Alejado del discurso oficial de la OTAN y presidentes de gobiernos occidentales plagado de buenas intenciones, los informes confidenciales occidentales de defensa, hablan de una «situación militar crítica» del régimen de Kiev
Durante meses, las cancillerías europeas nos quisieron hacer creer que la contraofensiva de Kiev en la primavera de 2023 , apoyada por el apoyo económico a raudales y los equipos de intervención militar occidentales y la artillería suministrada enviaría al Ejército ruso a casa. El bumerang de la ofensiva ucraniana no se hizo esperar, fue abrumador. «Poco a poco se fue empantanando en barro y sangre y no dio lugar a ninguna ganancia estratégica», en términos de equipamiento, la fallida ofensiva de 2023 habría “destruido tácticamente” la mitad de las 12 brigadas de combate de Kiev.
Una gleba de soldados ucranianos sin formación
Las brigadas de Kiev recién formadas eran esencialmente «administrativas» y el entrenamiento no duró más de tres semanas. Debido a la falta de cuadros y de un número importante de veteranos, estos “soldados ucranianos del año II” fueron lanzados a atacar una línea de fortificación rusa que resultó ser inexpugnable”. Los 1.200 kilómetros de frente, conocidos como línea Surokovin (llamada así en honor a un general ruso), estaban minados en proporciones enormes (7.000 kilómetros de minas).
Sin ningún apoyo aéreo, con equipos occidentales dispares y menos eficientes que los antiguos equipos soviéticos («obsoletos, fáciles de mantener y susceptibles de ser utilizados en modo degradado» menciona el informe, las tropas ucranianas no tenían ninguna esperanza de romper las defensas rusas.
Fracaso de la programación de los estados mayores occidentales.
Los planificadores creían en un paseo triunfal que tan pronto como se cruzaran las primeras líneas de defensa rusas, todo el frente colapsaría […] Estas fases preliminares fundamentales se llevaron a cabo sin tener en cuenta la fuerza moral del enemigo a la defensiva: es decir, la voluntad del soldado ruso de pegarse como piojo al terreno y mantener la posición.
Resistencia operativa rusa
Frente a la improvisación ucraniana, el ejército ruso supo gestionar sus tropas de reserva para garantizar la resistencia operativa, Moscú reforzó sus unidades antes de que estuviesen completamente desgastadas, mezcló reclutas con tropas experimentadas, proporcionó períodos regulares de descanso en la retaguardia… y «siempre ha tenido una reserva coherente de fuerza para hacer frente a acontecimientos imprevistos”.
Aspectos técnico- militares
Hoy día la conducción del ejército ruso es la referencia “táctica y técnica” para pensar y aplicar el modo defensivo como en el ámbito de las interferencias electrónicas, menoscabando el uso de drones y sistemas de mando ucraniano, o bien con reductores de sonido, los técnicos militares rusos utilizan supresores de sonido que afecta a las armas pequeñas de infantería para anular los sistemas de detección acústica en el campo de batalla.
Otra innovación rusa es el empleo de bombas planeadoras. Los rusos cambiaron su modus operandi (…) utilizando por primera vez bombas planeadoras a gran escala. Cuando un proyectil de artillería de 155 mm transporta 7 kg de explosivo, la bomba suspendida proyecta entre 200 y 700 kg y, por tanto, puede perforar estructuras de hormigón de más de 2 m. Un infierno para las defensas ucranianas, que habrían perdido más de 1.000 hombres al día.
La pérdida de la fortaleza de Avdíivka
Las tropas ucranianas, comandadas por Oleksander Syrskyi se retiraron el 17 de febrero de 2024 «para evitar ser sitiados», la decisión de las fuerzas armadas ucranianas de retirarse fue una “sorpresa», destacando «su carácter repentino y su falta de preparación«, lo que hace temer que esta elección haya sido «más sufrida que decidida por el mando ucraniano», evocando un posible comienzo de «desbandada«.
Avdíivka representa 10 años de obras defensivas y posiciones fortificadas establecidas por las fuerzas ucranianas donde muchas posiciones están establecidas dentro de edificios de varios pisos que impiden cualquier asalto frontal sin que los atacantes sufran pérdidas significativas. La planta de coque de Avdiíivka servía como base de operaciones fortificada y depósito de armas repleto de escondites subterráneos y cimientos de hormigón, comparable su papel al de la planta siderúrgica de Azovstal durante el asedio de Mariupol.
