Análisis Crítico del Manifiesto Ecosocialista

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Carlos Vázquez Galán y Mikel Hernández

Prólogo de esta edición

El documento que exponemos a continuación es un texto que ha adquirido ya la categoría de histórico, no sólo por el tiempo transcurrido desde su elaboración sino por el uso y la importancia que tuvo en su momento para la formación de jóvenes cuadros comunistas en España. Y es que el mismo surge en un contexto complejo para la Historia del Movimiento Obrero, pues aparece en plena desintegración de la URSS, con la caída de la materialización del referente en el que había puesto todas sus esperanzas el movimiento comunista internacional. En esa delicada situación se imponía la necesidad de analizar lo ocurrido, y sindicatos, partidos y el resto de organizaciones que habían compuesto las antiguas estructuras del comunismo se dispusieron a ello con desigual resultado.

Un debate central, ligado a posturas ajenas a la tradición marxista y ligado oportuna –u oportunistamente- a la Teoría del Fin de la Historia del ideólogo derechista Francis Fukuyama se impuso, y empezaron a cuestionarse los cimientos de la ideología empezando por la contradicción Capital-Trabajo. En esa dinámica, y ya desde antes de la caída definitiva del socialismo real, surgieron las teorías ecosocialistas, que aún con un análisis muy poco elaborado y asentado en posturas idealistas que despreciaban la realidad como método de análisis, lograron imponerse en no pocas organizaciones poscomunistas que abandonaron la antigua lucha de clases para abrazar las nuevas tendencias identitarias como único referente de la izquierda.

En esta situación apareció El Manifiesto Ecosocialista haciendo una enmienda a la totalidad del marxismo y como un intento de transformar las antiguas estructuras del comunismo en algo nuevo que superase el fracaso de la URSS. Dos jóvenes comunistas, Carlos Vázquez Galán y Mikel Hernández, entonces cuadros de la Unión de Juventudes Comunistas de España, analizaron el documento y respondieron con este análisis crítico que fue usado durante más de dos décadas en escuelas de los jóvenes comunistas en todo el Estado Español.

Treinta años después, aunque el ecosocialismo pareciera estar casi derrotado, la metástasis que produjo aquel intento de asalto al comunismo es ya una realidad triunfante. Y así, diversas ideologías surgidas de la posmodernidad y divulgadas desde centros universitarios norteamericanos se han hecho fuertes en casi toda la izquierda mundial, y primero en EEUU y después en América del Sur y la vieja Europa, han penetrado con fuerza en las organizaciones subordinando lo simbólico a lo material, eliminando en la práctica la lucha de clases y abandonando las cuestiones económicas a favor de lo que Daniel Bernabé definió brillantemente como “la trampa de la diversidad”.

Ahora, El Común, con el permiso de sus autores, pone a disposición de sus lectores en su sección de debate teórico este documento, cuyo carácter histórico antes mencionado no le resta un ápice de utilidad para la nueva batalla ideológica que se libra actualmente en el seno izquierda. Una batalla que, de momento, se está perdiendo y en la que los marxistas nos jugamos nuestra propia existencia y el futuro de la Humanidad.

Alejandro Sánchez Moreno.

Sevilla, octubre de 2020.

Prólogo de los autores

Bergara, 5 de julio de 1991.

Se hace previo a la lectura de este análisis critico del Ecosocialismo, consignar algunas consideraciones que nos han llevado a la elaboración de este trabajo. Es prioritario reseñar el momento histórico, en lo ideológico, lo político y lo social en el que tiene lugar la aparición del Manifiesto Ecosocialista, caracterizado por los intentos generalizados de las fuerzas de la reacción política e ideológico, algunas veces disfrazadas de supuesta modernidad renovadora, de decretar, no ya el error de aplicación política del Marxismo, sino el fracaso del propio sistema de pensamiento marxista.

El Manifiesto Ecosocialista es una prueba más de los intentos irresponsables de dictaminar la superación de un método científico de análisis de la realidad para su transformación, de manera artificiosa.

Como marxistas somos conscientes de que un método, o una propuesta científica, puede ser superada por otra, así como Einstein, superó a Newton en el campo de la Física. Sin embargo creemos estar en condiciones de afirmar, que falta aun que el pensamiento político evolucione bastante, para poder superar la aportación marxista. Por supuesto que esta superación no es posible encontrarla en el Ecosocialismo.

En el Manifiesto Ecosocialista se pueden encontrar propuestas descaradamente antimarxistas, como otras encubiertas con terminologías pseudomarxistas, para enmascarar el carácter anterior. Así como referencias al Marxismo que ponen patente un vergonzoso desconocimiento del mismo.

Creemos que algunos de los problemas reseñados en el Manifiesto Ecosocialista, como la liberación de la mujer, la ecología, o la cuestión de la paz, deben ser abordados en el marco de la reflexión y el enfoque marxista, cuestión que hoy por hoy no se ha realizado de la manera que requiere la actual situación. Pero no se puede aprovechar este déficit de los marxistas, para intentar liquidar el Socialismo Científico.

El presente trabajo no intenta acometer ese déficit, sino colocar las premisas de análisis en las posiciones de partida y rebatir las posiciones teórico-ideológicas desde las que los autores pretendían abordar la solución de los problemas citados. Así pues, nuestra modesta aportación se circunscribe a intentar demostrar la legitimidad y validez del Marxismo.

Estas conclusiones van destinadas, fundamentalmente a ser una aportación más a las reflexiones y los trabajos de formación de los jóvenes comunistas en el marco de la II Escuela Federal de la Unión de Juventudes Comunistas de España.

Para terminar, agradecemos a todos los camaradas que participaron en los debates y las discusiones, en el transcurso de dicha Escuela, acerca del Manifiesto Ecosocialista, sus aportaciones a este Análisis Crítico.

Introducción

Los títulos de cada uno de los apartados corresponden a la denominación que reciben en el propio Manifiesto Ecosocialista. Nosotros utilizamos la misma para situar al lector en el apartado correspondiente.

Guion

En el presente documento vamos a intentar analizar el Manifiesto Ecosocialista siguiendo tres parámetros:

  1. Universalidad del método de análisis propuesto en dicho documento.
  2. Capacidad de transformación de sus propuestas dentro de un marco anticapitalista.
  3. Base filosófica e ideológica de la política Ecosocialista.

A través de intentar dar respuesta a estos tres apartados veremos la viabilidad que pueda tener el Ecosocialismo como alternativa al marxismo, que es la pretensión de sus autores.

Capítulo I: Sobre la Universalidad.

Lo ecológico, lo social, lo político.

Topamos en este primer abordaje crítico con una explicación de los conceptos de alineación explotación. Identifica la alineación con la simplificación de funciones (“informatismo”). Ello es una visión puramente estática al no alcanzar a ver que la simplificación de tareas coloca las premisas que permiten la rotación en el desempeño de la variedad de funciones, que al exigir una formación del personal mucho más completa, logrará la desaparición de la frontera que origina la división entre el trabajo manual y el trabajo intelectual.

