Juan Cataranza, presidente de la Orden Fraternal de Policía, llamó a los agentes a desobedecer el decreto del ayuntamiento de Chicago que ordena la vacunación contra el coronavirus a los agentes de policía.
El decreto de la ciudad de Chicago exige que los agentes de policía sean vacunados so pena de pérdida de empleo y sueldo. El sindicato, ante esta situación, llama a los agentes a que asuman dicha pena de antemano, y ha denunciado -lo que considera un abuso- a los tribunales.
El presidente alega que se han esgrimido tres formas de objeción, de Conciencia, religiosa y médica, para solicitar una exención ante el decreto; y denuncia que el Ayuntamiento ha desoído la petición y ‘acosado’ a los agentes.
Según Huffpost, Cataranza ha llegado a comparar el mandato del Ayuntamiento con las políticas de exterminio de la Alemania fascista.
Policías y bomberos de todo Estados Unidos se niegan a vacunarse contra el coronavirus ante el mandato gubernamental, son especialmente llamativos los casos de Los Angeles y Seattle. El alegato de ‘objeción por motivos religiosos’ para evitar el decreto, está siendo solicitado por gran parte de la población.
Las teorías conspirativas sin fundamento con respecto al coronavirus y la vacuna están fuertemente arraigadas en la población norteamericana. Las teorías más extendidas son de carácter escatológico, aquellas que asocian a la vacuna con ‘El Anticristo’ o ‘La Marca de la bestia’ (de ahí las objeciones por motivos religiosos); también son frecuentes otras teorías como que la vacuna contiene células de fetos abortados, o que se trata de la antesala al comunismo, debido a que el gobierno quiere imponer medidas sanitarias sobre los individuos, lo que es considerado como políticas colectivistas.