Dalet. Historia de Socialismo Fiduciario

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(Este artículo es la traducción al español de Dalet. The story behind Fiat Socialism publicado por The Gower Initiative for Modern Money Studies con motivo de la publicación de la traducción al inglés de Socialismo Fiduciario).

“No es el tres, es el cuatro” – recuerdo claramente el momento en que tuve ese pensamiento. Me asaltó una intuición. Estaba escribiendo el artículo Un Consenso Socialista Chino. Era agosto de 2021. Reflexionaba sobre la visita de Deng Xiaoping a Washington del 1 de enero de 1979 y escribí:

“Plantear las relaciones chinas con EE.UU. desde una atalaya desde la que preconizar el colapso inminente del capitalismo no tenía ningún sentido. Deng sabía que ese colapso no se iba a producir. Esto le permitió superar la fórmula trinitaria enunciada por Marx en el capítulo XLVIII del tercer volumen de El Capital, según la cual solo hay tres fuentes de renta: el capital-ganancia, la renta del suelo y el trabajo-salario. Deng sabía que las fuentes no eran tres sino cuatro, ya que a la lista de Marx había que sumar el gasto público como fuente de realización de beneficios.”

Así fue como el número cuatro hizo su entrada enSocialismo Fiduciario. Hasta ese momento, Socialismo Fiduciario no era más que un proyecto sugerente, un racimo de artículos sin estructura común. Pero ahora las cosas eran distintas. La presencia del número cuatro dotaba al proyecto de, por lo menos, un atisbo de estructura.

Dalet

El número cuatro, representado por dalet, la cuarta letra del alfabeto hebreo, la letra que designa la pobreza, solo una pata sobre la que sostenerse. En ese sentido, dalet también puede entenderse como necesidad, como aquellas cosas sin las cuales uno siempre es pobre, nuestras necesidades básicas en el día a día. Este hecho me impactó profundamente.

Un primer nombre me vino a la mente, Bill Mitchell. En 2017, publicó un artículo en su blog que llevaba como título Stuart Chase – un visionario que se adelantó a su tiempo. Como el obediente y confeso discípulo de Bill Mitchell que era, su blog siempre formaba parte de mi desayuno. De esa manera descubrí el libro de Stuart Chase The Road We Are Traveling [El Camino Que Seguimos], escrito en 1942. En él dejó por escrito sus reflexiones sobre los fines que debían regir la política económica de todo gobierno razonable. Es decir, planteaba los fines como punto de partida. ¿Cuáles eran esos fines? Precisamente nuestras necesidades básicas en el día a día: pleno empleo garantizado y permanente, utilización plena y prudente de los recursos naturales, garantía a todo ciudadano de comida, alojamiento, vestido, servicios sanitarios y educación, seguridad social en forma de pensiones y subsidios, y garantía de estándares laborales dignos. Una sociedad que garantizara estos cinco puntos de manera simultánea y permanente, ¿debería de recibir el calificativo de socialista? En mi opinión, la respuesta a esta pregunta es sí. De hecho, sólo las sociedades socialistas han estado cerca de conseguir estos cinco fines, desde el pleno empleo permanente por ley hasta todo el resto de cuestiones señaladas por Chase.

Esto no sólo me impactó, me conmovió. Me acordé de más nombres: Rudolph Hilferding, Friedrich Adler, Otto Bauer. Los principales autores del austromarxismo. Esto era lo que ellos tenían en mente. Después surgieron más nombres (Chris Williamson, David Graeber), pero primero había que resolver el problema de la estructura. Tenía que dotar al libro de una estructura con estos mimbres. En ese momento fue cuando la figura de Immanuel Kant hizo acto de presencia. Él representaba los cimientos sobre los que se asentaba todo lo anterior. Muchos años antes había leído un viejo libro que compré en la librería de segunda mano de mi calle. Era un libro sobre Schelling y en él el autor, Steffen Dietzsch, escribió: “Kant no es la solución, pero no hay solución sin Kant”. Ahora sabía que tenía razón.

Me sumergí en Kant y lo que encontré fue a dalet. El esquema kantiano es una representación del número cuatro. Arthur Holmes solía referirse a ello en sus clases. Una referencia, un principio general, una regla y un caso. Ese es el esquema en cuatro de Kant. Junto a él, el esquema en tres de Hegel (tesis, antítesis y síntesis) se disuelve en el sinsentido. El esquema de Kant, el punto de referencia del austromarxismo, es muy superior al de Hegel. Socialismo Fiduciario adoptaría este esquema en cuatro a modo de estructura.

