Agosto

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Este año, el mes de agosto será uno de los más importantes que vamos a vivir, o por lo menos por mi parte, porque después de un mes desastroso en el que la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento han intentado desgastar un poco más al sector del taxi para seguir matándolo poco a poco, por fin va a dar tiempo a darnos un respiro.

Un mes que viene justo para paliar la situación tan dramática en la que el PP de Madrid por una parte y Ciudadanos por la otra, nos ha dejado poniendo en peligro tanto la salud de los taxistas, teniéndolos en paradas horas y horas esperando sin que haya servicio así como afectando a la movilidad de nuestras ciudades.

Un mes en el que seguro que Uber estará muy satisfecha con el papel que han jugado las administraciones madrileñas para salvarles el pellejo y acabar con la economía de miles de autónomos y de asalariados que viven del taxi.

Una situación que se va a paliar en parte en el mes de agosto, ya que solamente puede salir la mitad de la flota mientras la otra mitad se va de vacaciones. Unas vacaciones que muchas y muchos seguro que van a recordar y que del mismo modo un gobierno de la Comunidad y del Ayuntamiento, del que no vamos a olvidarnos.

Pero agostos hay muchos. Yo, por ejemplo, ya casi los había olvidado. La suerte de que mi pareja y yo seamos los últimos en llegar a todos los sitios nos ha hecho que ni se nos pase por la cabeza la idea de irnos de vacaciones este mes, con lo que desde hace años estamos abonados como quien dice a la temporada baja. Y creedme que no lo echo de menos.

Es curioso porque por lo menos, en mi caso en el mes de agosto en la mayoría de las veces siempre he tenido problemas con las empresas con las que he trabajado y a cual más lamentable. Con lo que ha costado en este país adquirir estos derechos para las trabajadores y los trabajadores y que a estas alturas todavía estemos así…

Nunca se me olvidará como en mi primer trabajo, siendo un crío, me presenté con una pila de documentos que me habían enviado por fax desde CCOO para exigirle a mi jefe que me diera mis vacaciones en agosto, ya que una semana antes de que llegara este mes, se presentó en la tienda para decirme que ese año había que quedarse por “necesidad de la empresa” y luego ya veríamos.

Recuerdo que entré en el despacho de mi jefe en plan working class hero después de hablar con mi asesor de Comisiones sobre mis derechos y le dejé la pila de documentos encima de su mesa. Una victoria más para la clase obrera… O eso creía.

Pues no. Mi jefe miró el primer documento de arriba a abajo, me lo tiró y me dijo una frase que no sería la primera vez que tendría la desgracia de escuchar “si no quieres trabajar hay muchos que les gustaría tu puesto”. Me lo solía decir cada vez que le pedía un aumento de sueldo cuando me trasladaba de centro de trabajo. Menos el día que me fui. Ese día según él, «le estaba traicionando porque me había dado una oportunidad». Esos patrones, que solidarios todos, verdad…

Luego más tarde en la siguiente empresa en la que trabajé, el tema de agosto fue peor ya que estuve medio año trabajando sin contrato, pese a que todos los meses lo solicitaba.

Estaba de comercial y todavía recuerdo las ganas de llorar cuando después de mi primer mes de agosto, me dieron el sobre en negro con mi sueldo. Ciento veinte euros. Tal cual. Por un mes de trabajo. Había empezado en julio y tenía que abrir ruta. Imaginaos.

Seis meses después, conseguí que me hicieran un contrato (se les habría pasado o eso me dijeron) y al año siguiente, en agosto fue peor porque en lugar de un sobre en negro, nos obligaron a firmar las nóminas sin cobrarlas.

Ni vacaciones ni na, si no trabajabas no cobrabas. Bueno eso hasta que un compi les amenazó con denunciarlos. Resultado, empezamos a cobrar las vacaciones y las pagas (que también nos obligaban a firmarlas) pero nos bajaron las comisiones. Como siempre el empresaurio no da una puntada sin hilo.

Al final yo también les denuncié cuando me echaron y curiosamente cuando se enteraron de esto, me citaron en sus oficinas y la reacción fue la misma que la de mi anterior jefe, apelar a mis sentimientos:

– “Con lo que te hemos enseñado ahora nos haces esto”.

Claro, es que pobrecillo, que me sacaron de la calle para luego intentar estafarme hasta en la conciliación, intentando pagarme menos de la mitad de lo que me pertenecía, sabiendo que meterme en juicios con ellos iba a ser largo y yo necesitaba el dinero.

Una práctica habitual en ellos y que de igual manera me consta que suelen hacer muchas otras empresas para amedrentar a la gente y aprovecharse de su necesidad y que conmigo por suerte, no funcionó porque en ese momento como era agosto casualmente, conseguí trabajo rápido. Sino me hubiera pasado lo mismo.

Seguro que alguno de vosotras y vosotros sabéis de lo que hablo.

Así que un año después, conseguí que me dieran una indemnización hasta por el tiempo que estuve sin contrato llegando a un acuerdo en los pasillos del juzgado.

