Sobre las 20:00 horas de la tarde del pasado jueves, en las proximidades de Santiago de Compostela, un cliente que había solicitado los servicios de la empresa Aparking Fly, agredió a varios trabajadores de la compañía, tras lo cual prendió fuego a varios vehículos de la flota.
Según las fuentes consultadas, el cliente debía dejar una fianza por posibles daños, al decidir no añadir el seguro, según condiciones de alquiler.
En respuesta a este requerimiento, descargó un puñetazo sobre el empleado que le atendía, e hizo lo propio con varios compañeros que se acercaron en su auxilio. «El chico se llevó también varias cuchilladas, podría haber fallecido» lamenta una compañera. Posteriormente, se dirigió a una estación de servicio situada en las proximidades, y regresó con gasolina que roció sobre el vehículo que había alquilado, para a continuación prenderle fuego.
Mientras el fuego se extendía a otros vehículos de la empresa, el cliente se dirigió a un bar cercano en el que confesó los hechos que había cometido y donde esperó su detención por parte de la policía.
Tanto el personal que trabaja en esta compañía, como otros trabajadores que desempeñan su labor en otras del mismo servicio, llevan largo tiempo avisando de las reincidentes amenazas que sufren a diario y la alta probabilidad de que un hecho de este tipo sucediera. “En una ocasión, se le cobró un daño a una mujer y tiempo después nos envía un señor una carta diciendo que iba a venir con una pistola a matarnos a todos” afirma una de las trabajadoras.
Este gran malestar que sufren los trabajadores de las compañías que ofrecen estos servicios se traduce en un deterioro de su salud mental y un elevado nivel de estrés continuo. “No tenemos protección ni seguridad, alguna contra este tipo de clientes, somos nosotros quienes damos la cara y estamos totalmente vendidos. Y a pesar de todo esto, la dirección corporativa no hace nada por solucionar la situación, solo interesan los beneficios y non se invierte en proteger a las personas trabajadoras», denuncian.
