Colombia va a las urnas

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Jaime Cedano Roldán, dirigente comunista superviviente del genocidio contra la Unión Patriótica en Colombia.

Este domingo 13 de marzo se realizan en Colombia las elecciones para la renovación del congreso colombiano para la legislatura 2022-2026. Está compuesto de dos cámaras: el Senado de la República que es de circunscripción nacional y la Cámara de Representantes, de carácter territorial.

El Senado estará compuesto por 100 senadoras/senadores elegidos en votación nacional, 2 por la circunscripción especial para los pueblos indígenas, 5 para ex integrantes de las FARC, hoy partido Comunes, como parte del acuerdo de paz que aplicaba para la legislatura que termina y esta nueva. El candidato o candidata presidencial que quede en segundo lugar ocupará la curul número 108. Se presentan 16 listas de partidos, movimientos y coaliciones. 39 millones de personas están llamadas a votar.

La Cámara tendrá 172 escaños entre las que se incluyen algunas circunscripciones especiales como las 16 “curules de la paz” reservadas para regiones más afectadas por la violencia, fue uno de los puntos del acuerdo de paz, también los ex FARC tendrán 5 curules, otra se disputarán los movimientos afrodescendientes y una más las y los colombianos residentes en el exterior. Las votaciones en el exterior se iniciaron el pasado lunes 7 de marzo y se realizan hasta el mismo día 13, es una forma de facilitar la votación, pues muchas personas no viven en las ciudades donde existen consulados. Simultáneamente con las elecciones al congreso se realizan algunas consultas para definir candidaturas presidenciales.

El congreso colombiano ha estado controlado desde siempre por el bipartidismo liberal-conservador que los últimos años se rompió con el surgimiento de nuevos partidos, aunque algunos de ellos dentro del entorno político e ideológico bipartidista. También entraron en escena los sectores religiosos evangélicos. Más que de partidos, deberíamos hablar de “empresas electorales” ligadas a determinadas familias o conglomerados económicos. Son sectores que invierten mucho dinero en las campañas. Dinero que luego, al ser parte de las coaliciones de poder, se recuperan generosamente. Para estos grupos políticos ligados al poder, a la corrupción y al control del estado, la política es una gran empresa, un gran negocio, ser parte del poder es ser parte de la repartición de miles y miles de empleos públicos, manejar la contratación pública, obras de infraestructura, programas sociales, la salud, la educación, todo, y todo esto está profundamente corrompido. El presupuesto público se pierde en las oscuras marañas de la corrupción, y como además manejan a los órganos de control y de justicia, la impunidad sobre estos hechos está garantizada. El poder clientelar es como un poder monárquico investido de impunidad total. Ese es el espíritu, el sentido y el quehacer de la política tradicional en Colombia. Agregando que buena parte del dinero para financiar las campañas vienen de negocios ilícitos. Esta es una de las razones de la violencia política. El poder en Colombia está ligado estrechamente a la corrupción y a la violencia. Es todo un sistema mafioso.

Por eso es que es muy difícil que surjan partidos o movimientos de oposición, alternativos, diferentes, no ligados al viejo poder. Varios partidos han sido eliminados mediante la violencia, el exterminio o la persecución judicial. Pese a todo lo anterior, todo indica que la lista más votada será la del Pacto Histórico, movimiento de amplia convergencia que agrupa a varios partidos de izquierda, centro-izquierda, movimientos ecologistas, culturales, indígenas, campesinos, bases muy importantes del partido liberal, muchos movimientos sociales y hasta un grupo religioso evangelista. La figura más visible del Pacto Histórico es Gustavo Petro, quien con toda seguridad será el ganador de la consulta para ser el candidato presidencial, junto a otras cuatro aspiraciones en las que se destacan las de la lideresa afrocolombiana Francia Márquez y Camilo Romero, ex gobernador del departamento de Nariño.

Además de la lista del Pacto Histórico , en el campo de la izquierda política y social, está la lista de Fuerza Ciudadana que lidera el actual gobernador del departamento del Magdalena y que acompañará en las elecciones presidenciales a quien gane la consulta del Pacto.

Sobra decir que esta campaña se desarrolla en medio de una gigantesca guerra sucia propagandística en contra de Gustavo Petro y el Pacto Histórico, el sistema clientelar puesto a toda marcha, la compra de votos al alza, al igual que las intimidaciones en las empresas y las amenazas en las regiones a candidatas, candidatos y al electorado.

Todo indica que este domingo el otrora poderoso y temido uribismo pasará a la irrelevancia política y que la izquierda transformadora en convergencia con amplios sectores políticos se perfilará como la alternativa, en una polarizada campaña electoral que culminará el 29 de mayo.

Soplan vientos de cambio.

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