Según el abogado de Comisiones, me hubieran dado lo que les hubiera pedido ya que parecía que era algo habitual y podrían tener problemas. De hecho, me dieron lo que les pedí en ese momento. Por lo visto, el abogado de la empresa estaba más preocupado de convencer al abogado de Comisiones de que no era una práctica habitual que de mirar los documentos donde venía detallada lo que yo les estaba pidiendo.

Creo que esta empresa, hace años cerró dejando a todo el mundo en la calle. Por lo menos la delegación donde yo estaba. Al final de una manera o de otra siempre paga la trabajadora o el trabajador.

Y no me siento nada orgulloso de lo que hice porque antes que yo, ya habían estafado a muchas compañeras y compañeros míos con la misma estrategia y les había funcionado. Yo simplemente tuve suerte. No seáis como yo en aquella época. Hacer valer vuestros derechos. Ladran mucho pero muerden poco. Con la experiencia os daréis cuenta.

Otra de mis experiencias con agosto, fue justamente después con las campañas de verano como la que me salvó de no tener que aceptar cualquier mierda de indemnización por la necesidad de ingresos aunque no por ella menos buena.

Realmente fue agosto pero se extiende durante dos años. Dos años en los que estuve pegando saltos en diferentes campañas para vender como tele-operador y en las que curiosamente no es que no hubieran renovado a nadie o a mi modo de ver, había mucha criba de gente en el período de prueba, es que cuando todavía no nos había cumplido el contrato y teníamos posibilidad según la empresa de renovar (o eso te vendía en la entrevista), ya estaban haciendo más formaciones a otras trabajadoras y trabajadores para nuestro puesto.

Luego nos enteramos que este tipo empresas eran conocidas por dedicarse a recibir ayudas por hacer formaciones y sacar a la gente del paro. Es decir cuantas más formaciones, más subvenciones. Aunque muchos no llegarán luego a conseguir un puesto de trabajo o no hubieran durado más de uno o dos meses.

Y por último, mi última experiencia en agosto, que fue la que peor sabor de boca me dejó, porque el trabajo me gustaba y de verdad creí que me iba a quedar ahí.

Firmé un contrato de treinta horas, que era lo que había después de meses buscando para otra campaña de verano y tuve la suerte que subió el trabajo y en un mes llegué a 40 horas a base de horas extras. Me fastidió mucho porque creí que me iban a renovar con esas 40 horas con el sueldo ya por convenio pero llegó septiembre y me volví a ver en la calle.

Parece que a la empresa le interesaba más apretar a los trabajadores que ya tenía con el doble o el triple de carga de trabajo, que pagar un sueldo más.

Cuanta solidaridad. Y luego piden que les demos la gracias y esas cosas.

Que pena.

En resumen. Me ha parecido que estaría bien contar algunas experiencias aprovechando que estamos casi en agosto y no todo es sol y playa y menos, este año.

Por suerte, aunque he intentado resumir lo máximo posible y dejar lo esencial para que se entienda, han sido pocas porque en mi trabajo actual llevo más años que las puertas, pero del mismo modo y como ya he dicho antes no es algo de lo que me enorgullezca porque podría haber actuado antes.

Y no lo hace porque podría haber luchado más, mucho más. Es cierto que cada cual tiene una situación diferente, pero así es como se cambia el mundo. Y si hay personas que lo cambian incluso arriesgándose a perder su puesto de trabajo, yo también lo podría haber hecho.

También, no era como ahora que voy con mi delegada sindical a todas partes, también porque tengo la suerte de poder hacerlo, que no siempre pasa. Antes, era mas joven, menos consciente de lo que me rodeaba y al ser empresas pequeñas, nos solían tratar como si fuéramos una especie de familia, en confianza. Y de eso y de nuestra necesidad se valían para engañarnos. Algo como lo que le pasó el Forfast ese.

De hecho, me arrepiento un montón de no haber actuado antes porque como podéis ver hay cosas bastante escandalosas. Seguro que las conocéis o lo habéis vivido.

Pero bueno, como sé que es posible que alguno de vosotras y vosotros os veáis identificados en esto porque es más habitual de lo que parece, espero que os ayude por lo menos a reflexionar. Y si podemos hacer algo para ayudaros desde Taxi Project, lo haremos.

Y bueno sobretodo desde que trabajo en el taxi, no tenemos muy buena experiencia con los sindicatos grandes a nivel general, de hecho trabajamos más con sindicatos de clase pero sí que me he encontrado mucha gente y muy buena de base, a nivel personal sobre todo en la CGT y en CCOO que me han ayudado bastante durante estos años.

Afiliaos, conoced a vuestros delegados, preguntad cuales son las posibilidades siempre e implicaros y sobre todo dadles la tabarra, aunque muchas veces no sea necesario. Las empresas nunca van a mirar por vosotras y vosotros, siempre lo van a hacer por su cuenta de resultados.

Y sobre todo, no tengáis miedo. Porque de eso se aprovechan.

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