Ella soñaba vivir en un cuento
de niños perdidos con Campanilla.
Pero despierta en una pesadilla;
Velero en el mar, sin remo y sin viento.
Le obligan a saltar de rama en rama
sin desprenderse nunca del grillete;
Y tiene que fingir ser un juguete
en las manos culpables de su drama;
pues si hay un mercader interesado
en venderla como un saco de arena
y si hay un capataz en la faena
con el látigo siempre preparado;
es porque un miserable han encontrado
que paga sin pudor por la cadena.