Laura Strego sobre los recursos para atender a las víctimas de abusos en la infancia: “No es que sean insuficientes. Es que no hay ni para empezar”

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El Común entrevista a Laura Strego, aficionada al dibujo y la literatura y formada como fotógrafa, ha sido premiada por Guiness en 2010, se dedica al dibujo de tiras satíricas de carácter feminista. Tomó parte en la creación de la asociación anti-pederastia Betrayed Infancy. En la actualidad es viñetista en esta casa, ilustradora en el podcast “Radiojaputa” y diseña productos propios de ropa, complementos y decoración. Esta activista del feminismo radical se define como abolicionista propensa a la hoguera.

Lo primero que llama la atención es el título del libro, Lolita contra el Lobo, explícanos el porqué de ese título y qué significa para ti.

Lolita es la novela de Nabocov, que a mi juicio es terrible, pero lo peor es que algunas personas hayan interpretado esa novela como una historia de amor y, como dice Pablo Iglesias, como una historia de empoderamiento. No puede ser que alguien diga eso y se quede tan tranquilo. Y Contra el lobo, pues viene de la metáfora de Caperucita Roja, metáfora de depredador, pero también viene de un libro, al que no voy a publicitar, en el cual un chico lobo relata que el acontecimiento más interesante de la vida de una paciente suya era el encuentro con el Lobo Feroz que era su abuelo. Entonces esos dos conceptos se me quedaron muy grabados y quise hacer un poco de catarsis con el título.

El libro es tu historia descarnada y llena del poso que deja el dolor y las vejaciones sufridas desde los 12 años, pero es un libro escrito por Nuria y por ti, ¿Qué parte del libro es de Laura Strego y qué parte de Nuria Coronado?

La parte de Laura Strego es la vivencia, y lo que ha logrado Nuria de una forma impresionante es ayudarme a darle forma a este libro como una historia medianamente coherente porque no es lo mismo contar un trauma como lo ha hecho ella que contarlo como un rosario de anécdotas dolorosas pero que pasan de ahí. Nuria lo que quería era convertir esto en una historia que la gente pueda entender. Ella le ha dado forma y a mí me ha ayudado mucho con lo que es el proceso porque yo, muchas veces, me derrumbaba y le decía que esto solo iba a servir para que la gente se burle de mí y para que me pongan en duda, y ella estuvo ahí ayudándome en el estilo y la estructura, la mitad de este trabajo es suyo. Me hizo una serie de entrevistas, establecía un guión y me lo pasaba a mí ordenando cronológicamente todas las cosas que le había dicho y sacaba una línea de trabajo, después yo ya lo desarrollaba y después se lo volvía a pasar a ella y ella lo ordenaba. Y la verdad que ha sido duro, revivir todo no ha sido fácil porque muchas veces tenía que parar, pero gracias a Nuria sacaba la fuerza de donde no la había. Me ayudó muchísimo a sobreponerme, a volver a recordar y saber que esto podía ser de mucha ayuda para familias, para las propias víctimas y que le pongan nombre a aquello que saben que no va bien.

Lolita contra el lobo es un libro con dos prólogos, una introducción y un epílogo, ¿Quizá la solución a todos los problemas derivados del machismo y el patriarcado: proxenetismo, abusos, trata, asesinatos, etc. pase por la unión de todas las mujeres?

Por supuesto y eso el patriarcado lo sabe porque si no no estaría tan empeñado en ensalzar a sus “aliadas”, a las mujeres que tiene alienadas. Esa es su mayor ventaja, que aún haya mujeres que, por miedo o por la educación que han recibido no reaccionen hacia comportamientos que no pueden seguir siendo normalizados.

Vivimos en un país en el que resulta difícil incluso ser víctima, da la impresión de que no se nos quiere sacar de nuestra “Narnia” (como dices en el libro), de esa tranquilidad del que no quiere saber, que tanto las administraciones como los políticos, pero incluso la familia y los supuestos amigos no quieren hablar de los abusos y de los que esto supone, ¿Por qué razón?

La verdad que esa es una pregunta que me gustaría hacerle a alguna socióloga porque me resulta muy curioso, ¿Cómo se ha llegado a aprender que los traumas y los sucesos más graves tengan que quedarse en una caja en vez de salir a la calle y quemar la Bastilla? Me imagino que tendrá que ver con alguna herencia cultural. No podemos estar tan aborregados y que sea más “glamuroso” ser agresor que ser víctima, porque “víctima” es un insulto. En el extranjero si tú dices “hacerse la víctima” la gente te mira como diciendo que a ver qué me quieres decir con eso y, sin embargo, aquí es un insulto cuando si dices que un hombre es un “golfo” es un halago. Lo peor es que sucede en la familia. A veces da la sensación de que la familia o la apariencia de la familia es lo que importa. Porque lo que debería entenderse es que la familia también es víctima del abusador porque va a tener dentro de su núcleo a una persona que han dejado enferma, a una persona con un trastorno de Estrés Postraumático y es difícil también convivir con las personas que lo sufren. Habría que ayudar a las familias a sobrellevar un duelo por esos hechos acompañándolos y no, hay que callarse. Y además se les señala. Mucho de lo que me ha llegado es lo mala que es mi familia y no, está claro quién es el malo. Lo que pasa es que no han sabido reaccionar por educación, por esa inercia que tenemos en esta sociedad a no señalar al abusador. 

