Agosto en Sevilla: golpes de calor y delirio colectivo

Los más de 40 grados impiden salir de casa más que para lo indispensable. La flama obliga a bajar persianas y abrir ventanas, buscando corrientes de aire a la sombra. Afuera tan solo quienes no tienen más remedio, trabajadores a los que les toca jugarse la vida a la intemperie en plena canícula estival. Los aparatos de aire acondicionado incrementan más aún la temperatura en la calle y se hacen aún más indispensables dentro de casa. Al final de la tarde, cuando los rayos del sol comienzan a desaparecer, la gente sale y se reúne en la calle o en casa para disfrutar de la noche y contarse sus cosas, sus delirios de agosto, como los personajes de Smoke, la famosa película guionizada por Paul Auster. Pero esto no es Brooklyn, es Sevilla.

En Triana, en el atrio de la parroquia de San Jacinto, hay un ficus que fue plantado hace más de un siglo, en 1913. El árbol adquirió unas dimensiones colosales, superando en altura a los edificios de alrededor y marcando con su enorme estampa la confluencia de las calles Pagés del Corro y San Jacinto. En 2021 cayó una de sus ramas hiriendo a varias personas, una de ellas gravemente. Las raíces del árbol son tan grandes que están afectando a los cimientos de la parroquia, monumento histórico del siglo XVIII, al acerado y al propio trazado urbano. De ahí que desde hace tiempo estén cayendo las ramas. Como las raíces no pueden seguir creciendo, el árbol es incapaz de mantener sus enormes ramas. Se ha estudiado la posibilidad de hacer algo para que el ficus perdure, pero este es tan grande y fuerte que necesita más espacio, más tierra. El gran atrio parroquial se le queda corto.

Por estas razones el párroco de San Jacinto y el Ayuntamiento de Sevilla decidieron talar el árbol, solución tan dolorosa como necesaria. Cuando se iba a proceder a ello, entre los meses de julio y agosto, colectivos ecologistas y otros activistas se movilizaron a través de las redes sociales para intentar parar la tala. Organizaron concentraciones, rodearon el árbol e incluso algunos se encaramaron al mismo. Finalmente, a mediados de agosto, el Ayuntamiento procedió a la tala hasta que un auto judicial la paralizó. Y así está el ficus a día de hoy. Perdidas las ramas, solo se conserva el tronco. A la espera de lo que digan los jueces.

¿De quién se pretende proteger con las movilizaciones a este árbol centenario? ¿Qué enemigos tiene el ficus de San Jacinto? Absolutamente ninguno. No es su enemigo el Ayuntamiento y, desde luego, tampoco lo son los dominicos de San Jacinto, que fueron quienes lo plantaron y quienes llevan más de un siglo cuidándolo. Es más, organizaciones trianeras de lo más variopintas se han manifestado en apoyo al párroco en este doloroso asunto de la tala del ficus: asociaciones vecinales, distintas AMPA de centros educativos, peñas béticas, asociaciones de jubilados, hermandades religiosas… Porque lo cierto es que tristemente el árbol se convirtió un peligro para los viandantes. La única solución para salvarlo pasaría por demoler una iglesia del siglo XVIII y gran parte del trazado urbano. Parece que lo más sensato es talar el árbol.

Al mismo tiempo que se producía la polémica en torno al ficus, en plena ola de calor, se desarrollaban también las movilizaciones de los vecinos del extrarradio de Sevilla. Tras años de cortes de luz, cada vez más frecuentes, salían a la calle los vecinos de Su Eminencia, La Plata, Padre Pío, Candelaria, Pajaritos, Polígono Sur, Torreblanca, Pino Montano… Los constantes cortes de luz en estos barrios obreros hacen cada vez más vulnerable a su población, especialmente en verano. Hogares sin aire acondicionado en plena canícula, sin luz, sin cocina para calentar el biberón al bebé. Carnicerías y otros comercios arruinados por la falta de corriente eléctrica. Más de 10.000 afectados este verano en estos barrios y tres muertes por golpes de calor.

Los vecinos se han movilizado durante todo el verano, con distintas manifestaciones en las que hubo detenidos simplemente por estar allí, por manifestarse en defensa de los trabajadores de estos barrios. Y continúan las movilizaciones a día de hoy, con dos encierros en centros vecinales. La compañía Endesa y la Junta de Andalucía, con el apoyo de la prensa amarilla, dicen que los cortes de luz se deben a los enganches ilegales y a la existencia de “narcopisos”, pero esto es falso de toda falsedad. Lo cierto es que Endesa no es capaz de surtir a todos los vecinos que tienen sus pagos en regla, carece de infraestructura para ello en estos barrios. Respecto a los “narcopisos”, en caso de que realmente exista ese problema, la solución habría de ser la intervención política y policial. No constan planes de actuación en este sentido, por lo que aludir a ese supuesto resulta realmente cínico.

¿Qué enemigos tienen los vecinos de estos barrios afectados por los cortes de luz? Tienen grandes enemigos: Endesa y la Junta de Andalucía que, lejos de comprometerse a modernizar la infraestructura energética de los barrios de la periferia sevillana, acusan a sus vecinos de cometer ilegalidades, de engancharse a la red de manera clandestina, de narcotráfico… Sin embargo, esta lucha vecinal en defensa de un bien básico para la vida no ha tenido, ni por asomo, los mismos apoyos de los colectivos activistas ni el mismo seguimiento en la prensa sevillana que la polémica del ficus. Ni de coña. ¡Y se trata de la lucha de decenas de miles de personas que piden vivir dignamente!

No es en el ficus de San Jacinto, sino en esta lucha de los barrios obreros donde el actual Gobierno municipal y toda la izquierda sevillana se la juegan. Se juegan el ser o no ser, porque la izquierda existe para defender causas como las de los vecinos de Barrios Hartos por los cortes de luz. Lo del ficus puede ser algo más cómodo, puede molar más, pero lo que da sentido a la izquierda es luchar por unas condiciones de vida dignas para todos los vecinos de una ciudad. Resulta imprescindible la modernización de las infraestructuras obsoletas de los barrios afectados por los cortes de luz. Resulta demencial que Endesa se haya preocupado solo por las infraestructuras de los barrios de rentas más altas. Esta tendría que ser la gran batalla política del Gobierno de izquierdas en el Ayuntamiento de Sevilla. De no ser así, ¿dónde piensan encontrar apoyos electorales en las próximas municipales? Hay realidades tan clamorosas que no desaparecen simplemente cerrando los ojos.

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