Como he hecho los cuatro años que han pasado ya desde que me convertí en El Villano de Madrid, previendo que este será el último artículo mío que salga publicado antes de la próxima visita de los Reyes Magos de Oriente, me complazco en recomendarles una obra cultural o historiográfica para que la incluyan en sus peticiones a sus Majestades.
En esta ocasión les voy a sugerir un cómic, una auténtica obra maestra en su estilo que, como cumbre del noveno arte que es, siempre ha estado muy vigente desde su publicación, pero, por desgracia, aún ha adquirido más actualidad con la vuelta de la distopía neoliberal a Argentina. Se trata de Perramus, una novela gráfica guionizada por el periodista, escritor y profesor de literatura en la Universidad de Buenos Aires Juan Sasturain y dibujada por el genial y expresionista ilustrador Alberto Breccia, nacido en Uruguay pero que desarrolló su carrera en Argentina y es reclamado con orgullo como propio por ambas naciones.
Existe una anécdota muy curiosa sobre el génesis de este tebeo ⸺yo no me arrepiento ni avergüenzo de esta palabra⸺: Breccia, que era suegro de Sasturain en aquel momento, le pidió una historia ligera y fácil de vender en Europa y varios mercados, y lo que recibió fue un proyecto para una obra densa, oscura y de carga ideológica muy importante, pero que, por su enorme calidad acabó convenciendo al dibujante argentino/uruguayo para embarcarse en un proyecto exactamente opuesto al que tenía en mente.
La historia que nos presenta Sasturain es una alegoría muy onírica, con un punto de realismo mágico latinoamericano nada despreciable, pero que retrata y representa de forma muy evidente el gobierno dictatorial ⸺y neoliberal, aunque quizás aclarar esto es un poco redundante⸺ de la última dictadura argentina. La historia nos cuenta la aventura de un hombre amnésico, que ha perdido su memoria entre otras cosas por el remordimiento de haber abandonado a sus compañeros en la garras de Los Mariscales, nombre que recibe un terrible grupo gobernante, trasunto muy claro, como decíamos, de Videla, Galtieri y compañía. Este hombre queda rebautizado con la marca de la chaqueta que lleva: Perramus. A lo largo de la historieta, Perramus va entrando en contacto con un grupo clandestino de resistencia, la VVV. Poco a poco nuestro amnésico protagonista se va integrando con estos disidentes, participando de sus acciones y desentrañando su vida pasada. Como hemos dicho todo esto ocurre en un mundo inventado donde algunos han querido ver una representación no sólo de la Argentina de Videla sino también del Chile pinochetista. En opinión del Villano, no obstante, las señales de que Sasturain y Breccia quieren retratar el lado este de Los Andes son muy claras, incluyendo las personajes que muestran, alter ego ficcional de prácticamente todos los referentes importantes del momento: un Borges con la vista en perfectas condiciones e ideólogo de la resistencia del VVV ⸺forma sarcástica de lamentar la actitud que tuvo el Borges real, escritor genial pero timorato, por decirlo finamente, de la dictadura⸺ o el futbolista Sábato, simbólico hasta en su nombre, que es una representación muy evidente de Maradona, y que de forma un tanto premonitoria realiza en el campo una jugada casi igual a la que protagonizaría el Pelusa en el Mundial 86 unos pocos años después de la publicación de Perramus, pero malogra intencionadamente el último paso y echa la pelota fuera para no dar elementos de propaganda a los Mariscales. También aparece un Kissinger tan activo y sombrío como ustedes se pueden imaginar, y un sinfín de referencias literarias desde García Márquez a Joyce, que culminan en la propia ciudad donde todo se desarrolla, la Santa María de Juan Carlos Onetti, fusión literaria de Montevideo y Buenos Aires.
El dibujo siempre un poco exagerado, tenebrista y expresionista de Breccia, con su blanco y negro característico, retrata ese mundo imaginario como difícilmente podría haberlo hecho ningún otro ilustrador por bueno que fuera. Su recurso de retratar a los Mariscales como calaveras y todas las expresiones habituales del argentino/uruguayo transmiten siempre una sensación de angustia, peligro y desazón que trasladan la visión de Sasturain de manera muy lograda al papel, además de aportar una notoriedad muy importante a casi todas las acciones de los personajes.
Perramus, por razones obvias, no pudo publicarse en Argentina hasta 1985, pero ya en 1982 habían empezado los autores los primeros bocetos del que se convertiría en uno de los grandes folletines latinoamericanos de todos los tiempos. Se publicó por primera vez en la revista italiana Orient Express y de aquí fue pasando por varias publicaciones como Circus en Francia, Comix Internacional en España y, ya en 1985, en Argentina, en la revista Fierro. Recibió un premio de Amnistía Internacional, nada menos, y desde entonces está disponible para el público de todos estos países, con una última edición en español muy bien comentada y acompañada de material explicativo muy interesante. Así ha sido desde entonces, aunque con el regreso a Argentina de la misma política que retrataron Sasturain y Breccia es de temer que pronto sea prohibida. ¿Un poco exagerado? Pues vean que este Milei, sin necesidad de un golpe de estado como el que dieron los militares de los años 70, ya permite pagar comida como salario y está amenazando el derecho de huelga, además de lanzar veladas amenazas de represión al quien no se doblegue.
En fin, como les decía, Perramus siempre fue una obra genial, lo que conllevaba estar siempre de actualidad, pero, por desgracia, ahora ha adquirido más vigencia aún. Aquí tienen mi recomendación y mi reseña. Como siempre en estos casos, ahora corresponde a ustedes decidir si este genial cómic sería una buena petición a sus Majestades de Oriente. ¿Han sido Buenos?
Por supuesto el Villano les desea…¡Feliz 2024!