En su peregrinar por los males del mundo actual y sus consiguientes catástrofes, viene a preguntarse dónde se hallan los márgenes de superación de la actual coyuntura social, ecológica… Es decir, nos lleva de lleno a las dos categorías filosóficas definidas como libertad y necesidad.

Nosotros definimos la necesidad como aquel concepto que hace referencia a las leyes objetivas de la naturaleza y de la sociedad al sistema social y al conjunto de estructuras históricamente dadas. Las leyes no conocidas se manifiestan como necesidad ciega y por tanto el hombre no es libre. Cuanto más a fondo conciba el hombre las leyes objetivas tanto más consciente y libre será su actividad. En una sociedad dividida en clases antagónicas, el sujeto capaz de conocer y transformar la realidad, no puede ser el conjunto de la sociedad. Sino que esta cuestión ha de recaer sobre una de las clases en pugna, que se constituye así en el sujeto de transformación.

Muy otra es la visión que tienen los autores del MES de en que lugar se sitúan los márgenes de libertad, los cuales atribuyendo la capacidad de superación a la sociedad en su globalidad, sin distinción de situación, ni de clase, presuponen un concepto de libertad, entendida como libre albedrío, esto es, posibilidad de proceder de acuerdo con la voluntad no determinada por las condiciones exteriores.

Fruto de esta peculiar forma de considerar la cuestión llegan a afirmar lo siguiente: “Pero la verdadera responsabilidad individual y colectiva, de cada uno y cada una de nosotros es de carácter general. En lugar de acomodarnos al sistema, lo que deberíamos hacer es combatirlo”.

Creemos que la responsabilidad por los males de la sociedad no puede ser globalmente compartida, ni tiene un carácter general, pues eso es ignorar que hay sectores definidos y delimitados interesados en perpetuar y reproducir conscientemente las actuales estructuras de la sociedad causantes de los males que nos aquejan, y que al mismo tiempo hay sectores igualmente definidos interesados en destruirlas, por lo tanto, no es posible abstraer las estructuras de aquellos que las atacan o las defienden, y por lo tanto las consecuencias derivadas de dichas estructuras no pueden ser globalmente compartidas.

En definitiva, el planteamiento del MES niega que las estructuras tengan un carácter de clase y reuniendo a todos, burgueses y proletarios bajo el arco de las responsabilidades compartidas los iguala en un mismo plano, que los descontextualiza y los convierte en sujetos abstractos, suprasociales. Una clara abstracción del concepto de hombre como ser social.

Continuando con su línea de abstracciones, nos encontramos como esta vez aplica el mismo proceso sobre las condiciones y contradicciones a las que se ve sometido el individuo. De esta forma llega a plantear:

“Tal vez algo podría hacerse si los trabajadores pudieran plantearse lo siguiente: Abordemos primero lo más urgente. Zanjemos el problema ecológico. Una vez preservadas las condiciones de vida, ya nos enfrentamos a propósito de lo social”.

Con este planteamiento sitúa la problemática social al mismo nivel que la cuestión ecológica con lo que las repuestas han de ir por separado. Pero más allá, no distingue entre contradicción principal y contradicción secundaria, priorizando una sobre otra de manera absolutamente arbitraria.

De esta forma una contradicción no deriva de otra. Al no poder abordarlas desde una perspectiva teórica optan por la vía tecnócrata, la eficacia, en la solución de los problemas como elementos separados. Desde esa perspectiva las políticas ambientalistas que critica serian las más correctas por eficaces, incluyendo una posible alternativa ECOFASCISTA. Tal y como ellos explican las políticas ambientalistas que pueden derivar en el ecofascismo consisten en una asunción por parte del capitalismo de determinadas formas de actuación respecto al ecosistema, como por ejemplo: controles coercitivos impuestos a empresas públicas y privadas; sanciones penales o financieras contra los delitos ecológicos; investigación en técnicas que puedan limitar los perjuicios ecológicos y que puedan proporcionar nuevos cauces de acumulación de capital, etc…

Dos lógicas

“ Dos lógicas distintas están frente a frente: por una parte, la lógica autonomizada de lo económico; por otra, la lógica de lo vivo y lo social…
… En lo que hace al ser humano su actividad no se puede dividir ni comprimir a discreción. La moderna antropología se inclina a pensar que posee, tal vez desde sus orígenes unos rasgos que no autorizan a dejarlo reducido a mera fuerza de trabajo. El trabajo productivo es en efecto, uno de sus rasgos característicos, y además, desde los comienzos de la hominización, ha sido más amplio adaptable y diversificado que lo que sugieren los útiles de piedra, las únicas herramientas que se han conservado hasta nuestros días. Pero también lo es la reproducción de los seres humanos, con todo lo que supone en cuanto a diferenciación de la sexualidad y a procedimientos de crianza y educación. Y el lenguaje, que sin duda no surgió sólo debido a las constricciones económicas, sino de las necesidades de comunicación en todos los ámbitos de las relaciones humanas. Y el despertar del goce en el trabajo sin duda, tal vez en el juego, en el amor y la convivencia, en la creación artística, que apareció muy pronto, especialmente en la fabricación de herramientas. Y por último el sentimiento de dignidad, que se manifiesta en los cuidados brindados desde muy antiguo a los muertos”.

Según ellos, como se puede comprobar en el anterior texto extraído del MES, el hombre es algo más que mera fuerza de trabajo. Hasta ahí es cierto, pero tratan de demostrar que el “trabajo” no influye en la hominización (proceso evolutivo del mono en hombre), es más la aparición de determinadas cualidades humanas las condicionan a la figura del hombre en sí mismo (ahistorico, abstracto), donde no hay ningún tipo de proceso evolutivo, sino cualidades inmanentes al propio hombre. Sin embargo veamos:

“También el hombre surge por la diferencia, y no sólo como individuo, sino también en el sentido histórico. Cuando después de una lucha de milenios la mano se diferenció por fin de los pies y se llegó a la actitud erecta, el hombre se hizo distinto al mono y quedó sentada la base para el desarrollo del lenguaje articulado y para el poderoso desarrollo del cerebro, que desde entonces ha abierto un abismo infranqueable entre el hombre y el mono. La especialización de la mano implica la aparición de la herramienta, y esta implica actividad específicamente humana…” (F. Engels. Introducción a la dialéctica de la naturaleza).

Pero más claro queda el siguiente párrafo para demostrar como al negar la dialéctica, hacen abstracción del hombre como sujeto histórico y niegan el materialismo histórico:

“El trabajo es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que podemos decir que el trabajo ha creado al hombre”. (F. Engels. “El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono al Hombre”).

