Entrevista a Jonathan Martínez, autor de La Historia Oficial

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Jonathan Martínez, 1982 Bilbao (Bizkaia, Euskal Herria) es conocido por su labor periodística y su activismo político en twitter. La Historia Oficial es su primer libro aunque haya ganado diversos premios de carácter literario a lo largo de sus cuatro décadas entre nosotros. 

Lo trajeron al mundo en la Zona Especial Norte. Lo que pasó antes y después nos lo lleva contando él mismo durante casi una década desde medios como Gara, Nació Digital, Público, Ctxt, Radio Euskadi, Catalunya Rаdio, ETB o TV3. Ha centrado su obra en la recuperación de la memoria histórica, el análisis del discurso mediático y la defensa de los derechos humanos, civiles y políticos. Articulista, guionista y, sobre todo, como él mismo afirma, contador de historias, estudió Dirección de Ficción Audiovisual en el CFP de Sevilla y ha trabajado en el Ámbito cinematográfico. En 2021 se doctoró en Comunicación con una tesis sobre el mito y el imaginario simbólico en el cine de Alejandro González Iñárritu.

El libro es un poco incalificable, en ocasiones se aprecia un estilo novelesco, en otras parece un ensayo y siempre con un lenguaje poético y una gran sensibilidad. ¿Por qué ese título, La Historia Oficial?

El título se refiere a una película argentina que habla de los desaparecidos durante la dictadura de Videla y que yo vi por primera vez en un momento importante de mi vida. También en este libro hay una búsqueda de un desaparecido. Por otra parte, se adivina un matiz irónico. Frente a la historia única que nos han impuesto los vencedores, me propongo recoger los añicos de las pequeñas historias silenciadas y devolver la voz a quienes se resistieron a la derrota. Creo que cada historia merece su propio tono, por eso no he visto inconveniente en mezclar géneros y registros.

El hilo conductor es la memoria del miedo y a la vez la búsqueda de la propia memoria. Para ello utilizas la metáfora de un vaso roto, ¿cómo podemos recuperar la dignidad tras esa fractura que suponen todas las catástrofes que describes en el libro?

En primer lugar, mencionando todo aquello que ha sido un peligroso tabú durante tanto tiempo. Cuando leemos los testimonios de los torturados bajo el régimen de Pinochet se nos hace un nudo en el estómago pero al mismo tiempo sabemos que es necesario escuchar esos gritos. Cuando recojo testimonios de algunas personas que sobrevivieron a los bombardeos nazis en Otxandio o en Karrantza me resulta inevitable pensar en la amnesia obligatoria de la dictadura franquista y en el infame borrón y cuenta nueva de la Transición. Nuestra obligación es devolverle el nombre a todos aquellos que fueron condenados a la inexistencia.

Hablas del Cinturón de Hierro, de la toma de Bilbao, de los familiares que se ocultaron en las cuevas del Valle de Karrantza en la guerra y la posguerra y de la recuperación de la Memoria Histórica, ¿Crees que vamos por el buen camino? ¿Qué opinas de la nueva Ley de Memoria Histórica?

La nueva Ley de Memoria Democrática no colma todos los deseos de las asociaciones memorialistas ni satisface todas las demandas de las víctimas. Sin embargo, me parece reconfortante escuchar las llamadas a la esperanza de algunos familiares que han sido ninguneados durante todos estos años y que ahora se aferran a cualquier oportunidad por tímida que sea. Dicho esto,  la clave de la memoria histórica reciente se encuentra en la impunidad del franquismo y en una Transición que homologó a sus responsables sin que ninguno rindiera jamás cuentas ante la justicia. El nudo de esa impunidad se encuentra en la Ley de Amnistía y considero un deber cívico apoyar la querella argentina contra los crímenes del franquismo. Por respeto a todas esas personas que han tenido que buscar en otros lugares del mundo la justicia que España les niega.

Comentas muy gráficamente de esos paralelismos extraños que tiene la historia, la caída de las torres gemelas, con la gente tirándose desde las ventanas en 2001, los hombres que cayeron del fuselaje de los aviones en la evacuación de Afganistán en 2021, los cuerpos lanzados al mar por la dictadura argentina, ¿Crees que estamos ante la caída del Imperio Americano? ¿Cómo valoras lo que está ocurriendo en Europa con la Guerra de Ucrania? ¿USA arrastrará a Europa en su caída?

No se puede mencionar el conflicto de Ucrania con un mínimo de honestidad sin explicar que se está librando una guerra subsidiaria entre dos potencias imperiales como Rusia y Estados Unidos. Francia y Alemania, que auspiciaron la salida dialogada del segundo acuerdo de Minsk, han quedado descolocados tras la invasión rusa. Y el planteamiento de la UE resulta un pálido eco del discurso de Washington. Por no hablar de que en los últimos años la dinámica de sanciones contra Rusia se ha demostrado tan ineficiente como nociva para los propios ciudadanos europeos. En cualquier caso, me parecen fascinantes los análisis que pronostican el declive del imperio estadounidense. La realidad es que el gasto militar de Estados Unidos alcanza unas cifras tan indecentes que solo es posible ver en la guerra el más lucrativo de todos los negocios. A día de hoy, las bases militares estadounidenses se extienden por todo el mundo y toda la bonanza económica de sus élites se sostiene sobre una inmensa montaña de cadáveres y un rastro de golpes de estado, invasiones y genocidios.

Citas a Primo Levi, a Michael Foucault, a Frantz Fanon, a Thomas Hobbes, a Tocqueville, A Aristóteles, ¿Qué papel debe jugar la intelectualidad en los cambios políticos, económicos y sociales que están por venir, sean estos malos o buenos?

Creo que se ha mitificado el papel del intelectual, probablemente como inercia de una época y un contexto social que veneraba a las voces comprometidas como Albert Camus, Simone de Beauvoir o Jean-Paul Sartre. Supongo que la realidad es más prosaica y lo que opera en nuestros días es una especie de intelectual orgánico que interviene en el debate público con tomas de posición inofensivas y cuya función se reduce a dotar de prestigio académico al pensamiento dominante. Las voces que me parecen más nutritivas y respetables suelen ocupar espacios marginales en la deliberación pública y su incidencia se reduce a las universidades o a los círculos más concienciados.

También citas a muchas mujeres, Silvia Federici, Sarah Kane, Alejandra Pizarnik, Emma Goldman, ¿Qué papel han de jugar las mujeres en el nuevo mundo? ¿La próxima revolución será feminista?

Lo tendrán que decidir las mujeres. Yo solo tengo derecho a decir que he disfrutado mucho leyendo a algunas de las autoras que aparecen citadas en el libro y que han explicado el mundo desde el anarquismo, como Emma Goldman, desde el feminismo materialista, como Silvia Federici, o desde la poesía, como Sylvia Plath o Alejandra Pizarnik.

Por último, ¿Cómo ves tu futuro, trabajando de periodista, escribiendo, tal vez en la política?

Me conformo con seguir mirando la realidad a través de las historias. Seguiré escuchándolas a quienes quieran contármelas y seguiré contándolas allá donde haya alguien que esté dispuesto a escucharlas.

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