Autopsia de un hilo

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El hilo es el que Arturo Pérez Reverte colgó el 15 de agosto explicando lo que le había sucedido esa misma mañana dando un paseo cerca de su casa, y como es un buen escritor, que sabe sacar de lo aparentemente banal una buena historia entro a leerle. Bueno, por eso y porque le sigo en RRSS y no me pierdo, si puedo, un artículo o libro suyo. Así que ya sabéis de qué pie cojeo, y si no queréis seguir leyendo pues lo entenderé.

Pero una autopsia es una autopsia y puesto el cadáver en la mesa hay que abrir y ver qué tiene dentro el finado.

Empiezo ya.

A1: “Lo que voy a contarles me ha ocurrido hoy, hace sólo cincuenta minutos. Y voy a contarlo porque tal vez sea de utilidad para alguien. O tal vez no”.

El hecho está fresco en la mente de Pérez Reverte, ocurrió “hace sólo cincuenta minutos”. De modo que aún puede que se encuentre bajo los efectos emocionales del “asalto” del que ha sido objeto. En psicología forense se sabe del efecto del estrés postraumático y cómo este tipo de sucesos nos alteran y en ocasiones nos hacen distorsionar lo sucedido. Pero Pérez Reverte es un bregado corresponsal de guerra, que se ha codeado con genocidas y otros especímenes de similar pelaje, por lo que hay que suponerle un temple ante lo que parece ser un hecho menor, de momento.

Y lo cuenta “porque tal vez sea de utilidad para alguien. O tal vez no”. Y vaya que sí es de utilidad, al menos por los casi 6 mil retweets y comentarios que acumula en el momento en que escribo esto y los 11 mil “Me gusta”. Lo normal para cualquier tuit de Pérez Reverte, porque tiene una legión de seguidores, entre los que me incluyo, como ya he dicho, y porque tiene algunos seguidores a los que parece que les debe dinero, que en cuanto él abre Twitter le ponen a parir. Y lo sabe, y le pone, que se lo he oído contar en alguna entrevista, y eso le da vidilla por la mañana, junto con el café. Porque don Arturo es como el coronel Kilgore, le gusta el olor del napalm por las mañanas.

Y son de utilidad manifiesta sus tuit, porque permite a sus críticos, haters, les dicen ahora, despacharse a gusto sin el riesgo de que les crucen la cara por malhablados. Todo lo más, Pérez Reverte les suelta una puyita y luego les bloquea. Que un bloqueo de este académico a algunos les debe de parecer como un doctorado en La Sorbona, porque corren a Twitter a contarlo ante la peña. “Miraz, miraz, este fascista misógino” -que es lo mínimo que le dicen- “me a bloqueado. Pa que beais como soy de duro, tíos.”

Pero a lo que íbamos. Sus tuits son muy útiles. Le buscas, le lees y evacuas. Para un cierto público, los tuits de Pérez Reverte deberían recomendarse junto con el Dulcolaxo.

Sigamos con la autopsia.

A2: “Dando un paseo cerca de mi casa hablo por teléfono con mi amigo Edu Galán. Se acerca una mujer joven con mascarilla e interrumpe la conversación. Dice que busca trabajo como empleada de hogar, y si conozco a alguien a quien interese. Respondo que no”.

Aclaremos que Pérez Reverte vive en una zona de chalés de la sierra por donde el tránsito de paseantes es escaso, y los pocos que lo hacen es con el perro. Zona que por ser de gente con medios no es infrecuente encontrarte con mujeres y hombres que van dejando propaganda de sus servicios de jardinería o limpieza de las casas en buzones, o pegando carteles escritos a mano “señora seria se ofrece para…” a veces, incluso, dicen “con referencias”. Gente que se busca la vida y van allí donde hay posibilidades; luego, que te interrumpa la conversación una mujer en tu paseo es algo que puede sucederte. Hasta aquí nada raro en la autopsia. Salvo su incomodidad.

Hay más que analizar en los tuits de quienes le contestan que en los de Pérez Reverte. Desde luego no deja indiferente a nadie. Pero aquí estamos ante el “cuerpo” de don Arturo, que dicen sus más fervientes defensores.

A3: “Me dice que es portuguesa (no creo identificar ese acento, sino uno del este de Europa) e insiste mucho. Cuando le repito que no conozco a nadie que necesite empleada de hogar, me pregunta, literalmente: «¿Y tienes algún amigo al que le interese hacer el amor?».

