Hace pocos días se ha iniciado en Catalunya una campaña promovida por la Generalitat en colaboración con el Consejo Catalán de Colegios Farmacéuticos por el que todas las mujeres que estén en el sistema de salud, hasta los 60 años, pueden acceder a uno de los tres productos menstruales gratuitos, sostenibles: la copa menstrual, y las bragas y las compresas reutilizables.
El informe de una encuesta hecha en el Estado español sobre la menstruación y la población femenina ha dado a conocer unas conclusiones que dan mucho que pensar en el momento en que estamos, son datos objetivos que indican que el tema de la regla sigue siendo un tabú, a veces un motivo de risa, y otras veces la fuente de una chocante desinformación.
Concretamente el 12.5% de las mujeres encuestadas no sabía lo que era la menstruación antes de la primera regla y el 45.3% tenía información parcial. Los primeros aprendizajes sobre la cuestión fueron a nivel familiar en el 71.4% de los casos y, una cuestión mucho más preocupante, el 44.5% de las mujeres encuestadas se ha sentido discriminada en algún momento por el hecho de tener la menstruación.
Por otra parte, tenemos el argumento de la pobreza menstrual, cuyo estudio nos aporta el dato de que un 39.9% de mujeres se han visto forzadas a comprar productos más baratos por causa de las dificultades económicas. Cualquier mujer a lo largo de su vida, aproximadamente, unos 2.400 días de sangrado, sabe el gasto que ha tenido en productos higiénicos de un solo uso.
Un tercer argumento que sustenta la campaña es la sostenibilidad. Anualmente y solo en Catalunya se producen 9.000 toneladas de productos menstruales no reutilizables, que, a lo largo de un solo ciclo vital pueden producir 180 kilos de residuos.
A pesar de los argumentos enumerados y su solidez, un importante porcentaje de la población lo ve con malos ojos y ha surgido a raíz de ello una polémica tanto en redes sociales como en la calle. Que, si “es una campaña absurda”, dicen algunos y algunas, que “se va a gastar más agua en momentos de sequía”, dicen otros, que “volvemos al tiempo de las abuelas”, alegan otras y, después tenemos a los referentes del machismo que se preguntan porque no se les paga la crema de afeitar, o los preservativos, o “cosas de hombres”.
Toda medida novedosa tiene sus pros y sus contras, todo ser humano tiene su opinión, acertada según el criterio de cada cual, pero siempre los datos objetivos se pueden oponer a la estrechez de miras; no obstante, las medidas que favorezcan a las mujeres en particular, y a los seres humanos en general deberían ser bienvenidas, y adoptadas en el resto del Estado. ¡Veremos!
Quiero dar las gracias a mi farmacéutica de confianza por facilitarme los datos aportados aquí y publicados por la Generalitat, y ¡feliz día de la mujer trabajadora!.
