Foto encontrada por un nieto

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Nuestro responsable de sección de América Latina, Juan López escribe un emotivo texto en homenaje a su abuelo comunista, desaparecido en una fosa común del cementerio de Guadalajara por haber dado su vida por la libertad.

Uno, tan solo uno basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana.

Luis Cernuda

Ante mí tengo entre las manos esa voz dormida de las víctimas mudas, de los fusilados contra la tapia de un cementerio, de los ajusticiados sin juicio previo en la cuneta de una carretera cualquiera por defender la libertad, de las viudas abandonadas a su suerte a la más gris miseria por el embargo de sus bienes, de las hijas huérfanas, carne de trabajo barato en las grandes ciudades en casa de los señoritos.

Esa foto amarillenta surgida de no se sabe dónde viene a llenar el vacío de los orígenes, a completar la historia personal y rescatarla de un silencio impuesto por el terror asentado en la médula de los huesos dentro de las familias, de lo que nunca se habló en la mesa.

Esa solitaria foto aviva en mí los pocos detalles transmitidos que se salvaron del agujero negro en el pozo del miedo que sufrieron nuestros padres, supe que era campesino y carretero, que viajaba periódicamente a Valencia en compañía de su perra loba “Sola”  a comprar naranjas y nueces y comerciar por el camino.

Gracias al Foro por la Memoria tuve conocimiento que Isidro estaba afiliado a UGT y al PCE de Sacedón. Fue compañero de Timoteo Mendieta en la Defensa civil de la población alcarreña. En 1939 fue detenido y juzgado por un Tribunal Militar en Guadalajara en un Juicio sumarísimo con condena a muerte por el cargo de «Adhesión a la rebelión» cuando en realidad defendió con las armas la legalidad democrática republicana surgida de las urnas. siendo fusilado el 15 de julio de 1939 en las tapias del Cementerio Civil de Guadalajara, dicha sentencia sigue siendo legal en virtud de la Ley de Amnistía o de punto final del Estado español.

No acabó ahí la persecución oficial de la dictadura al año siguiente en 1940, la viuda Francisca Pérez Almansa y sus cuatro hijas menores Felisa, Carmen, Leandra y Milagros fueron embargadas por TRP (Tribunal de Responsabilidades Políticas) con una multa de 13.000 ptas de entonces, subastaron tierras, ¡enseres y hasta se llevaron medio cerdo!!!!!!  y media cosecha. Pero no quedó ahí la persecución familiar, en 1941 la hija mayor Felisa afiliada a la JSU que había emigrado a Madrid para trabajar fue procesada en ausencia por méritos del procedimiento sumarísimo ordinario n° 877-41 por delito de auxilio a la rebelión, fue perseguida y buscada en Madrid hasta ser localizada, dicha causa fue sobreseída en 1943 por un Consejo de Guerra a ser menor en la fecha de los hechos.

Dice el filósofo W.Benjamin que “Hay una misteriosa cita entre las generaciones pasadas y la nuestra. Se nos espera en esta tierra. “por eso no hay mayor fosa que el olvido de los que lucharon por la libertad. ¡Abuelo mío, me llenaste de orgullo llegar a conocer tu historia!, no me importa donde están tus restos esparcidos en la fosa común desaparecida del Cementerio de Guadalajara porque dejaste sobre la tierra la semilla de tus nietos con tus mismos ideales comunistas.

En memoria de Isidro Páez-Jaramillo Cerrada

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