La muerte del taxi

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La pasada semana, un número importante de taxistas barceloneses se movilizaron en una protesta convocada por la asociación Élite Taxi Barcelona contra la empresa alemana Free Now, aplicación intermediaria del servicio de taxi en toda España y que recientemente ha creado una alianza a nivel europeo con las empresas de transporte con vehículos VTC, Uber y Bolt llamada «Move EU» y que entre los objetivos que se han fijado se encuentran cuestiones que nos afectan de manera muy grave, como son la eliminación de las restricciones cuantitativas en cuanto a la concesión de licencias de taxi o la aplicación de precios dinámicos, algo que sería la muerte del sector y a su vez la ruina y la pérdida del patrimonio y del modo de vida de miles de familias de trabajadores del taxi, creando un importante perjuicio al usuario el cual, podría ver como en ciertos momentos de alta demanda, los precios se podrían disparar de manera drástica.

Un servicio al que tendrá derecho el que más pueda pagar por usarlo. Y el taxi sólo es la puerta de entrada para estas empresas…

Esta no es la primera y probablemente no será la última vez que soy crítico con Free Now, pero creo que ya ha sido la gota que ha colmado el vaso, algo de lo que a estas alturas, ya debería de ser consciente el taxista, sobre todo el que trabaja para estas aplicaciones.

Free Now, a diferencia de cualquier taxista, tiene su sede en Hamburgo y pertenece a los gigantes alemanes BMW y Daimler (grupo propietario de marcas como Mercedes Benz) y al igual que Uber o Cabify, está participado por grandes inversores, como el Fondo Soberano de Inversión de Kuwait, inversor a su vez de Citigroup, propiedad del megafondo de Inversiones BlackRock, que posee participaciones en empresas como por ejemplo la polémica Iberdrola o Repsol, con lo que nos podemos imaginar el potencial económico que tienen detrás para poder hacerse con el control de cualquier sector estratégico, como por ejemplo, el del transporte de viajeros como están intentando hacer con el taxi.

Free Now, esa marca que aquí en España, hasta hace un par de años era conocida como «My Taxi» y que curiosamente, cambió su nombre eliminando el término «Taxi» de su denominación comercial para conjuntar otros servicios, como el carsharing que paradójicamente, lleva años perjudicando al taxi. Toda una declaración de intenciones, por lo que se está demostrando.

Aparte de todo esto, hace dos años la misma Free Now, pagó a PWC, (consultora implicada en escándalos como el «Barcagate» o que actualmente está siendo investigada por la CNMC por ser supuestamente parte de un cártel de empresas dedicadas a las adjudicaciones públicas) por un informe que posteriormente fue filtrado a los medios como una campaña justificando la liberalización del sector e intentando ganarse la opinión pública (supongo que para ponerla en contra de los que sabemos que Free Now con este movimiento está cavando nuestra tumba).

Cabe también destacar también que Free Now se ha personado a favor y como parte interesada, «metiendo las narices» en base a sus intereses en la nueva Ordenanza que regula el sector del taxi de Madrid, normativa perpetrada por el concejal de transporte del PP en el Ayuntamiento y con la que gran parte del sector está en contra, hasta el punto de que ya ha sido impugnada por la Federación Profesional del Taxi de Madrid, asociación mayoritaria que representa los intereses de más de 6.000 autónomos en la capital.

Y por si esto fuera poco, el mismo director de Free Now, en declaraciones a RTVE en Catalunya durante las protestas del pasado día 28 de septiembre, dejaba clara la postura de Free Now en cuanto a cuestiones como la «flexibilización» de los horarios o la eliminación de las restricciones cuantitativas de las licencias del taxi, como indicaba al principio.

Vamos que está pidiendo una liberalización encubierta como hace años pidió Uber, Cabify y la patronal de las VTC junto con la CNMC en un juicio que la asociación nacional de taxistas, ANTAXI, ganó ante el Supremo y que de haberse perdido, hubiera supuesto la entrada sin control de miles de VTC en las principales ciudades estado español, (las menos pobladas no les interesa, menos mal que hay taxis), perjudicando de este modo gravemente tanto a la movilidad y a la salud de las ciudadanas y los ciudadanos, como afectando a la supervivencia del sector del taxi como servicio público. De esa nos salvamos en la prórroga pero con Free Now metido dentro y si esto sigue así, a día de hoy puede ser nuestra estocada definitiva. Y como habéis podido comprobar su director general, ya ni se esconde al mostrar sus intenciones.