De paso según los informes confidenciales occidentales no oficiales indican que: «Las fuerzas armadas ucranianas acaban de demostrar tácticamente que no tienen la capacidad humana y material […] para controlar un sector del frente que está sujeto al esfuerzo del atacante» y continúan: «El fracaso ucraniano en Avdíïvka demuestra que, a pesar del envío de emergencia de una brigada «élite» –la 3.ª brigada de asalto aéreo de Azov-, Kiev no es capaz de restablecer localmente un sector del frente que se está derrumbando«, alertan los informes.
Las pérdidas humanas: 400.000 soldados ucranianos al año.
Un Soros profético describe claramente la estrategia de EEUU y la OTAN para provocar y explotar el conflicto militar de Ucrania. Los ucranianos están proporcionando la mano de obra –en otras palabras, la carne de cañón– y los Aliados intentan debilitar a la Federación Rusa con un régimen de sanciones económicas e imponer su visión de un Nuevo Orden Mundial económico favorable al modo de producción capitalista.
El factor “humano” de la contienda, los rusos están eliminando alrededor de 400.000 soldados ucranianos al año, un ritmo que se acelerará dado el debilitamiento cualitativo y cuantitativo del ejército ucraniano. Lo mejor de las fuerzas de Kiev ya ha sido liquidado. La única razón por la que Kiev depende en gran medida de reclutas inexpertos y asustados en este momento es porque lo mejor de sus fuerzas ya ha sido liquidado en los últimos casi ocho meses de lucha, lo que lo obliga a recurrir a tácticas de glebas obligatorias de oleadas humanas por desesperación. Zelensky necesitaría 35.000 hombres por mes, no está reclutando a la mitad de ellos. EEUU por ejemplo en la guerra de Vietnam, perdió aproximadamente 58.220 soldados a lo largo de diez años.
La ruptura del frente en Avdíivka ha sido sintomática. Se suponía que esta fortaleza era inexpugnable. Ahora que ha caído, los ucranianos no tienen una segunda línea defensiva y tienen que crear una apresuradamente, lo que les empuja a tirar sus escasas reservas a la brecha. Estas unidades, combatidas en terreno abierto para frenar a los rusos, fueron rápidamente destruidas, pero ganaron tiempo para reconstituir una línea detrás del frente en retirada. Los ucranianos están sacrificando sus mejores unidades en esta operación y esto se sentirá durante la inevitable ofensiva rusa en primavera o verano.
La contraayuda occidental sobre el terreno.
“Occidente puede proporcionar impresoras 3D para fabricar drones o municiones ocultas, pero nunca podrá imprimir hombres”, señalan los informes. “Dada la situación, era posible considerar reforzar el ejército ucraniano, no con combatientes, sino con fuerzas de apoyo en la retaguardia, permitiendo así liberar a los soldados ucranianos para el frente”, admite un oficial de alto rango, confirmando un “aumento de poder” de los militares occidentales vestidos de civil en suelo ucraniano. Todo viene a corroborar las declaraciones recientes del
canciller polaco Radoslaw Sikorski «Los soldados de la OTAN ya están presentes en Ucrania”.
Aunque dos vagones estadounidenses, probablemente utilizados por la CIA, están acoplados al tren que hace la conexión diaria entre Polonia y Kiev, el bando occidental sólo admite a medias la presencia de fuerzas especiales en Ucrania, “Además de los estadounidenses, que autorizaron al New York Times a visitar un campo de la CIA, hay bastantes británicos”. Dicho periódico informaba el 23 de junio de 2023 que William J. Burns, director de la CIA visitó en secreto Kiev para reunirse y discutir los planes para su contraofensiva y el intercambio de inteligencia.
La presencia de soldados británicos “sobre el terreno” en Ucrania fue desvelada por la filtración del canal de noticias RT, de las conversaciones de altos mandos alemanes, el teniente general Ingo Gerhartz, jefe de la Luftwaffe, describe cómo el Reino Unido trabaja con Ucrania en el despliegue de misiles Storm Shadow.
“Cuando se trata de planificar misiones”, Gerhartz dice: “sé cómo lo hacen los ingleses, lo hacen en reachback”, este término describe cómo los servicios de inteligencia, el equipo y el apoyo de la retaguardia se adelantan a las unidades desplegadas en el frente. Según The Guardian, el jefe de la Luftwaffe sugiere que el enfoque británico implica apoyo directo en terreno, ayudando a las fuerzas de Kiev a disparar misiles Storm Shadow de largo alcance contra objetivos situados hasta 225 kilómetros detrás de las líneas rusas.
