Somos muchas, somos fuertes y somos muy turras

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Por Ana Val

Otro año más llega lo que vienen llamando últimamente el 8M, el día de la mujer trabajadora, vamos.
Otro año más asistimos perplejas, más si cabe, porque cuando pensamos que no pueden ser más misóginos, van y se superan; asistimos digo, a muestras desde Ayuntamientos, sindicatos, organizaciones, gobiernos, instituciones, empresas, etc. Cogen el día de la mujer trabajadora, el único día que tenemos, y se dedican a manosearlo, a ofendernos, a hacer carteles ofensivos, a incluir demandas que nada tienen que ver con nosotras, LAS MUJERES, ¡si te descuidas también lo utilizan para reivindicar los derechos de la siesta del berberecho salvaje!

Pues bien, aún con los ecos festivaleros del insulto misógino por excelencia “zorra” y sin que a nuestros amigos gaycapitalistas les acabe de encajar “chapero” como “empoderante”, nos desayunamos con cosas random como que el Ayuntamiento de Alcobendas le parezca una idea fantástica hacer un homenaje a clara Campoamor con media docena de pares de huevos de señoro, se ve que de cantantes líricas mujeres no les quedaban, cachis!

Que en otro pueblo de las Castillas tienen a bien currarse un cartel y unas actividades propias de la sección femenina, es decir, “sus labores”.

Que la UOC, si lees bien compañera, la Uni a distancia, saca una campaña del 8M de chapitas con tantos colorinchis, que parece que la única lila del 8M esté ahí por compromiso, alegando que este día es de la diversidad, ¡di que sí campeón!

Que el cartel de una supuesta asociación de mujeres de Barcelona, además de meter de todo en sus reivindicaciones, tiene la osadía de dibujar el 8, sostenido por el bulto de una entrepierna, ¡Joder!

Y hoy mismo nos levantamos con la noticia de que la decana de la UAB ha suspendido la clase de la estimada Sílvia Carrasco ante el secuestro del aula perpetrado por un grupúsculo de estudiantes con actitud fascista y totalitaria, no estando el rectorado de la UAB (otra vez) a la altura.

Pero todo no van a ser malas noticias, somos muchas, somos fuertes, somos resilientes y somos MUY TURRAS.

El feminismo es el único movimiento revolucionario y contestatario que queda (esto lo sabe el capital, los señoros y hasta el papa de Roma), por eso se asustaron tanto en 2018 y por eso está (estamos) siendo atacado por tierra, mar y aire, desde el patriarcado clásico hasta este machismo rancio disfrazado de izquierdas y progresista que es el transgenerismo.

Como decía no todo son malas noticias, para empezar la campaña de las chapitas la han retirado (gracias compañeras turras).

Nos asustamos mucho un día ante la noticia de la primera mujer “terfa” condenada por transfobia y delito de odio a un trans, pues vino a resultar que la susodicha era otro transexual operado que le hacía la vida imposible al otro transgénero sin operar (trutrans vs faketrans, la película), os puedo asegurar que el frenesí tuitero ante el ridículo de los Abogados queerstianos y compañía fue ¡épico!

Así mismo me acabo de enterar que a lE flamantE embajadorE de una marca de snacks le ha durado la fiesta dos días (otra vez la turra de las feministas) por aquellos tuits repugnantes que tiene en la gloria de su huella digital.

El feminismo sigue aquí, donde siempre, el feminismo tiene que ocuparse de la emancipación de la mujer, de derribar la opresión que se ejerce sobre nosotras en todas sus formas, de dar voz a las supervivientes del sistema prostitucional, de dar voz a las víctimas de violencia machista, y darles recursos, de sacar a las niñas de las garras del porno y de la violencia que ejercen contra ellas, de proteger a jóvenes abusadas, o dentro del espectro autista o simplemente lesbianas carne de cañón para la industria fármaco transgenerista que está experimentando con ellas, tiene el deber de denunciar la explotación reproductiva, tanto en forma de esclavizar a una mujer vulnerable, como en el negocio atroz de la ovodonación que venden como algo estupendo e inocuo, pero ¡eh! Que no os engañen, no lo es.

Y no, no nos van a callar porque cuando por culpa de la gestión nefasta del anterior Ministerio de Igual-dá rebajaron condenas a violadores y pedófilos… ¡os lo dijimos!

Cuando están en un cajón leyes como la LOAPS y la derogación de la instrucción Zerolo de 2010… ¡Os lo decimos!

Cuando decíais que la ley trans era segura y que se iba a perseguir el fraude de ley… ¿Os acordáis? Pues ¡ea! Ya tenemos unas cuantas de decenas como la soldado Francisco Javier, y la cabo Roberto de cabo a rabo y a Duval, Cambrollé y Sáez les digo que por ley son exactamente igual de mujeres que ellos, los transjetas en el deporte y los depravados en el vestuario de vuestras hijas, todos pidiendo ser “mujeres”…

Os lo dijimos, os lo diremos y os lo seguiremos diciendo. Porque somos muchas, somos fuertes, somos resilientes, somos turras y nos va la vida en ello.

Así que maltratadores, puteros, proxenetas, pedófilos, violadores, empresarios que despedís a mujeres embarazadas, que no las dejáis promocionar, que abusais de vuestro poder, lesbianos, hombres todos, el hetero y el homo patriarcado, porque lo digo siempre, lo gay no quita lo misógino…
Ya hacéis bien TODOS en estar preocupados.

Pero insisto, no se nos vaya a olvidar, somos feministas, mujeres de barrio, de pueblo, de la calle, somos simples MUJERES, sí, esa palabra que estáis emperrados en hacer desaparecer…
¡Pues no! ¡No lo haréis!, no nos callaremos, no somos diosas ni hemos pegado a nadie, somos solo mujeres luchando por su libertad. Pau.

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