Por último la realización del individuo integral no puede pasar sino por elevar al hombre en una superación sobre el resto del mundo animal. Únicamente una organización consciente de la producción, en la que la producción y la distribución obedezcan a un plan, puede elevar socialmente a los hombres sobre el resto del mundo animal, lo mismo que la producción en general les elevó como especie.

Una nueva radicalidad

La redefinición que plantea sobre la “libertad económica” merece una respuesta que ya Lenin dio en su momento, afirmando que en lugar de procurar ningún tipo de libertad económica se debería de liberar al hambre de la economía que lo explota y lo reduce a mera mercancía.

A partir de esa definición, el acto de liberación o emancipación del acto de producción lo convierte en una cuestión puramente individual, y no como un objetivo a conquistar por parte del conjunto del colectivo.

De esta manera las necesidades, la producción y el consumo los trata de reestructurar sobre la autonomía y la autosuficiencia como en las comunas de Proudhon. A esta conclusión llegan reafirmándose en la imposibilidad de seguir extendiendo el sistema (base de pensamiento estaticista).

Por otro lado nos aparece la concepción de lograr una nueva síntesis entre el hombre y la naturaleza como si por sí mismo, el hambre fuera un elemento antagónico a la naturaleza, aislado del modo de producción, de la sociedad en la que esté inmerso. Con ello se niega el concepto de hombre como ser social. Esto se ve reafirmado posteriormente cuando afirma que los problemas ecológicos provienen de la formación de las sociedades, ¡como si eso se hubiera podido evitar!

Por otra parte la evolución que propone en base al Contrato Social en un momento de caos es la misma concepción burguesa de Rousseau en la que el individuo esta vez es bueno, y haciendo abstracción de sí mismo, firma un pacto.

El camino para llegar a esto lo establece por una vía cultural, es decir, a través de una revolución de las conciencias. En definitiva el humanismo por el que opta e3s claramente abstracto, idealista y pequeñoburgués. En el que el individuo como ser social y sujeto histórico no existe, y si existe es pura casualidad. En definitiva como decía Engels sobre Feuerbach: “¡Pero el amor!. Sí, el amor, en Feuerbach, el hada maravillosa que ayuda a vencer siempre y en todas partes las dificultades de la vida práctica; y esto en una sociedad dividida en clases, con intereses diametralmente opuestos. Con esto desaparece de su filosofía hasta el último residuo revolucionario, y volvemos a la vieja canción, amaos los unos a los otros, abrazaos sin distinción de sexos ni posición social. ¡Es el sueño de la reconciliación universal! (Engels. “Fuerbach y el Fin de la Filosofía Clásica Alemana”).

La Liberación de las Mujeres

Para empezar habría que matizar la diferencia que existe entre la realidad de una contradicción objetiva y la existencia de un movimiento de concienciación al respecto. Es decir, puede existir una contradicción ecológica y no un movimiento ecologista. Por ello es irrelevante que los movimientos sean autónomos parta que las contradicciones también lo sean, esto viene a cuento de la graciosa afirmación que se permite cuando plantea:

“Socialismo, ecologismo y feminismo: estas corrientes no han surgido de las mismas contradicciones. Aunque todos los ecologistas se hubieran convertido en feministas y todas las feministas en ecologistas, los dos movimientos seguirían siendo distintos”.

De esta manera, identificando la contradicción con el comentario o la reflexión sobre la misma cae en las posiciones del Idealismo Subjetivo: el mundo es mi pensamiento, el mundo es mi representación, etc…

Pero aun hay más, porque en la enumeración del Socialismo, el ecologismo y el feminismo parece que teoriza tres mundos paralelos. Como si no fuera la contradicción antagónica entre la propiedad privada y el proletariado lo que provoca una explotación que se extiende a la mujer y ataca a la naturaleza con su lógica productivista, es decir como si no hubiera una contradicción principal (económica), que originara las restantes.

Por un diálogo entre las culturas de nuestro planeta

“Lo esencial de la crítica del imperialismo estriba en saber si es posible modificar mediante reformas las bases del imperialismo, exacerbando y ahondando más las contradicciones que el imperialismo engendra, o hay que retroceder, atenuando dichas contradicciones”. (Lenin. “El Imperialismo Fase Superior del Capitalismo”).

A la luz de las consideraciones hechas por el Manifiesto Ecosocialista sobre el actual estado de las relaciones internacionales, se echa en falta una crítica y análisis del imperialismo. Por otra parte la contradicción entre el concepto de interdependencia y los conceptos de autonomía y autosuficiencia no puede llevar a otro sitio que no sea la lógica construcción de un bloque del Sur para que las relaciones Norte-Sur se establezcan en igualdad de condiciones entre bloques. Aquí yace de manera inminente el principio burgués de igualdad de oportunidades, así como la sustitución del concepto de internacionalismo por el de paternalismo comprensivo hacia los hermanos pobres.

Hacia una nueva cultura política

Con la afirmación de que la lucha contra la enajenación se sitúa en un terreno distinto al del ámbito productivo se nos está introduciendo en la perspectiva de que la enajenación no tiene una base económica, que no procede de la explotación económica a la que se ve sometido el individuo.

A partir de ahí deslinda el concepto de calidad de vida. Como si este no dependiera del grado de alineación al que se esté sometido. También considera que el concepto de calidad de vida no está sólo registrado en un ámbito económico sino en otros que no lo son. Eso es cierto, pero hay que diferenciar lo que es la explotación económica y el control ideológico que se establece desde el sistema para preservar la primera. Por ello no se puede separar, como pretende, la lucha económica de la lucha ideológica.

En resumen:

  1. Establece que la enajenación no tiene una base económica.
  2. Que la calidad de vida no depende del grado de explotación y alineación a la que se esté sometido.
  3. Que la lucha económica y la lucha ideológica son elementos distintos que pueden actuar por separado.
  4. Que la lucha ideológica no tiene una base económica.

Todo esto termina con la rotunda afirmación de que la sociedad desenajenada vendrá de un movimiento real y no del cerebro de los toricos. Es decir, hace una apuesta clara por la espontaneidad en contra de la existencia de métodos de análisis que den consistencia científica a la lucha contra la enajenación. Es cierto que la praxis es la suprema evidencia de la verdad, pero “sin teoría revolucionaria, no hay movimiento revolucionario” (Lenin).

El estado-nación, invento europeo, ya no es la medida justa.

En este apartado aparece lo siguiente:

“Lo cultural y lo territorial no tienen por qué coincidir necesariamente: en Europa muchas nacionalidades se entremezclan…, en comunidades políticas más flexibles que el territorio…”

La defensa de la constitución de comunidades de carácter cultural sin plasmación territorial es un programa claramente reaccionario al potenciar la segregación dentro de cada comunidad.

