Más Romero y menos Snyder

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Quiero aprovechar mi columna para hablar de algo diferente a lo que suelo hacer como es el cine, pero que este caso creo que está muy conectado con lo que es esta lucha contra esta uberización y este capitalismo que estamos dando y que o bien, puede haceros descubrir lo que para mí, es uno de los más grandes directores de cine de todos los tiempos, utilizando siempre un género muchas veces tan incomprendido o tan infravalorado como el terror para hacer una crítica social, o bien puede hacer para los que conozcáis su obra, del mismo modo haceros llegar a la reflexión después un visionado nuevo, como ha sido mi caso.

Hablamos de George A. Romero, director de cine considerado el padre del género «zombie» tal y como lo conocemos a día de hoy, (con sus matices y dentro de lo que ha podido evolucionar este tipo de cine y sin ser el primero) y que a mí, viendo estos días el anuncio del inminente estreno de la versión de Zack Snyder de «La liga de la justicia» me ha venido a la cabeza una de sus primeras cintas, el remake de «El Amanecer de los muertos vivientes» (Dawn of the Dead) en la cual, el mismo Snyder, actualiza la obra de los setenta, pero aportándole un cierto aire más «palomitero» en cuando al aspecto comercial para olvidarse un poco de la crítica social que caracterizaba el film original de Romero.

Y es que cuando se habla de esta primera trilogía, sobretodo en cuanto a la primera «Night of the living dead» o de la mencionada «Dawn of the Dead» ( o Zombi en Europa, gracias a la financiación de Darío Argento, el genio del «Giallo» italiano), hay que ponerse en el contexto para entender el fondo que nos quiere explicar Romero.

En el caso de la primera, es evidente que Romero hace una crítica feroz y muy valiente contra segregación racial en una época histórica para la lucha de los derechos civiles en los Estados Unidos, haciendo ver al espectador que en medio de la lucha por la supervivencia del ser humano, el peor enemigo del hombre no son los zombies, sino la misma humanidad y su crueldad.

Posteriormente, para la mencionada segunda parte, Romero esta vez utiliza un centro comercial, un modelo de espacio recién creado en esa época (hablamos de los 70), para saciar la sed de consumo de las ciudadanas y ciudadanos americanos.

Algo que vuelve a ser objeto de crítica para Romero en cuanto a cómo el capital nos hace olvidarnos no sólo ya de unos valores humanos, sino de cómo, estando otra vez en una situación en la que nos jugamos la vida, el consumismo nos ciega hasta de nuestra propia supervivencia.

Un escenario en el que mientras por una parte tenemos un centro comercial atestado de muertos vivientes que se dirigen por impulsos, sin criterio y solo por el recuerdo a donde el capital les hizo creer que alguna vez fueron felices, por otra, tenemos a varias personas que habiéndose refugiado en el mismo centro comercial huyendo de una muerte segura, se dedican a perder el tiempo con lo que las tiendas les ofrecen, con lo que el capital les ofrece para perder de vista lo importante, la lucha por su vida y por su futuro.

Una metáfora que creo que se puede transponer al sistema actual, donde por ejemplo, con la uberización y el auge del capitalismo, un buen marketing y una buena maquinaria para hacerte creer en una necesidad de un producto que no es real, se convierte en otro instrumento del capital para echarnos y de igual manera, tenernos sometidos bajo el yugo del sistema y para ir poco a poco, despojándonos de más y más derechos.

Algo que Romero probablemente sabía y que intentó plasmar en sus películas a lo largo de los años.

Para acabar, lógicamente os recomiendo esta película y toda su obra posterior, (incluido el remake de «Night if the Dead» de Tom Savini) que aunque y en mi opinión el film puede que para muchos espectadores no hayan envejecido muy bien, visto un par de veces y entendiendo este concepto llaman bastante a la reflexión, que al final es lo importante.

Como curiosidad, en la versión original de Romero, pese a que gran parte de la película como hemos explicado se desarrolla en un centro comercial, creo recordar que ninguna marca se prestó a aparecer en la película (normal jaja), algo por lo que a mí modo de ver, también resalta aún más el mensaje del director y que por contra, no ocurre en la versión de Zack Snyder.

Recordar también que George A Romero fue uno de los primeros candidatos para dirigir la película de Resident Evil (Llegó incluso a dirigir el spot publicitario en Japón, con el tristemente fallecido Brad Redfro como León S.Kennedy).

(No me imagino lo que podría haber hecho este señor con una película basada en un videojuego en el que una supuesta farmacéutica tiene más poder que los Estados Unidos).

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