El abuso físico, la dependencia emocional, el abandono de tu entorno, la falta de concienciación de la sociedad, los problemas mentales que todo ello conlleva, la disociación de la realidad de la víctima, ¿Qué ha sido lo que peor has llevado para lograr tu recuperación?

Es que yo no estoy recuperada. La falta de sueño te destroza neurológicamente y tiene sus secuelas físicas, tengo descompensada la producción de serotonina y de adrenalina causado por la mala calidad del sueño, que me causa también bruxomanía. Por eso el título de uno de los capítulos del libro, Gritar cuando se cae un vaso. Por cosas absurdas se me dispara la adrenalina y en situaciones en las que se me tendría que disparar se queda ahí y no pasa nada. La cuestión es que no estoy recuperada y, ¿Por qué tendría que ser malo eso? Y no tengo que avergonzarme por ello. No puedo mantener un ritmo de vida normal, un nivel de alerta normal y una socialización que me permita desempeñarme de forma normal. Yo he empezado a hacer terapia muy tarde y a raíz de un intento de suicidio. Por eso me parece tan importante la prevención. Soy una superviviente por el hecho de empezar a hablar de ello sin tapujos, pero, sobretodo gracias a Betrayed Infancy. Su acompañamiento, su ayuda, su comprensión han sido fundamentales. No es que sean expertos médicos, psicólogos y demás, es que son víctimas. ¿Y quién te va a entender mejor? Hay cosas que solo entienden las víctimas, por ejemplo, yo consideraba poca cosa lo que me hicieron, fíjate la manipulación mental de la que eres objeto, es decir, mi propia historia, a la que no daba importancia porque creía que no había sufrido nada terrible y que yo era débil por sentirme tan mal. Y allí me ayudaron a poner en valor la gravedad de lo que había vivido. Nuria me ha ayudado mucho también porque cuando yo me he leído mi propia historia me he percatado de la barbaridad que mi abusador hizo conmigo.

Para terminar me gustaría que hicieras una reflexión sobre el problema de la pederastia y de los abusos sexuales a niñas y niños y que nos dijeras qué recursos existen actualmente en nuestro país para atender a las víctimas, si son suficientes y qué propondrías para complementar su atención.

No es que sean insuficientes, es que no hay ni para empezar. Hay gente que ha denunciado los abusos sufridos por sus hijos y se encuentras, como mucho, que un psiquiatra o un psicólogo les ve una vez al mes. Y, por supuesto, a la víctima, a los padres no. ¿Cómo van a saber esos padres acompañar a sus hijos? Otra opción es que les quiten la custodia porque han sido los abusadores y metan a los niños en un centro en el que vemos que día sí y día también ha habido redes de prostitución. Al final estamos ante una continuación del abuso. Y si no denuncias te espera la inquisición por parte de los organismos del Estado y de la propia sociedad diciendo que lo que tú quieres es dinero. Lo primero que se debería hacer es una tolerancia cero a este tipo de comportamientos, que nadie pueda decir alegremente que le gustan muy chiquillas, cuando alguien dice eso la sociedad debería reaccionar marginando a esas personas. A nivel estatal endurecer muchísimo más las penas para este tipo de delitos. Se supone que cuando un agresor cumple una pena, ya ha cumplido, pero es que la víctima va a cumplir toda su vida su propia condena. Estamos hablando de penas de, a lo sumo, 8 años de prisión. Nosotras queremos que estos delitos no prescriban, me parece un insulto que las leyes digan que se puede denunciar a partir de 15 años desde que la víctima cumple los 18. ¿De verdad estás poniendo un tiempo límite para superar mis miedos y denunciar? Y si vas a denunciar, que te digan que no tienes pruebas cuando les estoy enseñando fotografías en las que sale un mayor de edad besando a una niña. Hay que concienciar muchísimo tanto a la sociedad como al propio sistema penal. 

Parece que la sociedad condena el maltrato a las mujeres, quizá no tanto como nos gustaría, y sin embargo, no hay esa condena social tan explícita al pederasta.

Es que no se puede ni hablar de ello, por ejemplo, en la familia no se quiere hablar de ello y yo siempre digo que yo sí quiero hablar de ello. Yo, que soy víctima, quiero hablar de eso. Y lo necesito. La sociedad no está nada concienciada al respecto. 

¿Cuándo son las próximas presentaciones de Lolita contra el Lobo?

El pasado día 6 de mayo presentamos en El Corte Inglés de Callao, Madrid. Y en Jaén será el día 12. 

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