Lenin ya combatió en su día lo que él denominó la autonomía nacional-cultural sin base territorial, calificándolo de espantajo nacionalista. Lenin entendía que la cultura de cada nación contaba con elementos progresistas y elementos reaccionarios, y que por lo tanto no se podía hablar de una única cultura. Por eso tachaba de retrógrado los intentos de establecer barreras culturales en una etapa de internacionalización de los avances de la ciencia y de la técnica.

Inmediatamente después combina la reclamación de la autodeterminación con el mantenimiento de los estados actuales, esto es una contradicción muy difícil de explicar y que en cualquier caso puede tener soluciones, pero en absoluto es nada nuevo, sino que es volver al principio de confederación anarquista.

Por otra parte, a renglón seguido, enfrenta tres conceptos como son el de política, y el de estados e instituciones, sustituyendo unos por otros y haciendo perdurar instituciones. Como si el estado no fuera otra cosa que instituciones de poder. En definitiva, se declara antiautoritario, pero manteniendo estructuras políticas. Además hace un paralelismo describiendo al estado como expresión de la política.

Volver a fundar una perspectiva de emancipación social

“Entendemos por Socialismo no las expresiones particulares que le han dado los partidos que lo utilizan como referencia, sino ese vasto movimiento histórico que surgió hacia 1830 y cristalizó en varias corrientes antes de encarnarse primordialmente en la obra de Marx y en las elaboraciones que lo desarrollaron, y que constituyó varias Internacionales. Todas estas manifestaciones fracasaron históricamente”.

Al reclamar el Socialismo anterior a Marx está reclamando el Socialismo Utópico. Es decir, parece que está dispuesto y se cree capacitado para superar al Marxismo, para lo cual recurre a unas corrientes de pensamiento que ya fueron superadas por Marx, lo cual conlleva un claro retroceso. Veamos que dice Marx sobre estas tendencias:

“La literatura revolucionaria que guió los primeros pasos vacilantes del proletariado (el socialismo y el comunismo crítico-utópico) es, y necesariamente tenían que serlo, juzgadas por su contenido, reaccionaria. Estas doctrinas profesan un ascetismo universal y un torpe y vago igualitarismo… Cierto es que estos autores penetran y en el antagonismo de clase y en la acción de los elementos disolventes que germinan en el seno de la sociedad gobernante. Pero no aciertan a ver en el proletariado una acción independiente…

Esos autores pretenden suplantar la acción social por su propia acción especulativa, las condiciones históricas que han de determinar la emancipación proletaria, por condiciones fantásticas que ellos mismos se forjan, la gradual organización del proletariado como clase por una organización de la sociedad inventada a su antojo… Es cierto que en sus planes tienen la conciencia de defender a los intereses de la clase trabajadora, pero sólo porque la consideran la clase más sufrida. Es la única función que existe en ellos para el proletariado…

Aspiran a mejorar las condiciones de vida de todos los individuos de la sociedad incluso los mejor acomodados. De aquí que no cesen de hacer apelaciones a la sociedad entera sin distinción…

Por eso rechazan todo lo que sea acción política y principalmente revolucionaria; quieren realizar sus aspiraciones por la vía pacífica e intentan abrir paso al nuevo evangelio social predicando con el ejemplo… Mas fuera de esto sus doctrinas de carácter positivo acerca de la sociedad futura, las que predican, por ejemplo que en ellas desaparezcan las diferencias de la familia, es estado, el triunfo de la armonía social, la trasformación del Estado en un simple organismo administrativo, giran en torno a la desaparición de la lucha de clases. Por eso todas sus doctrinas y aspiraciones tienen un carácter meramente utópico.” (K. Marx. Manifiesto Comunista)

Todo lo expuesto hasta aquí valdría para aplicarlo al contenido del Manifiesto Ecosocialista.

Sobre el planteamiento que hace de las relaciones sociales no habría que olvidar que estas vienen marcadas fundamentalmente por relaciones de propiedad y de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas. En definitiva con tanto afán de superar el Socialismo se olvidan de que dicha superación sólo se da en el Comunismo.

¿Qué ocurre con el movimiento político existente?

A la tajante afirmación de que el Marxismo no aportó nada nuevo a la economía se le olvidó el hecho de que Marx describió un sistema económico basado en la propiedad social de los medios de producción, donde no hay ni mercado, ni propiedad privada. A ver si eso no es una nueva economía política.

Por curiosidad reflejamos la equivalencia que establece el manifiesto Ecosocialista diciendo que cambiar la sociedad supone aumentar la producción al máximo. Aquí lo gracioso es ver cómo se supone que esa propuesta es marxista.

A la hora de afirmar que la visión marxista es economicista habría que clarificar dicho concepto. Una cosa es tener un método de análisis cuya base de interpretación es económica (Marxismo) y otra la imagen de dicha visión que intentan dar haciendo una abstracción de dicha base económica. Así se explica que no consideren a “la masa revolucionaria” parte de “las fuerzas productivas”, en cualquier caso el error proviene de la lectura que hacen de Marx.

Por otra parte es de destacar el poco rigor con el que tratan los nuevos fenómenos que supuestamente vienen a corregir el economicismo marxista. Aparte de considerarlos como elementos aislados y no interconectados, confunde la contradicción ecológica y la feminista que produce el capitalismo ya desde el principio de los tiempos, con la aparición de los movimientos. No obstante la contradicción ecológica no la trata desde una perspectiva dialéctica, es decir, sólo ve una relación de agresión desde el elemento social al ecológico. Sin embargo también por dialéctica hay un camino de vuelta con una repercusión social. Sobre esta cuestión nos puede ilustrar el siguiente fragmento:

“… lo único que pueden hacer los animales es utilizar la naturaleza exterior y modificarla por el mero hecho de su presencia en ella. El hombre, en cambio, modifica la naturaleza y la obliga así a servirle, la domina.
… Sin embargo, no nos dejemos llevar del entusiasmo ante nuestras victorias sobre la naturaleza. Después de cada una de estas victorias la naturaleza toma su venganza. Bien es verdad que las primeras consecuencias de estas victorias son las previstas por nosotros, pero en segundo y en tercer lugar aparecen unas consecuencias muy distintas, totalmente imprevistas y que, a menudo, anulan las primeras. Los hombres que en Mesopotamia, Grecia, Asia Menor y otras regiones talaban los bosques para obtener tierra de labor, ni siquiera podían imaginarse que al eliminar con los bosques los centros de acumulación y reserva de humedad, estaban sentando las bases de la actual aridez de esas tierras.
… Los hechos nos recuerdan que nuestro dominio sobre la naturaleza no se parece en nada al dominio de un conquistador sobre el pueblo conquistado, que no es el dominio de alguien situado fuera de la naturaleza, sino que nosotros, por nuestra carne, nuestra sangre y nuestro cerebro, pertenecemos a la naturaleza, nos encontramos en su seno, y todo nuestro dominio sobre ella consiste en que, a diferencia de los demás seres, somos capaces de conocer sus leyes y de aplicarlas adecuadamente.” (F. Engels. Introducción a la Dialéctica de la Naturaleza)

En la afirmación que contiene el teórico desprecio que Marx sintió por las culturas del Islam, China o India viene implícito un claro desconocimiento de la obra y el pensamiento de Marx. En una serie de artículos recogidos bajo el título: “Acerca del Colonialismo”, viene hecho un análisis serio de dichos pueblos desde el punto de vista económico, social y cultural del que se extraen derivaciones como la siguiente:

“Puede parecer un aserto muy paradójico y extraño el que la próxima rebelión de los pueblos de Europa y su próximo movimiento por la libertad republicana dependa con más probabilidad de lo que está pasando ahora en el Imperio Celeste –totalmente opuesto a Europa- que de cualquier otra causa política existente hoy…” (K. Marx. “La Revolución en China”).

