lo que se trata es del supremo bien de la benevolencia y gratitud de nuestro nuevo Amo y Señor, el cuál justifica todas la penurias y sacrificios que sean necesarios para obtenerlo. De momento nos han complicado la vida de maneras inimaginables hace solo unos meses, y lo admitimos como pobres ovejas perdidas que somos, pero el Divino Zelenski no está contento. Tenemos por causa suya al periodista español Pablo González encarcelado en Polonia desde hace seis meses y todos lo hemos aceptado, ni siquiera esos españoles de bien que siempre sacan la bandera para defendernos de los rojos se han levantado a favor de un ciudadano del país que dicen querer tanto, pero esto no es suficiente para que Zelenski, el Clemente, el Misericordioso, nos entregue su gracia. Si pretendemos aprobar este examen debemos hacer esfuerzos gratos al corazón del Eslavo Luminoso.

Que así se escriba y así se cumpla, en adelante, por los siglos de los siglos, amén.

Tweet del eurodiputado español José Ramón Bauzá jaleando que el ministro de defensa de Zelenski, en su infinita sabiduría, señale partidos y personas en España por causa ideológica.

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