Aportes del Pensamiento de Lenin a la Teoría Marxista (Parte II)

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2.- Izquierdismo o aventurerismo de izquierdas.

Esta corriente a su vez es una reacción a la anterior, como un negativo fotográfico con respecto a su fotografía. Si el anterior predomina en momentos de estabilidad del capitalismo, este por el contrario va a preponderar en momentos de agitación revolucionaria. Si el anterior reflejaba la influencia de la burguesía oligárquica en el seno del movimiento obrero, en contraste, éste refleja el influjo de la pequeña burguesía en el seno de las capas proletarias. El pequeño industrial o tendero quiere acelerar el proceso de advenimiento del socialismo, antes de que se arruine su empresa o negocio, tiende a una fraseología ultrarrevolucionaria, pero es incapaz de someterse a una disciplina de organización, tendiendo al individualismo y a la acción espontánea y desorganizada. Sus principales características serían:

  1. Desconfianza hacia cualquier tipo de organización. Es una reacción a la aparición de una “aristocracia obrera” en el seno de los partidos y sindicatos obreros. Es un fruto lógico. Pero tiene una serie de inconvenientes, pues sólo desde la organización obrera se puede luchar de forma organizada por los derechos laborales y sociales, estableciendo una táctica y una estrategia duradera y continuada, de lo contrario la acción de protesta es esporádica y sin continuidad. Además, sólo desde la organización se pueden construir las estructuras que puedan sustituir al estado burgués.
  2. En clara lógica con lo anterior, se tiende hacia la acción espontánea y desorganizada, en la mayoría de los casos con poca eficacia, (realización masiva de manifestaciones y movilizaciones sin ningún objeto ni reivindicación clara por ejemplo). Dejando en muchas ocasiones a las clases populares sin referencias ideológicas, y al albur de la
    ideología burguesa.
  3. Desconfianza hacia los dirigentes y apuesta por el método asambleario. Esto resulta de las constantes traiciones de la “aristocracia obrera” y de las cúpulas de los partidos y de los sindicatos a las bases, y a la dificultad en controlarlas. Es una conclusión lógica, pero un abuso del método asambleario y un exceso de desconfianza en los dirigentes pueden resultar muy poco operativos en la lucha social.
  4. Partir de esquemas teóricos que no encajan bien con la realidad, no rectificándolos,
    pensando que es la realidad la que debe de adaptarse a esos criterios, y no al revés.
  5. Rechazo a cualquier tipo de pacto con representantes del reformismo y/o de la burguesía. Se confunde el pacto táctico con el estratégico. Este aspecto también puede traer una serie de rémoras y obstáculos al desenvolvimiento de la lucha ya no sólo por el socialismo, sino ni tan siquiera por mejoras sociales mínimas. Por esa regla, si un gobierno burgués de derechas está dispuesto a conceder mejoras sociales por la razón
    que fuese había que rechazarlas, por ejemplo. O un representante sindical no podría sentarse con los representantes de la empresa para conseguir mejoras en el convenio colectivo.
  6. Sentenciar apriorísticamente de forma negativa un proceso revolucionario o una lucha social acorde a una previsión “ortodoxa”. Todos recordaremos la visión negativa que al principio levantó entre muchas voces de izquierda el proceso bolivariano por ejemplo, pues era un movimiento encabezado por un militar como era Hugo Chávez, y en una primera etapa no se planteaba como una ruptura con el capitalismo, sino como una reacción nacionalista y democrática liberal frente al imperialismo. No se esperó a su evolución, o a lo que suponía este movimiento por tibio que pudiera parecer en el contexto venezolano de los años 90.
  7. Aceptación acrítica de cualquier corriente ideológica que aparentemente parezca antisistema o revolucionaria, sin realizar ningún tipo de análisis de clase del mismo, y distinguir de la parte más válida posibles intoxicaciones burguesas. O postulados equivocados que pueden llevar a la derrota al movimiento obrero y popular; un ejemplo puede ser la creencia de que el nacionalismo tiene que ser algo forzosamente burgués, o el rechazo a apoyar los movimientos de protesta de elementos semiproletarios, o de pequeños o medianos empresarios contra los abusos que sufren por parte de los monopolios por ser propietarios de medios de producción.
  8. En algunos casos, rechazo a utilizar las instituciones políticas burguesas cuando hay posibilidades para ello. Rechazando un magnífico altavoz para concienciar a la población y contribuir a su organización.

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