Estamos creando situaciones en un lienzo equivocado, estamos pintando un futuro en un lienzo prestado y esto se traduce que solo puedes pintar cuando se te permite.
Comienza desde muy pequeño cuando los superatacañones censuran cualquier atisbo revolucionario y con la edad comienza a agravarse a cada paso. Lo peor de todo, es que están en su derecho y con la ley de su parte. ¿Qué hacéis queriendo cambiar las reglas del juego si el tablero no os pertenece? Si no te gusta el juego, pues no juegues, si no te parece bien, crea TÚ uno nuevo.
¿Pero aún queda sitio para eso? ¿Para crear uno nuevo? Búscate una isla desierta y crea lo que pienses que se adapta más a tu moral. Conquista un territorio y haz una revolución ahí, te dicen. Finalmente y con los bolsillos vacíos no te queda otra que crear un mundo en tu cabeza. Ahí está tu revolución -te dicen- guardada tu disfrute personal y tu fantasía. Porque como todos sabemos para salir del lienzo también hay que pagar un tributo al dueño.
Entonces empiezas a leer, y a mirar, y a andar, las posibilidades se reducen. Puedes tomar dos caminos, seguir creando tu lienzo imaginario, mucho más fácil y llevadero o pensar en crear un tablero nuevo encima del lienzo que ya está creado. Por donde pisas a diario y por donde te pisan a diario, pero esta vez utilizando a tu favor las reglas que están en tu contra. ¡Qué complicado todo!
Pongamos que queremos crear ese lienzo. Pongamos que vamos a construir una red para no pisar el que está ya puesto. Como cuando en la antigüedad se construían ciudades encima de las viejas, ahogándolas en fina arena.
¿Cuál sería el primer paso para esa construcción?
La organización de los organizadores. Para empezar se necesitarían expertos en el juego, no en el juego a crear, si no en el juego del cual escapar. Ya está bien de organizaciones que repiten errores de manera cíclica. Que “piden” que se le conceda lo que debería ser una norma dentro del sistema tal y como está escrito. Lo que se te concede no te pertenece y nunca te ha pertenecido, pertenece a los que lo conceden. Esto debe de ser arrancado a los poseedores, solo así nos pertenecerá.
¿Aún no te has conquistado? Nuestra libertad jamás debe de ser un préstamo de nuestros captores, ni un derecho concedido, debemos tomarla porque tenemos la capacidad y la fuerza.
Debe salir de nuestras posibilidades, que a priori parecen pocas, pero contamos con el mayor de las armas…organizamos su mundo y tiramos del carro que los transporta, movemos su dinero, llevamos la comida a sus mesas, construimos sus casas y velamos por su seguridad.
Una vez entendido esto, se pasaría al siguiente paso. Construir baldosas encima del lienzo, para poder caminar cómodamente y poder plantar unos cimientos fuertes donde construir un nuevo lienzo. Una vez ahí, construir un castillo, pero no un castillo de naipes, eso sería una idiotez. Si no uno de piedra, que pese tanto que sea más fácil entrar a vivir que destruirlo. Y ese castillo será el comienzo de este nuevo lienzo.
Un nuevo lienzo no es tratar de crear un idioma ni de inventar nombres nuevos a las cosas, si no a la toma de poder del proletariado. Eso se consigue con la cooperación de todos, con una organizacion fuerte, donde educación, cooperación y acción sean bases sólidas. Hacer un partido político y querer cambiar el mundo está desfasado, parece que no aprendemos. Tenemos ejemplos claros con el auge de estos nuevos partidos populistas y posmodernos.
Pide permiso para hacer un partido político, pide permiso para manifestarte, pide permiso para escribir, pide permiso para expresarte… todo lo que te permite el sistema te lo permite por que es inofensivo. ¿Por qué permite la crítica? Porque toda olla a presión necesita su válvula de escape, pero con cuentagotas y de manera controlada. No te salgas de la fila, no te interpongas en el camino del capital, no levantes la cabeza.
Cualquiera tiene acceso a la historia, al igual que nosotros la utilizamos a nuestro favor ellos también. Basta ya de pensar que la derecha y la ultra derecha son un atajo de locos. Estos se están llevando el gato al agua desde hace tiempo y pasa por falta de organización por gran parte de la izquierda, que está dando vuelta alrededor de una luz que no es otra que la que nos brindan para tenernos entretenidos en nimiedades.
Los que podemos organizarnos y no lo hacemos, tarde o temprano pagaremos nuestra desidia, los que podemos hacer algo y no lo hacemos, tarde o temprano pagaremos nuestra pereza, y lo peor de todo dejaremos un mundo peor que el que nos encontramos.