Es que es tan descarado lo de Free Now que hasta utilizan el mismo lenguaje que llevan años usando Uber y Cabify para acabar con el taxi, las mismas palabras que usan otras empresas como Glovo o Deliveroo para vender las condiciones precarias y de explotación a los que tienen sometidos a sus «Riders».

Free Now ha sabido entender con el paso de los años que para tumbar a un servicio público tan importante y tan arraigado en las ciudades, en la sociedad e incluso en la cultura popular como es el taxi, no basta con crear un servicio paralelo como el de las VTC, falto de calidad, de seguridad y de garantías tanto para sus usuarios como para sus trabajadores.

No basta con intentar comprar a la opinión pública a base de mentir tergiversar la realidad, como han hecho durante años Uber y Cabify. Para acabar con un sector que se defiende de manera frontal contra sus enemigos, es necesario debilitarlo por dentro, como una infección, como un parásito que una vez se haya apoderado de todo su organismo, tengan que depender de él para sobrevivir.

Uber y Cabify llevan años dándose de bruces contra la presión y la lucha de una parte del sector del taxi hasta que han claudicado intentando entrar en el sector, y todo mientras que el parásito de Free Now nos ha estado comiendo por dentro.

Porque lo que intenta hacer Free Now ahora es devaluar el servicio del taxi, empobreciendo al taxista mediante descuentos ilegales mientras a la vez pide la liberalización de las licencias, haciendo que el patrimonio del mismo taxista después de muchos años de sacrificio pierda su valor, arruinándolo, con el fin de que acabe dependiendo de Free Now para sobrevivir, dependiendo de su aplicación y con las condiciones de trabajo que Free Now quiera exigir al taxista, como tristemente, hace Uber, Cabify o Bolt con sus conductores de VTC, como todos sabemos.

(Normal que el director de general de Free Now diga que son rentables, total las pérdidas de los descuentos las asume el taxista más luego la comisión. Que bien se saben estos la lección…)

Y todo esto lo dice alguien como yo, acusado en infinidad de ocasiones dentro del sector de no tener derecho a opinar al no trabajar el taxi. Eso sí, al director general de Free Now que tampoco es taxista y que antes de trabajar para el gigante alemán era el jefe de Bla Bla Car, otra de las aplicaciones que más daño han hecho al sector, hay que hacerle caso…

Poco nos pasa.

Es tristemente dramático que después de años intentando diferenciarnos de nuestros enemigos y darnos golpes de pecho cada vez que nos han atacado para reivindicarnos como un servicio público, arraigado, profesional, seguro, con garantías y sobre todo regulado por la administración que representa los intereses de todas y todos los ciudadanos, acabemos vendiéndonos al mejor postor o más bien, a nuestros enemigos por un par de descuentos por no respetarnos a nosotros mismos y no saber transmitir a la opinión pública y al usuario que, a diferencia de lo que Free Now nos quiere convertir, somos un servicio único, esencial y que aporta a la sociedad con un precio justo, regulado y público para todas y todos, tanto clientes como usuarios, sin necesidad de descuentos ilegales, ni de chanchullos ni de cosas raras que solo sirven para que cuando acaben con las tarifas reguladas y hagan del transporte su monopolio, suban los precios lo que les dé la gana.

Y de igual manera es muy lamentable que tengamos que permitir que empresas como Uber, Cabify o Free Now no nos respeten tampoco, pongan en peligro nuestro futuro y pretendan que con esos descuentos se cree una guerra fratricida en la que una aplicación pretenda trabajar de manera desleal con más ventajas que el resto de los taxistas, sólo para hacerse con el sector.

Por eso, dada la gravedad de la situación y por responsabilidad me gustaría pedir que aparte de nosotros, Elite Barcelona o Taxi Project, el resto del sector que esté en contra de Free Now se posicione claramente y de manera pública ante lo que estás empresas pretenden hacer con nuestro futuro. Si hay que hacer pedagogía con el cliente o con el compañero o compañera taxista, yo me comprometo a poner los medios y los recursos a disposición de quien quiera pronunciarse contra estas empresas y a favor del servicio público del taxi. 

Y esto es lo que hay, suena crudo pero ninguna muerte es fácil y más si es de un sector del que dependen millones de personas todos los días y miles de familias, y si seguimos así y no le ponemos freno, la nuestra es inminente.

Si llevamos años luchando contra Uber y Cabify para evitar ser como las VTC y para que no nos controlen estas aplicaciones, ¿por qué ahora tragamos con Free Now?

¿Cómo hemos llegado a la situación en la que Uber, Cabify y Free Now han penetrado en el sector como un virus y todavía no hayamos conseguido la cura para acabar con ellos?

Porque de esto depende nuestro futuro.

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