Como referencia tomé los cinco puntos de Stuart Chase y los rebauticé como los fines del socialismo, el punto de partida. Como principio general adopté la teoría monetaria moderna de Bill Mitchell como método para conseguir el pleno empleo sin crear presiones inflacionarias y al nombre del libro le añadí un subtítulo, Socialismo Fiduciario. La consecución de los fines del socialismo mediante la teoría monetaria moderna. A modo de regla escogí la ecuación de los beneficios de Kalecki y como caso tomé a España.

Decidí analizar el caso de España porque es mi país, es el lugar que mejor conozco y que más me importa. La razón por la cual elegí a Kalecki también fue Bill Mitchell.

Bill Mitchell se declara marxista kaleckiano. Esto me llevó a descubrir la obra maestra de Kalecki Aspectos Políticos del Pleno Empleo y después su ecuación de los beneficios. En Aspectos Políticos del Pleno Empleo, Kalecki escribe sobre una “economía de metas” orientada desde su inicio hacia los fines que se desean conseguir. Esto encajaba perfectamente con el esquema de Kant y con los fines del socialismo como referencia. La ecuación de los beneficios es esta:

Beneficios netos = Inversión en capital fijo + consumo de los capitalistas + déficit público – ahorro de los trabajadores + saldo de la balanza comercial

Subrayo el déficit público porque es el factor decisivo para Socialismo Fiduciario. Recordemos que no hay solución sin Kant, pero que Kant en sí mismo no es la solución. Esto me llevó a una cuestión preliminar de carácter gnoseológico. El esquema en cuatro que había construido siguiendo los pasos de Kant era inductivo y el esquema de Kant era deductivo. Así, Kant nos lleva desde lo universal hasta lo particular y extrae las verdades particulares de principios generales independientes de la experiencia. Socialismo Fiduciario hace lo contrario. En él, es de las experiencias particulares de las que son extraídos los principios generales. Esto se puede ver desde un principio, ya que Socialismo Fiduciario propone resultados prácticos como fines de las actividades macroeconómicas. Los déficits públicos se encuentran en el centro de este análisis. Socialismo Fiduciario defiende que, más allá de la existencia o no de la iniciativa privada y más allá de las decisiones económicas tomadas por el sector privado, el gobierno siempre debe garantizar los cinco fines del socialismo mediante el suficiente gasto público. Esta decisión a posteriori por parte del gobierno es posible gracias al carácter fiduciario de las monedas nacionales estudiado por la teoría monetaria moderna. Esta cuestión se convirtió en la introducción del libro.

Un último capítulo extrae las conclusiones de la obra. Un nombre sobresale sobre los demás, David Graeber. Socialismo Fiduciario hace suyo el concepto de comunismo de base recogido por David Graeber en su libroEn Deuda, donde se sostiene que la cuestión fundamental del comunismo no es la propiedad de los medios de producción, sino “quién tiene acceso a qué tipo de cosas y con qué condiciones”. Esta es la manera correcta de interpretar la máxima “de cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades” expuesta por Marx.

El libro contiene dos partes esenciales más, un prólogo escrito por Chris Williamson y una colección de artículos. Es un gran honor para mí que una figura tan relevante como Chris Williamson, autor de Ten Years Hard Labour, fuera tan generoso como para escribir el prólogo. Esto no solo mejora la calidad del libro en su conjunto, también me permite asociar mi nombre al legado de Chris Williamson y le estoy profundamente agradecido por ello.

La colección de artículos lleva por nombre euro delendus est. El proyecto de Socialismo Fiduciario se gestó en forma de artículos de prensa que suelo terminar con la frase euro delendus est, el euro debe ser destruido. Mediante noticias de actualidad, en los artículos se explica la necesidad de la soberanía monetaria para proponer cualquier transformación socialista de la sociedad. Un Consenso Socialista Chino es uno de esos artículos. Por consiguiente, euro delendus est también es uno de los pilares fundamentales de Socialismo Fiduciario. Muchos de los artículos han sido corregidos y publicados en inglés por Claire Jackson-Prior en el portal web de The Gower Initiative for Modern Money Studies. Claire Jackson-Prior también corrigió mi traducción del español al inglés de Socialismo Fiduciario. Trabajar con ella ha sido una experiencia maravillosa y le estoy muy agradecido por su bondad, su dedicación y la extraordinaria calidad de su trabajo.

Esta es la historia de Socialismo Fiduciario, ya disponible en inglés. Es una historia sobre dalet, la representación del número cuatro, la pobreza y las necesidades, pero también una palabra que significa puerta. En ese sentido, Socialismo Fiduciario trata de ser una puerta para que la humanidad abandone la pobreza y se adentre en una sociedad socialista en la que las necesidades básicas de todo el mundo y el cuidado de la naturaleza estén permanentemente garantizados.

Euro delendus est

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