¿El Cuarto Poder? 

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Hace más de veinte años, cuando estudiaba en la Facultad de Ciencias de la Información, nos explicaban que los medios de comunicación eran el «Cuarto Poder». Hoy, sin duda, han escalado en el escalafón y podríamos afirmar que son ya el segundo, llegando a convertirse en el brazo ejecutor del primero.

Las élites económicas, nuestro querido Ibex35, son las poseedoras de todos los grandes medios, y estos, al servicio de ellos, rigen nuestras vidas, influyen en la opinión general y deciden qué es o no importante, en cualquier ámbito social, económico, o cultural. También en lo político: Te taladran con mensajes constantes y te dicen quién es bueno o malo, quién sube y quién cae. Por tanto, son los medios los que ayudan a ganar o perder unas elecciones. Y el que posee ese poder tiene gran parte de la batalla ganada.

Estos días, los medios nos están retransmitiendo una guerra. Sin entrar en valoraciones, es evidente el mensaje común: Quiénes son los buenos y quiénes los malos, olvidando mencionar que esa guerra, comenzó ocho años antes.

Ellos, unilateralmente han decidido que esa guerra es importante y otras no, o que los niños de Ucrania necesitan ayuda, pero los de la Cañada Real, o los que llegan en pateras ya no importan.

¿Alguien sabe cómo están los que lo perdieron todo con el volcán de La Palma?

¿Alguien ha vuelto a oír hablar de Afganistán?

Son sólo algunos ejemplos de cómo deciden sobre qué tema hablaremos, y lo más importante, sobre qué temas no se hablará. Y ahí estamos todos, dirigidos por el mando a distancia de los medios: televisión, radio, prensa, redes sociales, wasap e incluso memes.

Debemos empezar a desarrollar un mecanismo de defensa frente a los denominados «Todólogos».

No podemos tragarnos sin más que las mismas personas, día tras día, formen nuestra opinión sobre temas tan dispares como: COVID, virología, inmunología, tormentas de nieve, volcanes, conflictos internaciones, política nacional e internacional, subidas de suministros o combustibles… ¡Y esto sólo en el último año!

Últimamente oigo voces alzándose contra esta dictadura de la Información, y la respuesta unánime es que pretenden coartar la libertad de expresión. Esa libertad tiene un precio y siempre, siempre, debemos preguntarnos quién paga la tinta del que escribe. Queda muy lejos eso que oíamos de pequeños de «el amor mueve el mundo», hoy, el mundo lo mueve el dinero.Y por eso pregúntense, cuando se enfrenten a una noticia: ¿A quién beneficia económicamente? ¿Quién fabrica y vende las armas de esta guerra? ¿Quién se ha enriquecido con una pandemia mundial?

¿A quién le favorece que se hable de un tema y no de otro?

Seamos críticos, o intentémoslo al menos, nos va el futuro en ello.

1 COMENTARIO

  1. Hola Luz, me ha encantado tu artículo sobre los medios.
    Había escrito algo y no se qué ha pasado.
    Ahora me tengo que ir…. me ha encantado gracias.

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