Si después de esto siguen manteniendo su visión eurocentrista del Marxismo, sin atajar la suya, no pueden hacer gala de mayor ceguera política. No obstante nos podemos remitir a otra serie de artículos de Marx: “La cuestión India”, “Las Atrocidades Inglesas en China”, “La Anexión Audh”, “La Cuestión de las Islas Jónicas”, etc… También podemos acudir a referencias en el propio Manifiesto Comunista o en el primer tomo de El Capital.

Para acabar de rematar sus análisis y conclusiones sobre la cuestión social y demás problemáticas exponen lo siguiente:

“… La experiencia demuestra que el movimiento obrero ha transformado muchas sociedades, pero no ha liberado ninguna. Si el Socialismo se vinculara de manera casi exclusiva con el proletariado de las grandes fábricas, sería efímero. La propia ecología demuestra que el sujeto de las necesarias transformaciones históricas no puede circunscribirse a la clase obrera en tanto que masa explotada y sujeto activo de la producción. Dicho sujeto es el conjunto de trabajadoras y trabajadores, consumidoras y consumidores, usuarias y usuarios en su condición de enajenados en su relación con la naturaleza y la economía.”

De aquí podemos extraer las siguientes conclusiones:

  1. La ecología o la llamada Ecología Política como instrumento aplicado a la cuestión social o a la cuestión económica no ha demostrado nada.
  2. Sobre el que la clase obrera no es el sujeto revolucionario habría que explicar:
    “La contradicción entre la producción social y la apropiación capitalista se manifiesta bajo la forma de un antagonismo entre la burguesía y el proletariado…”. “…La contradicción entre la producción social y la apropiación capitalista se manifiesta como antagonismo entre la organización de la producción en el interior de cada fábrica y la anarquía de la producción en el conjunto de la sociedad”.
    “En dichas crisis se ve estallar la contradicción que existe entre la producción social y la apropiación capitalista. La circulación de mercancías momentáneamente se reduce a nada; el instrumento de circulación, la moneda se convierte en obstáculo para la circulación; todas las leyes de la producción y de la circulación se invierten. La colisión económica alcanza su máximo: la forma de producción se vuelve contra la forma de cambio, las fuerzas productivas se vuelven contra la forma de producción, en la que ya no pueden contenerse”.
    “La solución no puede consistir sino en reconocer efectivamente el carácter social de las fuerzas productivas y por consiguiente, poner la forma de producción, de apropiación y de cambio en armonía con el carácter social de dichos medios de producción”.
    “La forma de producción capitalista transformando progresivamente en proletaria la mayoría de la población, crea las fuerzas que, bajo pena de muerte está obligada a hacer esta revolución. El proletariado se apodera del poder del Estado y transforma los medios de producción en propiedad del Estado”. (F. Engels. “Anti- Dühring”).
  3. Sobre la utilización del concepto de consumidores y usuarios, solo decir que no cabe, pues son las formas que utiliza la moderna Economía Política burguesa para disfrazar la realidad del empresario y el asalariado, y por consiguiente para disfrazar la realidad del empresario y el asalariado, y por consiguiente para disfrazar la realidad de la explotación.
  4. Sobre la enajenación del hombre con la naturaleza y la economía, cabe apuntar que está haciendo abstracción del concepto economía. Aparte hay que señalar que la enajenación es lo siguiente:

“Como quiera que el trabajo enajenado convierte a la naturaleza en algo ajeno al hombre, lo hace ajeno de sí mismo, de su actividad vital”. (K. Marx. Manuscritos de 1848).

Es decir, la enajenación del trabajo es la que provoca la enajenación de la naturaleza, por tanto no son distintos y la segunda depende de la primera.

Más adelante el Manifiesto Ecosocialista hace afirmaciones tales como: “ninguna contradicción es absoluta”, “no hay explicaciones monocausales, las contradicciones se articulan y se oponen”. Se deduce que los sujetos de transformación no tienen una base material, sino filosófica, ideal o cultural. Claramente idealista y acientifica. Por otra parte niegan el hecho de que contradicciones tales como la ecología o el feminismo tengan en su base un fondo económico, lo cual es irreal. Al negar la explicación monocausal niegan a su vez la dialéctica.

De todo esto se deduce que sobre el cementerio de los dogmas del movimiento obrero, resucitan los fantasmas del idealismo kantiano o de los “críticos críticos”.

Como colofón, apuestan por el carácter antisistémico y espontáneo de esta supuesta teoría emanciparadora, negando cualquier tipo de lógica. Aparte consideran un peligro que la ecología política o el feminismo se conviertan en teorías globales. Junto a esto han intentado demostrar que el Socialismo no lo es. Con ello sólo demuestran su incapacidad para articular un método de análisis distinto al Marxismo, y por supuesto que la ecología política o el ecosocialismo no lo es. Al no dar respuestas globales y sólo atender cuestiones parciales confirman el carácter particular de su teoría, con lo cual no ofrecen ningún tipo de instrumento político para alcanzar la meta de la emancipación.

Para llegar a ese punto, al que ya llegaron Proudhon y otros anarquistas hace mucho tiempo, no se tenían que haber molestado.

Llegados a este punto creemos que podemos responder a la pregunta del principio del capítulo de este Análisis Crítico: el ecosocialismo o la ecología política no es, ni ofrece una concepción global o universal ni de emancipación ni de cómo abordarla. Aparte de sus intentos por derribar el Socialismo podemos concluir que ni es alternativo a él, ni ofrece nada nuevo. Es decir, sigue tan vigente como en 1848.

Capítulo II: Sobre el carácter transformador, Anticapitalista

Ante todo como pensar la ruptura

Al no encontrar una base material que sostenga el conjunto de las contradicciones y por tanto no encontrar una contradicción fundamental que determine uno o varios sujetos revolucionarios capaces de transformar la realidad, es decir, emancipar al individuo, liberar al ecosistema de agresiones y abolir el patriarcado, hace residir el elemento de la acción sobre un sujeto abstracto e intemporal, la sociedad, esto es, un conjunto de seres individuales ahistóricos, indeterminados desde el punto de vista social y económico. Y cuya motivación parta la acción al no tener una base material, tiene un carácter volitivo. De aquí se deduce que la acción de transformación (la ruptura) queda establecida en la conclusión de un contrato ecológico, o sea, la figura del Contrato Social reverdecida.

