De Pretty Woman a Sky Rojo

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Voy a empezar por lo básico: el feminismo es abolicionista. Abolicionista de toda explotación y opresión de las mujeres, lo que incluye el género, la pornografía, los “vientres de alquiler” y, por supuesto, la prostitución. Y hablo en singular, feminismo, por la misma razón que no hay antirracismos, antifascismos, antiesclavismos, etc.

La prostitución jamás ha sido “el oficio más antiguo del mundo”, sino la explotación y esclavitud más antiguas del mundo. Y como el relato de todo lo que llevamos de existencia de seres humanos, también el de la prostitución lo han escrito hombres. Los proxenetas, los puteros (prostituyentes) y los indiferentes ante la masacre de millones de mujeres.

Este relato se ha reflejado en la historia, en el lenguaje, en la literatura, y más recientemente, en el cine. Las mujeres prostituidas han sido el reflejo oscuro de las mujeres buenas y puras, las malvadas, las que rechazaban las normas y siempre se movían en los márgenes más degradados del relato.

En el año 1990 la maquinaria de Hollywood se puso en marcha para conseguir la cuadratura del círculo: hacer de una mujer prostituida la protagonista de una película con un invento que no habría superado ni el propio Walt Disney, la mayor operación de blanqueo de una explotación jamás vista: el putero es un millonario caballero andante y la prostitución un trabajo que te puede llevar a la soñada historia de amor. Una nueva versión de la Cenicienta en la que, en el colmo de la “modernez”, no hace falta ser una buena chica sacrificada y virgen para conseguir al príncipe.

De esta basura y del resto ha estado bebiendo el imaginario popular en lo relativo a la prostitución, y sus efectos siguen muy vigentes hoy día, con mujeres y hombres concienciados y de izquierdas, y hasta que se dicen feministas, que consideran la prostitución un trabajo y una elección personal.

Romper ese relato es muy difícil, máxime cuando el lobby proxeneta lleva años invirtiendo cantidades ingentes de dinero en mantenerlo, desde Anela hasta Aprosex y Otras.

Entre las personas que más firmemente están luchando por mostrar la realidad de la prostitución en nuestro país desde el cine documental y la literatura está sin duda Mabel Lozano, con un merecidísimo Goya este año, y de la que todo lo bueno que pueda decir se quedará corto. Mabel hace años que puso su imagen, su inteligencia y sus recursos, al servicio de aquellas a las que nadie daba voz, para contar sus historias reales, sin regodeos morbosos, pero sin concesiones.

Y entonces llega a nuestras pantallas una serie llamada Sky Rojo, concebida para atraer al gran público. Dada la experiencia previa, me acerqué a ella con mucho temor y pocas esperanzas, y me llevé una grata sorpresa.

Es una serie muy bien hecha, con una estética cuidadísima y grandes actores (Verónica Sánchez está simplemente magistral y Asier Etxeandia es un insuperable proxeneta). Bebe indudablemente del cine de Tarantino y de películas como Airbag, con un gran ritmo, mucha violencia y humor negro. Podría haberse quedado ahí y habría seguido siendo un producto bien hecho y de éxito. Pero no se queda ahí, y ese es su gran mérito. Porque la omnipresente protagonista de la serie es la realidad de la prostitución, esa terrible e incómoda realidad. No se presenta como aderezo, ni en los márgenes del guión, no, el corazón de Sky Rojo muestra, sin sentimentalismos ni excusas todas las caras de la prostitución: cómo funcionan los clubes y los proxenetas, cómo se esclaviza a las mujeres, cómo piensan los puteros y cómo lo viven las mujeres prostituidas. Es imposible sustraerse a la cruda realidad, porque más allá del envoltorio, la auténtica protagonista de Sky Rojo es la prostitución, la más terrible esclavitud de las mujeres, sus causas y sus consecuencias. Y va a llegar a millones de personas, sobre todo jóvenes, que por desgracia jamás verán los magistrales documentales de Mabel Lozano.

En estos tiempos de relativismo cada vez más presente en la izquierda y en el feminismo, con un discurso en el que las esclavitudes de las mujeres (prostitución, pornografía, hipersexualización, vientres de alquiler) se presentan como “empoderantes”, me parece de una gran valentía y compromiso hacer una serie como Sky Rojo, que destroza de principio a fin esos “mitos”.

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