Que sea portuguesa o ucraniana es indiferente, y dado que ha viajado mucho seguro que su oído no le engaña y sea del este de Europa. Motivo por el que sus haters le tachan de xenófobo. Y tampoco es eso. El que se diga que el acento de una persona te suena más a eslavo que a portugués es eso, y no hay que buscarle tres pies al gato. Mujeres del este de Europa trabajando en el servicio doméstico no es ninguna novedad, y cruzarte con alguna que coloca carteles en zonas comunes de urbanizaciones buscando trabajo, tampoco.

Haters habéis errado el tiro. Pero como le tenéis ganas os apresuráis y así hacéis el ridículo y se os escapa viva la presa. Porque de haber esperado un tuit, sólo uno, ya le teníais.

A4: “Respondo que tampoco tengo amigos así y hago ademán de irme. Me agarra por un brazo e insiste: «¿De verdad no conoces a nadie?». Doy un tirón y libero mi brazo mientras me pregunto cómo habrá llegado hasta aquí (afueras de Madrid): si sola o si la habrá traído alguien”.

Sospecha que “si la habrá traído alguien”. Aquello no es una mujer joven, del este de Europa, dispuesta a todo, sino un gancho para el incauto que accediendo a la oferta de que “le interese hacer el amor” -polvo apresurado- la meta en casa y aproveche el maromo de la chica para darte el palo. Puede ser, es una posibilidad. Pero, ¿cuántos casos hay de estos? Siendo estos un posible robo con fuerza en domicilio o la alternativa de sustracción por descuidera en vía pública, pues pocos, como podemos ver en el enlace anexo. Haced las selecciones correspondientes y veréis que un -24 % y un -15 % respectivamente de 1 er. trimestre de 2020 con 2019. Pero toda precaución es poca en los tiempos que vivimos.

https://estadisticasdecriminalidad.ses.mir.es/publico/portalestadistico/portal/datos.html?type=pcaxis&path=/DatosBalanceAnt/20201/&file=pcaxis

De modo que la autopsia parece indicar que el temor de Pérez Reverte no es que sea una descuidera o un gancho para entrar en su domicilio. Su temor, como se ve en el siguiente tuit es que es mujer. Y ahí sí que empieza a olor a misoginia el hilo. Veámoslo.

A5: “Vuelve a agarrarme por el brazo. Aunque llevé una vida agitada, me siento indefenso. Ni siquiera me atrevo a zafarme con brusquedad. A esa joven le bastaría con ir a la Guardia Civil y decir cualquier cosa, y yo pasaría esta noche en un calabozo, por lo menos. Eso, de momento”.

A pesar de su experiencia en el frente, en las trincheras se siente “indefenso. Ni siquiera me atrevo a zafarme con brusquedad…” El fantasma de la Guardia Civil aparece: una “noche en el calabozo”. Pero, don Arturo, ¿si es una descuidera y usted no tiene antecedentes ni denuncias previas, qué nos está contando? Todo parece dirigir a que don Arturo quiere colocarnos su recelo hacia las denuncias falsas, esas que dice la Fiscalía General del Estado que entre 2009 y 2018 de las 1.389.133 millones de denuncias por violencia de género que se registraron resultaron falsas el 0,006%. También es mala suerte que le vaya a tocar a usted, don Arturo.

https://www.fiscal.es/memorias/memoria2019/FISCALIA_SITE/index.html

Y cierro la autopsia.

A6: “Libero al fin mi brazo, me alejo, vuelvo a telefonear a Edu y se lo cuento. «Acojonado me tenía» le digo. «Lo que viene de camino y el paisaje que nos espera van a ser de órdago», añado. Y Edu me dice que sí, que en efecto. Que van a ser de órdago”.

Y por eso le pregunto al contestarle a su tuit “¿Y qué es «lo que viene de camino»? porque lo que vd se ha encontrado en el camino es una mujer tan desesperada como para pedir trabajo a un desconocido, ofrecerse de prostituta, y lo que encuentra es su falta de empatía como para contarlo en twitter e ir de víctima, además”.

Quizá su amigo Edu Galán nos podría sacar de dudas, porque él también sabe lo que se nos viene, y estaría bien que nos dijesen, para que no nos cojan desprevenidos. Sólo podemos imaginar qué es lo que viene. Pero eso nos saca de esta autopsia. Así, que en otro momento.

Y vale que no fui testigo de ese encuentro, ni lo oí por el móvil, como su amigo Edu, pero entre pensar que es una descuidera que me va a empurar con una denuncia falsa, esas tan abundantes que no llegan ni al 0,1 %, y que es sólo una mujer necesitada de ayuda -ingenuo de mí-, me quedo con la segunda opción. Y sí, ya sé que de bobos como yo están llenos los cementerios y quizá me falte tener algún colmillo retorcido, pero es lo que hay.

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