La negociación que mantienen los representantes sindicales y la empresa Teleperformance, sostenida en torno al anuncio de un ERE que afectaría a unos 310 empleados de esta empresa en diversas sedes, ha llegado a un punto en el que los sindicatos consideran que ya es más que evidente que la empresa no posee ninguna justificación para acometer esos recortes.
La sospecha de ERE injustificado, como se informó en días anteriores, se ha revelado ya como una realidad. La sorpresiva noticia de los despidos (que pretenden deshacerse en una sentada de 158 puestos de trabajo en Ponferrada, 110 en Sevilla, 38 en A Coruña y 4 en Madrid) causó estupor en los sindicatos, pues se trata de una empresa que se encuentra en situación de continuado beneficio y con excelentes perspectivas dentro de su mercado, y además abarca un volumen de trabajo que invita a pensar que no sólo no sobran empleados sino que faltan, dada la gran carga de trabajo que soportan los agentes en sus respectivos centros.
La prueba de esos motivos injustificados la han tenido los portavoces de los sindicatos que asistieron a la última reunión, el pasado miércoles, cuando encontraron errores en los datos que los peritos aportaban en sus informes. Esos informes son de una importancia vital pues son las pruebas con las que se determina si esos despidos son lícitos.
En concreto, los supuestos errores pondrían de manifiesto que los datos presentados por la parte de la empresa (un peritaje que pretende demostrar que hay un excesivo personal en relación con el volumen de trabajo), contienen diferencias de cálculo que, en el supuesto caso de haberse cometido intencionadamente, supondrían un intento de manipulación con el objeto de acreditar a toda costa los despidos.
En la misma reunión, los representantes sindicales tampoco fueron contestados cuando preguntaron sobre la compra de la empresa Majorel, de la que existen anuncios en medios del sector, una adquisición que serviría de ejemplo para evidenciar la buena situación de la empresa, que la lleva a la posibilidad de emprender absorciones de otras empresas o la inclusión en carteras bursátiles de actualidad.
La opacidad de los delegados de la compañía durante la negociación confirma por tanto las peores sospechas de las organizaciones sindicales, lo que les mueve a reafirmarse en su actitud de que no sobra ningún puesto en la empresa y que todos los agentes señalados en la amenaza de expediente son necesarios. No se trata por tanto de una discusión de encontrar voluntariedades o acotar lo más posible el número de recortes sino de defender la dignidad y el futuro de todos los trabajadores y la lucha legítima de sus derechos.
