EEUU convocó hace unos días a un nuevo acuerdo, la Alianza para la Prosperidad Económica. Confirmaron su asistencia al encuentro de alto nivel: Gustavo Petro (Colombia), Gabriel Boric (Chile), Rodrigo Chaves (Costa Rica), Guillermo Lasso (Ecuador), Dina Boluarte (Perú), Luis Abinader (Rep. Dominicana) y Luis Lacalle Pou (Uruguay).
En junio 2022 Biden anunciaba en la ceremonia de apertura de la Cumbre de las Américas, un nuevo acuerdo: la «Americas Partnership for Economic Prosperity» (APEP), para impulsar la recuperación y el crecimiento de la economía. El 27 de enero de 2023 el Secretario de Estado Antony J. Blinken y la Embajadora Representante Comercial de EEUU, Katherine Tai, organizaban un evento ministerial virtual para promoverla en el que participaron los gobiernos de Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Rep. Dominicana, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay.
EEUU lo describe como un marco de cooperación regional para fomentar la competitividad regional, la resiliencia, la prosperidad compartida, la inversión inclusiva y el compromiso con el desarrollo sostenible de la región compartida pero el trasfondo de la convocatoria oculta la verdadera intención: «contener a China«.
La intención del Gobierno estadounidense con esta convocatoria es competir con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, con la que China ha logrado una presencia significativa en la región, EEUU pretende contrarrestarla con aspectos que tienen que ver con infraestructura digital, nuevas tecnologías, telecomunicaciones, 5G.
EEUU se compromete a trabajar con sus homólogos en explorar oportunidades para hacer crecer y diversificar el ecosistema global de semiconductores utilizando fondos del ITSI (Fondo Internacional de Seguridad e Innovación Tecnológica), asignado en virtud de la Ley CHIPS (Chips and Science Act) de 09 agosto 2022, que asigna 52.000 millones de dólares a un fondo para distribuir subvenciones para el desarrollo de plantas de semiconductores y la investigación y el desarrollo. Estos esfuerzos respaldarán la colaboración con los países en un conjunto de nuevos programas diplomáticos y de desarrollo de capacidades para crear una cadena de valor global de semiconductores más resiliente, segura y sostenible, en apoyo de la industria y la capacidad de EEUU.
En un momento en que el gigante asiático está afianzado en el comercio de las más grandes economías latinoamericanas. Y es que China es un socio vital para los líderes de la región latinoamericana: desde 2010 es el principal socio comercial de Brasil, país junto con el que conforma la alianza BRICS+ (se incorporarán, a partir del 1 de enero de 2024, Argentina, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía,), mientras que en 2022 China fue el segundo socio comercial de la Argentina, con un intercambio total por 25.430 millones de dólares. Mientras que por el contrario México está en codependencia con Washington, que se afianzó desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (1994) y su ratificación en 2018, ya como Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Las declaraciones de la secretaria del Tesoro norteamericana, Janet Yellen en el Foro de Inversión Responsable del Banco Interamericano de Desarrollo (IDB) celebrado este 2 de noviembre lo apostilla en el sentido de aumentar el comercio entre EEUU y América Latina y remarcan los beneficios que la potencia norteamericana podría llevar a la región.
«Los 12 países de la Asociación de las Américas para la Prosperidad Económica (APEP) están vinculados no solo por nuestra geografía sino también por nuestros compromisos con la democracia, nuestros valores compartidos y nuestras aspiraciones de crecimiento inclusivo y resiliente y seguridad regional. APEP ofrece a nuestros países un vehículo clave a través del cual profundizar la integración económica, aumentar la competitividad de nuestra región, impulsar la inversión del sector privado y fomentar el desarrollo inclusivo y sostenible. Para Estados Unidos, APEP, y este Foro en particular, nos permiten profundizar aún más nuestras asociaciones con el Grupo BID y con otros miembros de APEP y lograr avances concretos en nuestros objetivos compartidos»
Y añadió:
«Permítanme referirme a un área en la que tenemos una oportunidad única de trabajar mucho más estrechamente: los esfuerzos por diversificar las cadenas de suministro. […] Esto tiene enormes beneficios potenciales para impulsar el crecimiento en América Latina y el Caribe.»
[Friendshoring]: agrupación de países con valores y principios compartidos y el proceso de “«favorecer la vinculación de las cadenas de suministro entre ellos, para que podamos continuar ampliando de forma segura el acceso al mercado y reducir los riesgos para nuestra economía, así como para la de nuestros socios comerciales de confianza», en palabras de Janet Yellen en abril 2022.En la guerra de los chips con China, EEUU tiene un gran poder al dominar las partes de más valor añadido de la cadena de suministro. Aquí es clave la idea de H. Schwartz que en su estudio: «American hegemony: intellectual property rights, dollar centrality, and infrastructural power« sobre el peso de los derechos de propiedad intelectual en las cadenas de suministro modernas. Las empresas estadounidenses que participan en la desagregación global de la producción han construido cadenas de productos básicos en las que capturan partes desproporcionadas de las ganancias globales a través de su control sobre la propiedad intelectual.
Como ejemplo el Departamento de Estado anuncia la organización de varios simposios, entre ellos el Simposio sobre trabajadores del sector de semiconductores de la Alianza para la Prosperidad Económica que comenzará en Costa Rica en febrero de 2024 y estará orientado a desarrollar la capacidad de la fuerza laboral y brindar capacitación técnica para la región relacionada con semiconductores, ciberseguridad y otros campos de la economía digital de alta tecnología.