Esta conclusión consistiría en un acuerdo entre voluntades libres e iguales motivados por un deseo altruista de salvar el ecosistema planetario. La salvación del planeta vendría definida por un modo de producción en el que la cualidad determinante esencial no son ni las relaciones de producción, ni las relaciones de propiedad, sino las ventajas ecológicas derivadas del empleo de un capital fijo, ECOLÓGICAMENTE LIMPIO, aséptico, técnicamente depurado y EFICAZ.

Así pues con la aplicación de este modo de producción, la emancipación del hombre y de la mujer vendría derivada de una solución tecnocrática que mantendría tranquila su conciencia ecológica en cuanto a un sano respeto a la naturaleza.

Para elevar todas las conciencias a tal grado que permitiera tal identidad de voluntades y por lo tanto la firma de dicho contrato habría que poner en marcha un proceso de revolución de conciencias educativo, cultural, religioso, que además debiera ser capaz de separar las diferencias de clase, sexo, raza, etc… y sobre todo de formación, de cultura. Con esto además obtendríamos la ventaja de contar con una única cultura racionalista y planetaria.

Al mismo tiempo que se iría produciendo este cambio en las conciencias, se irían transformando los modos de producción existentes de una manera no traumática, no violenta, progresiva, gradual, REFORMISTA. En cualquier caso esta vía es irrealizable porque la acumulación de reformas paulatinas hacia el infinito no produce ningún cambio cualitativo. Además al no cuestionar la propiedad actual de los medios de producción ni siquiera se garantiza el cumplimiento de las reformas previstas. Sobre todo cuando la reforma prevista para dar solución a una situación concreta necesitaría para llevarse a cabo un proceso de concienciación tal, que cuando se alcanzara, las condiciones ya habrían variado.

Por otra parte la propia celebración del contrato ecológico es inviable al hacer abstracción de la situación en la que se encuentran las partes contratantes, lo cual equivale a colocar en igualdad de condiciones a dichas partes. Aún es más inviable cuando ni siquiera se conocen los límites y contradicciones de la cultura política que tendría que propiciar la celebración del contrato.

Además al considerar como precursores de esa cultura política a las sociedades, olvidando que en sus senos están inmersas las estructuras de poder que en un principio son antagónicas a la misma, y además no cuestionándose dichas estructuras de poder y dominación, sólo confiando en la utopía se podría llegar a una situación en la que abandonaran su papel hegemónico y preponderante para permitir el avance de dicha cultura.

Nuestra lucha por una ciudadanía integral

En este apartado del MES, se introducen conceptos como el de ciudadanía igualitaria. Al igual que los que posteriormente van apareciendo no está aclarado en cuanto a los contenidos que encierra. Sin embargo por las referencias hechas hacia los derechos fundamentales reconocidos en Europa y la referencia hecha al derecho al voto, elegir y ser elegido, podemos deducir que lo centran en el principio burgués de igualdad de oportunidades. Este principio caduco introduce pocas innovaciones en el concepto de igualdad.

Posteriormente, respecto al concepto de ciudadanía directa, según ellos no está definido porque está por inventar, pero lo que apuntan dice poco, porque al no perfilar ni contenidos, ni medios, se queda en una retórica bienintencionada ni siquiera capaz de enfrentar las contradicciones existentes. La falta de análisis les hace perder de vista, por ejemplo, que las tecnoestructuras y los grandes medios de comunicación, que confiscan la soberanía al ciudadano por sus elementos de control ideológico de la burguesía, si cambian de manos pueden permitir un acercamiento del conjunto del colectivo a la información y por tanto puede permitir el ejercicio de la soberanía individual y colectiva.

Por otra parte, al apuntar la contradicción entre estado representativo y democracia directa, y no tomar partido, sólo demuestra la ausencia de carácter transformador de este proyecto desde el momento en que no se cuestiona las actuales formas de estado, o sea, de dominación política. Al acabar afirmando que hay que combatir la profesionalización de la política no apunta nada en este sentido, ya que el problema se centra en la estructura política y no en el individuo profesional o interino que la sirva.

El concepto de ciudadanía solidaria, tan vacuo como los demás también está por inventar. Sin embargo es preocupante lo que apunta sobre el cuestionamiento de la democracia, no porque no haya que cuestionar el concepto de democracia formal indirecta burguesa y profundizar en la consecución de la democracia popular (que ellos no dicen), sino por donde apuntan que debería ir la reflexión: las minorías en contra de las mayorías en la historia, muchas veces han tenido razón. Desde luego el que en una democracia la mayoría tome una decisión no es sinónimo de infalibilidad, pero los pueblos tienen derecho a equivocarse, y hay que reivindicarlo. De lo contrario se estará defendiendo un principio que a lo largo de la historia ha sostenido dictaduras, oligarquías, etc,… o regímenes presididos por consejos de sabios, que en este caso serían además ecologistas. Respecto a lo que afirma en el mismo párrafo, habría que recordar que la democracia sin el respaldo de la unidad de acción, no existe.

En el apartado de la ciudadanía ecológica, con las alusiones a la racionalidad y a la conciencia parece que viene a sustituir al motor de la Historia que en Hegel era el “espíritu”. Pero partiendo de ese principio ese espíritu no sólo creará relaciones entre la sociedad y el ecosistema, sino que moverá el mundo si se lo plantea e incluso lo creará de nuevo como es su intención.

Es curiosa la apelación a la racionalidad que unida a la teoría que anteriormente habíamos visto sobre la firma del Contrato Social Ecológico nos trae a la memoria el siguiente texto de Engels:

“Los filósofos franceses del S. XVIII, precursores de la Revolución, apelaban a la razón como juez único de cuanto existe; se trataba de instituir un estado racional, una sociedad racional, y cuanto era contrario a la razón eterna debía abolirse sin piedad. También vimos que esa razón eterna no era, en realidad, sino el entendimiento idealizado del hombre de la clase media, justamente en vías de llegar a ser burgués. Mas cuando la Revolución (francesa) hubo realizado tal estado de razón y esa sociedad racional, las nuevas instituciones, por racionales que fueran en comparación con el estado de cosas que reemplazaban, no podían, sin embargo, considerarse absolutamente racionales. El estado racional se hundió. El Contrato Social de Rousseau, encuentra su realización en el Terror, de donde, dudando al cabo de su propia capacidad política, el burgués se refugia, primero, en la corrupción del Directorio y por fin, bajo la protección del Despotismo napoleónico. La anunciada paz eterna había conducido a una interminable guerra de conquistas. La Sociedad, instaurada por la razón no iba mejor; el antagonismo de ricos y pobres, en lugar de resolverse en la prosperidad general, se agravó con la abolición de los privilegios corporativos de otros géneros que lo atenuaban, y las instituciones eclesiásticas que los suavizaban; …el progreso de la industria capitalista hizo de la miseria de las masas laboriosas condición de vida para la sociedad.” (F. Engels. “Anti-Dühring”).

