Cuando se instauró el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición por los Reyes Católicos en 1478 fue para mantener la ortodoxia católica entre los cristianos, pues aquella no actuaba contra musulmanes o judíos, salvo que estos se hubieran bautizado.
La Inquisición fue especialmente activa persiguiendo las herejías como el luteranismo y a los falsos conversos que en secreto seguían practicando su religión, habiéndose bautizado con el único objetivo de salvar su vida y bienes, como fue el caso de los “marranos”.
Los marranos eran los judeoconversos que usaron el bautizo como forma de continuar viviendo en sus casas, conservar sus trabajos y bienes; estando siempre en el punto de mira de sus vecinos cristianos viejos, prestos a denunciarlos a la Inquisición en cualquier momento.
Los cristianos viejos eran especialmente activos contra los cristianos nuevos, y más cuando veían que podían sacar un beneficio de expulsar a un competidor en un negocio, quedarse con sus bienes o casa.
Cuando un marrano era denunciado, siempre anónimamente, la Inquisición se ponía en marcha y procedía a actuar contra ese “fraude de ley” que era convertirse al cristianismo y seguir profesando la religión judaica. Las cosas solían terminar muy mal para los denunciados.
Hoy, esa situación se repite con la nueva Inquisición que la Ley Trans ha venido a establecer gracias al Gobierno de coalición del PSOE y UP, sólo que en una tan mal pergeñada ley han olvidado, más por soberbia que por falta de avisos, cómo evitar el fraude de ley.
Ello ha dado lugar a que personajes del mundillo influencer tan misóginos como Roma Gallardo hayan aprovechado para chupar cámara, burlarse de la ley y mostrar una vez más todos los agujeros de una ley hecha con los pies.
personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI.
Ello ha ocasionado el escándalo de alguna jurista, que a pesar de su hilo sobre los plazos ha sido incapaz de indicar cómo se evita el evidente fraude de ley que cualquiera puede cometer, sea con el objetivo de ganar presencia en las RRSS u obtener ventaja en una oposición.
Es imposible detectar el fraude de ley por más que a nadie le queda duda que Gallardo, o quien sea, lo está cometiendo. La ley es “clara”, la identidad sexual es una “vivencia interna … tal y como cada persona” diga que es. Sin más. ¿Y quién puede dudar de una vivencia interna?
Porque quienes podrían dudar de esa vivencia interna -los/as profesionales de la salud mental- tienen vetada bajo amenaza de multas e inhabilitación cualquier intervención que ponga en duda esa afirmación de “soy mujer porque me siento mujer”.
Y desgraciadamente muchos y muchas profesionales en el campo de la psicología, psiquiatría aceptan por miedo esta situación y se prestan a ir conscientemente contra la salud de sus pacientes, como lo hacen los médicos y cirujanos que hormonan y mutilan a adolescentes.
Pero volviendo al fraude de ley y a la astracanada de Gallardo, que puede no ser la única, la probabilidad de que se aplique el fraude de ley tal y como lo entienden el art. 6.4. del Código Civil y el 11.2. de la LO del Poder Judicial es algo más que dudoso ante “la vivencia interna”. Tan mal le ha sentado a alguno, que en una manifiesta contradicción con lo que defendía a capa y espada que llega a pedir un “cispassing”, sin ser consciente de lo que escribe, como criterio de “mujeridad” a los Gallardo que surjan.
De seguir el criterio de Abad para evitar ese rechazo laboral nos encontraríamos que Cambrollé sí sería una mujer comme il faut; Alex, no, que ni melena ni faldas; y Colao, ahí, ahí andaría, porque según calce tacones es mujer, o no, como me recuerda Gregorio Segovia.
Supongo que a estas alturas, y para evitar “fraudes de ley”, la Inqueersición se pondrá manos a la obra en cuanto los transviejos vayan señalando y denuncien a los transmarranos como Gallardo. Ya está bien que no se respeten los derechos de pureza de sangre de los transviejos. Y esto, o se corta de raíz o podemos ver a cualquier advenedize haciendo carrera en las listas electorales, y eso no, que les mujeres llevan mucho tiempo luchando por sus legitimes dereches y ser elles.
