Fallido embargo de la UE  al sector energético ruso

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Los países europeos viven una crisis energética por los altos precios del gas y la electricidad, después de que se dispararan como consecuencia de las sanciones impuestas a Rusia por su operación de desmilitarización y desnazificación de Ucrania, las cuales, en particular, restringen la exportación de esos productos energéticos. Pero a pesar de las sanciones, la UE incrementa las importaciones de gas ruso en 2023.

Por mucho que con la boca grande los países de la UE hagan gala de rusofobia, a la hora de la verdad baten récords de compras de gas natural licuado (GNL) a la Federación Rusa. En resumen, aunque se declare el rechazo al gas ruso, la saturación actual de las instalaciones de almacenamiento europeas (99,32%) es en gran parte el resultado de las compras activas de GNL a Moscú. Pasará otro invierno en que seguiremos tostando las castañas con gas ruso.

Los países de la UE, incluidos los firmes aliados de Ucrania, como Estonia y Lituania, compraron en 2023 gas natural licuado (GNL) ruso por valor de 6.100 millones de euros, informa Telegraph, las compras de GNL no están restringidas y están muy por encima de los niveles observados antes de la invasión de Ucrania.

Esta creciente dependencia de la UE del GNL corre el riesgo de socavar el compromiso del bloque de poner fin al uso de combustibles fósiles rusos para 2027: «A pesar de la promesa de desinvertir en combustibles fósiles procedentes de Rusia, el número de cargueros que transportan GNL desde Europa ha aumentado«, afirma el diario.

Una trayectoria ascendente

Conforme con los datos del Instituto de Estudios Europeos de la Academia de Ciencias de Rusia, en 2022 las entregas del GNL ruso a Europa alcanzaron un máximo histórico de 16.700 millones de metros cúbicos (mmc), frente a 12.300 mmc en 2021.

De enero a septiembre de 2023, de acuerdo con las estimaciones del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA) los mayores importadores europeos de GNL ruso fueron España, que recibió 5.210 millones de metros cúbicos (mmc); Francia (3.190 mmc) y Bélgica (3.140 mmc). Al mismo tiempo, el gas ruso representó un 15% de las importaciones de GNL de Francia, un 26,5 de las de España y un 37,2 de las de Bélgica.

De enero a julio del año en curso, los gastos de España en GNL de Rusia fueron los mayores entre los países del bloque comunitario y alcanzaron 1.650 millones de euros, seguidos por los de Francia (1.320 millones de euros) y Bélgica (1.300 millones). Tal y como informa la energética española Enagas, Rusia es el tercer socio de España en 2023, solo por detrás de Argelia y Estados Unidos

En general, en los primeros siete meses de 2023, los países de la UE pagaron un total de 40.870 millones de euros para importar GNL, incluidos 5.510 millones de euros por comprarlo de Rusia. Durante el mismo periodo, Estados Unidos fue el mayor exportador de GNL para la UE, obteniendo el ingreso de 17.210 millones de euros, el segundo lugar lo ocupó Rusia y Catar fue el tercer líder con el beneficio de 5.370 millones de euros.

España y Bélgica son los mayores clientes de Rusia en la Unión Europea. De acuerdo con las estimaciones del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA), las compras en 2023 se dispararon un 50% respecto al 2022. De enero a octubre de 2023, Madrid compró 5.210 mmc, y Bruselas 3.140 mmc. El suministro crece porque no todos los Estados de la UE tienen acceso al mar y capacidad de regasificación de GNL. España y Bélgica sí las tienen, y desde esos países, el producto regasificado se envía a otros lugares.

En el caso español económicamente no era rentable abandonar el gran contrato a largo plazo vigente desde 2018 entre la energética rusa Novatek y la española Naturgy, dado que las condiciones del acuerdo prevén precios de gas inferiores a las cotizaciones del mercado.

Con respecto a Francia, en palabras de Pavel Márishev, director de desarrollo de la empresa de ingeniería Energia Plus, ese país no solo compra activamente GNL ruso, sino que sigue explotando la energía nuclear con fines pacíficos, lo que contradice el vector general de la UE.

Según datos de la empresa francesa Kpler, especializada en recopilar información sobre mercados de materias primas, el gas licuado ruso representa el 16% de las importaciones totales de la UE de este combustible.

Desde Rusia han indicado en reiteradas ocasiones que la UE cometió un grave error al renunciar a las adquisiciones de los hidrocarburos rusos y cayó en una nueva dependencia con EEUU pero con precios más altos, asumiendo unas pérdidas económicas colosales.

«Las pérdidas totales de la Unión Europea por las sanciones impuestas y las decisiones aprobadas en las áreas económicas para reducir la cooperación con Rusia se sitúan aproximadamente en 1,5 billones de dólares», estimó el viceministro de Exteriores ruso Alexandr Grushkó en una comparecencia ante la prensa al margen del XVI Foro Económico Euroasiático de Verona que acogió la ciudad uzbeka de Samarcanda del 3 al 4 de noviembre de este año.

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