Por último habría que señalar el ingenuo concepto que tienen de cómo las estructuras del estado someten a los individuos basándose en su consentimiento. Aparte de los elementos que señalan como son la fuerza y la propaganda cabe destacar la fuerte dominación ideológica que se establece desde dichas estructuras sobre las conciencias de los individuos.

Desde el momento en el que reconocen que el sistema puede asimilar los valores del ecosocialismo reconocen que dichos valores no son antagónicos con los del sistema, es decir, no supone una alternativa, por eso es de dudar que puedan subvertir algo, como es su pretensión.

Resistir

Digamos que en este apartado lo único que se puede extraer es la intención de extrapolar las formulas de acción con las que cuentan las organizaciones ecologistas hoy, a todos los campos. Dichos modelos basados en mecanismos de información para controlar y avisar, producen efectos rápidos, o sea, hoy por hoy la información llega muy rápida, pero sólo es capaz de movilizar y organizar a grupos muy pequeños. En resumen con dichos mecanismos y negándose a recoger las experiencias de otros movimientos, el obrero, por ejemplo, a ver cómo organizarían una huelga general. Por otra parte es de destacar que los frentes de intervención que ellos contemplan, marginan por completo el terreno de la lucha económica.

Reflexionar

“Nosotros rechazamos el anatema: “Tan pronto como nace la ciencia, desaparece el pensamiento”(Heidegger). A nuestro entender, la racionalidad es una aventura indispensable…”

En este párrafo del MES encontramos una llamada a la racionalidad, pero si teníamos alguna duda de a que racionalidad se refería nos encontramos con una llamada a rescatar a Descartes y su método analítico, a Bacon y su método experimental. Ampliamente desfasados en la actualidad nos parece que es volver demasiado atrás y negar el avance de los tiempos.

Sobre el modelo de actividad teórica propuesto en el siguiente texto:
“…La humanidad necesita una actividad teórica radical, independiente de toda consigna, de cualquier censura o cualquier conformismo, para poder encontrar los modos de intelección adecuados a los problemas inauditos que ella ha creado. No ha surgido aún ninguna teoría unitaria nueva. No estamos seguros de que una teoría así sea hoy posible o deseable. Constatamos que siempre se les escapa una parte de la realidad en las globalizaciones que han predominado durante mucho tiempo. Lo singular, lo diverso, lo inesperado y concreto se aparecen a todas y todos. La complejidad extrema, el movimiento, ¿no deberían tratarse con teorías distintas, sectoriales, articulables entre sí?…”

Habría que apuntar lo siguiente:

  1. Es falso que no exista una teoría unitaria nueva, otra cosa es que no se quiera reconocer.
  2. Existe un despropósito lógico al afirmar que las que hay no son globales, porque que una teoría sea global no significa que esté acabada.
  3. La opción de apostar por montar una teoría, a partir de teorías sectoriales articuladas sólo puede conducir al eclecticismo.
  4. La ciencia como tal no es un “método crítico contrario a toda sumisión”, dependiendo a quien sirva lo será o no. Por lo tanto es inútil convertir a la ciencia en algo neutro que no tome partido.

Reorientar

En este capítulo nos encontramos con los conceptos de Tiempo y Trabajo y las consideraciones hechas sobre los mismos. Para empezar habría que preguntarse qué entiende por “reciente” al afirmar que la ética de considerar el trabajo como medio de vida, lo es. Cierto es que comparado con la historia de la Tierra sea poco, pero desde que el hombre la habita, es bastante.

En la afirmación de que los asalariados carecen de posibilidades si centran la lucha en el mero incremento de la parte que de plusvalía que les corresponde, sólo decir que es cierto. Pero con esto parece que le imputan al Socialismo una falta que no le toca, desde una perspectiva reduccionista ven la lucha de clases como una mera lucha económica, sin ver que a partir de ahí se produce una lucha política y es cuando la lucha de clases cobra su verdadera expresión.

Tal vez fuera interesante entrar en el análisis que hacen de la cuestión del tiempo, pero vista la solución que le dan: reducción de la jornada laboral, demuestran que no se creen sus propias teorizaciones, por lo tanto más vale no perder el tiempo en este tema.

Por otro lado el no considerar el trabajo como un mecanismo de desarrollo integral de la persona, supone que lo tratan como una carga o una tara para el individuo, con lo que castran el tan buscado espíritu creador de la persona.

Para terminar con estas cuestiones sería extraño que no hubieran dejado las soluciones en el aire, esta vez aparte de hacerlo dejan sobre la mesa una gran contradicción. Es decir, si los modelos para implantar sus novedosos sistemas de trabajo no se pueden imponer por vías estatales (según ellos) ¿lo harán a través del capital y la empresa privada? Esto es pura quimera cuando ellos mismos reconocen la pérdida de beneficios que supondría.

Es curioso observar como al hacer mención de la nueva seguridad social, introducen la palabra ecológica, con esto sólo se puede decir que es pura obsesión el unir sobre el papel las palabras social y ecológica. Tal vez responda a una inquietud, y es que en la praxis no se sientan capaces de hacerlo.

Industria

Al tratar este tema, optan por producir a pequeña escala y mediana escala. Con esto sólo logran caer en los planteamientos pequeñoburgueses y en su lógica primitivista, o sea, una empresa grande produce un gran daño ecológico, una pequeña empresa produce un daño menor. Además parten del principio de que las pequeñas empresas son más fáciles de controlar.

Nuestra lógica nos dice que no tiene nada que ver la magnitud de la empresa con el daño ecológico, si lo que se pretende es sustituirla por pequeños núcleos que no harían más que multiplicar entre sí los resultados contaminantes. Digamos que están combinando la lógica del pequeñoburgués con la lógica del ecologista, ambos están acostumbrados a trabajar con pequeñas magnitudes, en espacios cerrados, con poca gente, en acciones muy concretas, lo demás aunque sean capaces de imaginarlo no les preocupa. Sin embargo quieren transformar el mundo o mejor dicho Europa, porque los que critican que no se tiene en cuenta otros pueblos, culturas, etc… no aportan más que una visión eurocentrista.

