Esta semana el Ministerio de Igualdad ha hecho dos anuncios muy importantes, y uno de ellos ha pasado casi desapercibido.
Así como he criticado, como muchas compañeras, otras decisiones y declaraciones de este Ministerio, creo que es justo que cuente lo esenciales que me parecen estas dos medidas.
Por un lado, la eliminación del permiso parental/tutorial para la interrupción del embarazo de chicas de 16 y 17 años. Si decidimos que a esa edad son legalmente libres y responsables de tener relaciones sexuales, han de serlo para decidir si quieren ser madres. Los reaccionarios de siempre hablan de que a esa edad no tienen capacidad de decidir por sí mismas una interrupción del embarazo. Pero al parecer sí les parece bien que decidan otros por ellas que sean madres. ¡Qué mal les sienta siempre que las mujeres decidamos sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas!. Gallardón ya nos dejó claro hace no tantos años que esta no es una batalla en absoluto ganada, que bastará que nos descuidemos un momento para que nos arrebaten los derechos que tanto nos ha costado conseguir. Ya nos lo avisó Simone de Beauvoir, así que celebremos mientras hacemos turnos de guardia.
El otro anuncio es de la eliminación del SAP. No se menciona en los informativos y mucha gente no sabe ni qué es, cuando se trata de una de las mayores amenazas a mujeres y niños, una vuelta sin precedentes al mito de la mala mujer, apoyada por psicólogos y juristas en todo el mundo.
SAP son las siglas de síndrome de alienación parental. Lo definió en 1985 en un artículo el psiquiatra estadounidense Richard Gardner, y aunque habla al inicio de la manipulación que uno de los progenitores realiza sobre los niños para que odien al otro, ya dejaba claro que se trataba básicamente de una manipulación ejercida por las madres para poner a los niños en contra del padre.
Gardner respiraba por la herida. Separado y con cuatro hijos, su mujer le denunció por abusos a sus hijos y terminó suicidándose en 2003. Lo que pretendía con el SAP era invalidar cualquier denuncia de abusos a menores por parte de sus padres. Rápidamente su teoría fue recibiendo contestación por parte de otros colegas y asociaciones médicas, que la rechazaron por inconsistencia, falta de rigor científico, etc. De hecho, hoy en día no está reconocida por el DSM (el manual diagnóstico y estadístico de enfermedades mentales de Estados Unidos, el más prestigioso del mundo).
Sin embargo, el SAP está presente en las consultas psicológicas y en las batallas jurídicas por la custodia en todo el planeta. ¿Cómo es esto posible? Gardner era listo. Se aprovechó del imaginario machista, del mito de la mujer perversa y manipuladora cuyo principal objetivo en la vida es destruir a los pobres hombres buenos y nobles.
Y funciona, vaya si funciona. En este país nuestro hasta hace muy poco los hombres decidían si querían ser padres o no, o si la respuesta era no se largaban sin mirar atrás, sin ninguna obligación ni reproche. Pero las leyes cambiaron y les obligaron a responsabilizarse de sus hijos, a garantizarles un techo y manutención, a ocuparse de ellos. Y entonces aparece el SAP como herramienta perfecta de venganza, ellos son las víctimas de mujeres malas y reconrosas, si sus hijos no les muestran amor incondicional o no quieren estar con ellos es siempre culpa de la madre.
Y lo más terrible de todo esto, los abusos sexuales y físicos de todo tipo. Con este inexistente síndrome, se están invalidando pruebas físicas y testimonios de pediatras y dejando a muchos niños indefensos en manos de sus abusadores. Sí, en este país.
¿Recordáis Infancia Libre? ¿Recordáis cómo se contó durante horas y horas en todas las televisiones que había una mafia de mujeres perversas que habían privado a unos padres de sus hijos? Seguro que sí, sin embargo igual no sabéis que todos los procedimientos judiciales que se iniciaron contra ellas y los psicólogos que las apoyaban se han ido sobreseyendo.
Ya en 2016 el Consejo General del Poder Judicial insistió a los jueces en que no utilizaran el SAP, calificándolo que teoría pseudo científica que se usaba para privar a madres de la custodia de sus hijos. Pero no le hicieron caso, a día de hoy se sigue instruyendo en él a los servicios psicosociales, a los puntos de encuentro, a abogados y jueces. Bufetes como Bastida Abogados y el psicólogo José Manuel Aguilar Cuenca son uno de los muchos ejemplos de su utilización.
Y todo esto sucede porque el imaginario machista sigue siendo más poderoso que la ciencia y que la realidad misma. Y en un país que se cree igualitario se sigue dando alas a una teoría falsa que invalida cualquier testimonio de una mujer o de un niño. Por eso es tan importante el anuncio del Ministerio, por eso es esencial que actúe junto con el Ministerio de Justicia y pongan fin a este despropósito medieval y misógino. Porque hay muchas mujeres a nuestro alrededor sufriendo calvarios judiciales y tratadas como delincuentes por defender a sus hijos de todo tipo de abusos y negligencias. Porque se está realizando de forma más o menos encubierta una quema de brujas judicial, no repitamos la historia.
