Aportes del Pensamiento de Lenin a la Teoría Marxista (Parte XII)

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12.- Lenin y la cuestión femenina

Al calor de las revoluciones liberales y del pensamiento radical burgués que surge entorno a la revolución de 1848 empiezan a surgir corrientes de reivindicación femenina, en pro de los derechos de la mujer y de la igualdad con el hombre. Este tipo de reivindicaciones tendrán en un primer momento un cariz político principalmente, y de alguna manera serán dirigidos por mujeres de clase media burguesa. Sea como fuere, paralelamente, desde el pensamiento marxista y socialista ya desde esas mismas fechas también hay una preocupación constante por el análisis de la situación de la mujer y sus soluciones. Sin embargo, difieren notablemente de estos planteamientos burgueses, casi únicamente centrados en la consecución del derecho al voto.

Para Marx, Engels, y de alguna forma para sus predecesores del socialismo utópico cuyo legado recogen en este aspecto como Fourier y Flora Tristán, así como para sus sucesores, el origen de la discriminación y opresión que padecía la mujer no estribaba en no tener reconocido el derecho al voto, ni en ningún aspecto consubstancial a la psicología humana, especialmente en la del varón, que implica esta situación. Para el pensamiento marxista el origen de la opresión de la mujer radicaba en circunstancias socioeconómicas, sin reducir el papel que cada individuo pueda cumplir dentro del marco que esas circunstancias rigen. La opresión de la mujer estaba en la necesidad del sistema capitalista en tener a un sector de la población en situación de inferioridad para poder usarla como mano de obra barata a la que mejor explotar; o como ejército de reserva a la que utilizar en casos de necesidad de mano de obra extra para la producción; y/o también para forzar a las mujeres a ejercer forzosamente el trabajo reproductivo y de cuidados, tan necesarios para el funcionamiento de la economía capitalista. Así, de las instituciones ideológicas burguesas, surgía la legitimación de esta situación, originando una mentalidad sexista y discriminadora, que unida a las situaciones de miseria y
carestía sociales terminaban por hacer el resto. Todo esto era una situación que de una u otra manera venía arrastrándose desde el surgimiento de la sociedad de clases, adaptándose a las circunstancias de los distintos modos de producción a lo largo de la historia humana, y que anteriormente, durante el paleolítico apenas se dio, momento este en el que la mujer disfrutó de una situación social que no volvió a darse posteriormente.

Lenin y sus colaboradores, así como sus seguidores en la Internacional Comunista son herederos de esta concepción, y partiendo de aquí elaboran un programa y unas líneas de actuación, que podría resumirlas en los siguientes puntos:

  1. Prioridad en la organización de las trabajadoras en el seno del partido y de los sindicatos. Se tiene muy claro que sin la participación de la mujer no puede triunfar ya no sólo la revolución socialista, sino el establecimiento de un movimiento obrero digno y eficaz.
  1. Luchar contra todo tipo de prejuicio sexista entre el proletariado masculino frente a sus compañeras de clase. Ante todo, como ya se ha citado anteriormente, se busca la unidad del proletariado, por encima de diferencias de sexo, nacionalidad, religión, étnica o cualquier otra consideración.
  1. Para trabajar bien esta temática se necesitan unos organismos e instituciones especiales que entiendan bien esta labor, así como unos medios de agitación y propaganda propios. Ahora bien, estos organismos e instituciones especiales nunca independientes, y siempre coordinados con el conjunto del partido. Además, se inducía a los varones a participar en las asambleas de mayoría femenina, como medio pedagógico en el que fuesen comprendiendo los problemas propios de las camaradas y forma de combatir posibles prejuicios sexistas.
  1. Lucha ideológica contra todas aquellas tradiciones culturales vejatorias paras las mujeres, y apoyo de todas aquellas iniciativas que beneficiasen su emancipación y consecución de derechos, viniesen de donde viniesen.
  1. Concienciar a las mujeres trabajadoras y del conjunto del pueblo trabajador de participar en las movilizaciones contra aquellas lacras que el capitalismo imponía como la carestía de la vida, la falta de servicios, etc.
  1. Dejar muy claro que la emancipación de la mujer sólo sería posible con la implantación de la economía socialista. Todo aquello que no dejase esto claro, no era nada más que reformismo burgués que desviaba del objetivo prioritario. Desde este punto de vista, Lenin tiene muy claro en enfocar la cuestión femenina desde unos planteamientos de clase, aunque evidentemente sus posiciones beneficiaban al conjunto de las mujeres fuese cual fuese su origen social, pese a ser la mujer obrera la más beneficiada.
  1. Una vez en el poder abolir todas aquellas leyes y cuerpos jurídicos discriminatorios frente a las mujeres, consiguiendo la igualdad jurídica plena.
  1. Con este último paso se conseguía la igualdad de derecho, pero no la de derecho. Esta vendría con dos medidas más. La primera con la implantación de la economía socialista, que al estar en manos de los trabajadores, independientemente del sexo, conseguía la igualdad económica entre mujer y varón proletario, eliminando además de raíz toda causa de opresión y miseria social.
  1. La segunda medida era con una fuerte implantación de la socialización del trabajo doméstico, que liberaba a la mujer del alienante trabajo doméstico y reproductivo (casas cuna, guarderías, lavanderías públicas, comedores públicos, etc.)

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