Jesús Carretero Ajo
I
Ya llega el mes de septiembre
con la historia exhumando ecos
de gritos asesinados
que, como vientos del pueblo,
airean las melodías
de los miles que murieron
disparando sus guitarras
contra el tirano pendejo.
Ya llega un nuevo septiembre
llenando de desconsuelo
las alamedas que lloran
la ausencia de Allende, muerto
por culpa de un dictador
felón, cobarde y muñeco,
que se encomendó al socorro
del yanqui opresor y abyecto.
II
Tu voz potente, de alcance,
en trance
va a lanzar su última suerte
de muerte
tirana y cruel, detenida.
Herida,
muda, rota, perseguida
se queda la patria oscura
sufriendo vil dictadura
y en trance de muerte herida.
III
Fuiste leal a tu pueblo
prócer Salvador Allende.
Por tu entrega y por tu arrojo
eres grande, ¡presidente!
Tu socialismo humanista
dio futuro a los chilenos,
que te amaban sin fisuras,
fuiste su guía y su centro.
La clase trabajadora
sentía tu aliento amigo.
Tanto apoyo popular
no gustó a tus asesinos.
Una asonada cobarde
de poderes en la sombra
con la ayuda del imperio
dejó la esperanza rota.
La sede de tu gobierno
atacaron por sorpresa
perpetrando un magnicidio
con tu valiente defensa.
Un silencio horrible, obsceno
se adueñó de todo Chile,
que no te pudo llorar.
¡Qué dictadura terrible!
Diecisiete años tiranos
de indescriptibles torturas
y de desaparecidos
y de tanta muerte injusta.
Son muchos años luchando
por la justicia y verdad,
pero el mayor responsable
murió en cama y sin juzgar.
Siguen llorando tu ausencia
las alamedas que, mustias,
nos recuerdan cada otoño
quién te asesinó con furia.
Hoy por ellas pasan libres
los chilenos y chilenas
que aprendieron a quererte
presidente por tu entrega.
Y tu llama, camarada,
es faro para las gentes;
paradigma de revuelta,
eres futuro y presente.
“Colocado en el tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo, y les digo que tengan la certeza de que la semilla que entregamos a la conciencia de miles de chilenos, no podrá ser cegada definitivamente… Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas, por donde pasará el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!”
Salvador Allende, 11 de septiembre de 1973
