El titán Tesla tiembla: todos sus talleres en huelga

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Antonio Gil

Desde el 27 de octubre pasado, los 120 mecánicos que Tesla tiene en sus siete talleres en Suecia están en huelga. Y han conseguido poner contra las cuerdas a la empresa que lidera el ranking de coche más vendido del año en el país nórdico. Hasta aquí, nada que no hayamos visto antes: la empresa se niega a firmar un convenio colectivo y el sindicato que representa a los trabajadores, IF Metall, en respuesta, convocó la huelga.

Lo que resulta llamativo en este conflicto es la extensión del mismo desde que comenzó la huelga: ante los intentos de Tesla de contratar esquiroles y derivar los coches a otros puertos, la respuesta sindical ha sido desencadenar una campaña a nivel nacional, por lo que de 120 personas en huelga se pasó a 300.000 (la afiliación de IF Metall), a lo que luego progresivamente se han ido implicando los trabajadores de la red eléctrica (que no hacen reparaciones en los puestos de carga de Tesla), los estibadores y los transportistas (que no descargan o trasladan vehículos) o los taxistas (que no adquirirán ningún Tesla hasta la firma del convenio).

Pero Musk ha sabido capear este temporal, de momento, recurriendo al transporte por tierra por parte de empresa de fuera de Suecia para entrar vehículos en el país, y encontrando talleres y servicios de mantenimiento que se prestasen al esquirolaje.

El nuevo actor que ha entrado en escena parece ser que desequilibrará la balanza: a esta campaña de boicot a Tesla se han sumado los trabajadores de correos, que en el caso de Suecia engloba desde el envío de paquetería y cartas hasta la entrega de pallets de mercancías, por lo que la entrega de repuestos a los talleres se verá detenida y, más importante aún, matrículas. Para entender el alcance de esto, es necesario señalar que en Suecia sólo existe una forma legal de entregar placas de matrícula, y es por correo, de lo cual se encarga la empresa pública sueco-danesa Postnord.

Tesla ha intentado solucionar esto contactando con las autoridades de transporte suecas para encontrar ‘formas alternativas de distribución’, pero la respuesta de dichas autoridades ha sido un no rotundo porque eso contravendría la legislación del país.Los motivos de la extensión tan grande de un conflicto a priori menor en un país en el que las huelgas son muy escasas se encuentran en el propio modelo sindical sueco: a pesar del descenso en la tasa de sindicación, la cobertura de los convenios colectivos sigue siendo muy alta.

Las propias empresas han sostenido el sistema de negociación colectiva, pues consideran que les otorgan buena reputación y que mejoran las relaciones con la plantilla. A ello se añade la ausencia en la legislación laboral sueca de un salario mínimo, por lo que son los convenios los que garantizan este.

Los sindicatos suecos temen que si las grandes empresas como Tesla se descuelgan de este modelo, opten por conseguir ventajas competitivas rebajando las condiciones laborales y salariales.

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