Reagrupar

“Las movilizaciones sociales serán el motor de una transición ecosocialista. La diversidad de sus objetivos y de sus formas desconcertará a aquellas y aquellos que leen lo real a través de sus sueños y sus dogmas”

Sobre el desconcierto que producirán las movilizaciones con su variedad de objetivos, reivindicaciones, proyectos estratégicos y prioridades, más que producirse hacia fuera, hacia los que lo contemplan, será más factible que se produzca hacia dentro. Incapaces de articular sus proyectos entre sí, por tanto de lograr una unidad de acción de todos los movimientos, serán incapaces de lograr una traducción política de su proyecto global (lo cual no existe) y por tanto serán incapaces de plasmar un modelo de sociedad transformadora. En caso de que sus proyectos sectoriales lo consiguieran, los previsibles choques que se producieran a partir del principio de independencia de cada uno, lo haría inviable.

Afirman: “Formas concretas de alternativa reagruparan a mayorías sociales”.

Les falta: “…atomizadas, motivadas por intereses particulares, contribuirán a restarle fuerza al movimiento, incluso a sus propios movimientos sectoriales. Serán incapaces de construir una alternativa porque todos ellos, incluso a nivel individual son la alternativa a su compañero de movimiento”. Sin embargo dicha alternativa tiene que ser creada para el sistema.

Un movimiento social deber ser considerado como autónomo en sus objetivos, en su organización, en resumen en su acción, pero si quieren una autonimía política, cuando son incapaces, incluso consideran negativo el plasmar un proyecto político, sólo puede servir parta lanzar reivindicaciones de mejora al sistema que previsiblemente será capaz de acogerlo. Con ello se hará palpable la teoría de que son movimientos emergentes, aparecen y desaparecen al calor de determinadas coyunturas. Incapaces de dar estabilidad (no ya a sus formas orgánicas) a sus proyectos teóricos, desaparecen. Con ello sólo demuestran considerar la emancipación del hombre y de la mujer como un juego. Muy propio de burgueses con la conciencia intranquila movidos por un humanismo idealista con grandes cargas de cristianismo.

Con su repulsa de poca monta a lo político sólo caen en un juego burgués: porque sino se hace política, la política se hará contra nosotros.

Con el rechazo a dar forma organizativa a un proyecto que se supone de emancipación caen en lo que ya hemos visto antes. Pero se creen en el derecho a renegar de cualquier forma de partido porque creen estar por encima, es decir, no están contaminados por el virus de la política, son puros. No aceptan ni siquiera formas de coordinación, son omnipresentes. No necesitan la fuerza que pueda dar la estructura de la organización, son omnipotentes. No necesitan al intelectual colectivo, son omniscientes.

En resumen, son dioses, pueden redimirnos si nos arrepentimos a tiempo. Ciertamente esto, el ecosocialismo, no es un proyecto político, ES UNA RELIGIÓN.

Para poner fin a nuestra visión a este capítulo tratemos ahora de contestar a la 2ª pregunta: ¿Es una teoría transformadora? ¿Es anticapitalista?

La primera se puede responder de forma negativa porque persiguen simplemente la reforma de lo establecido. Es más podiamos decir que no constituye una alternativa. A la cuestión del anticapitalismo también se puede responder de forma negativa. No atacan a las bases del sistema capitalista, ni se lo plantean. Es más se puede afirmar que incluso lo apoyan descargando las conciencias culpables de aquellos que se sienten avergonzados por los salvajismos del sistema.

Capítulo III: Presupuestos Filosóficos del Ecosocialismo

Para contestar a la tercera cuestión que nos planteamos al principio en torno a cuál sería la base filosófica o el método del Ecosocialismo habría que partir de los siguientes elementos que hemos ido analizando:

  1. El carácter volitivo.
  2. El deber Cántico.
  3. El hambre abstracto.
  4. La razón universal como criterio moral.
  5. El carácter idealista.
  6. El carácter individualista (primando al individuo sobre el colectivo)

Sólo un imperativo de la razón puede obligar al hombre en abstracto, al hombre abstraído de sus condicionamientos y de sus determinaciones, o si no fuese así, es decir, si no fuera la razón universal la que obligase a todos los hombres no podrían considerar a la sociedad sujeto de transformación. Los autores del Manifiesto Ecosocialista demuestra una fe ciega en que el mandato de la razón se impondrá como un deber a todos y cada uno de los individuos. Constriñéndolos a que abandonen su posición o intereses, sean cuales sean, que ocupan en la sociedad forzándolos al cumplimiento del deber, del deber impuesto como un auténtico imperativo de la razón, o sea, un imperativo categórico. Al ser esta un imperativo categórico, la voluntad de cada hombre no se vería movida por su propio interés o su propia conciencia, de ahí el carácter volitivo y voluntarista de las acciones.

Por otro lado nos encontramos un carácter individualista marcado por un predominio del individuo frente al colectivo.

Con todo esto podemos definir la filosofía del Ecosocialismo como: Idealismo Subjetivista. Idealismo, frente a Materialismo. Subjetivismo, frente a dialéctica. Kant y Rousseau, frente a Marx y Engels. He aquí la supuesta gran superación del Materialismo Dialéctico.

Epílogo

Ponemos fin a este análisis del Manifiesto Ecosocialista con las siguientes palabras:

“Séanos permitido despedirnos con tono alegre y conciliador de un asunto que frecuentemente pudo parecer seco y desagradable. Mientras tuvimos que tratar cuestiones de pormenor, el juicio dependía de hechos objetivos, incontestables; y a causa misma de esos hechos, el juicio tuvo que ser con frecuencia, riguroso y duro. Ahora hemos dejado atrás la filosofía, la economía política y la “socialidad”; tenemos ante nosotros el retrato de cuerpo entero de los escritores que hubimos de juzgar en detalle; ahora pueden ponerse en primer término las consideraciones humanas; ahora podemos referir a causas personales los errores científicos y las explosiones de orgullo, sin ello enexplicables, y resumir nuestro juicio de conjunto respecto de Carlos Antunes, Pierre Jusquin, Penny Kemp, Isabelle Stengers, Wilfried Telkämper y Frieder Otto Wolf, en estas palabras:

IRRESPONSABILIDAD POR MEGALOMANIA

(Texto adaptado de Engels, final del Anti-Dühring)

1 COMENTARIO

  1. Creo que lo ideal es apoyar las demandas económicas y culturales del Proletariado de mínimos ingresos y sin empleo estable porque son quienes sufren hambre y enfermedad , además es muy urgente luchar también por eliminar la contaminación ambiental por el petróleo y derivados que están asesinando flora y fauna de todos los ecosistemas y ponen en peligro la vida de nuestra madre naturaleza y Humanidad , agradeceré que propuestas están llevando a la práctica para saber si estoy de acuerdo y compartir en mi ciber comunidad para empezar a concientizar en mi colonia y posteriormente construir una Coordinadora estatal nacional Continental Mundial contra la opresión y explotación del Proletariado de mínimos ingresos y sin empleo estable y contra la Contaminación Ambiental que asesinan flora y fauna en todo el Mundo .

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