Lanzas y Molinos

0

Todos piden la sangre del Escriba
si sus letras olvidan el tributo;
y los aldeanos ya se prueban luto
en la fiebre de hipnosis colectiva.

Es mejor castigar al adivino
que no presagia la felicidad.
Peligrosa resulta la verdad
que nos hace a buscar otro camino.

Cuando casi resulta predecible
un trágico final para el relato;
llega al galope el lúcido insensato,

rompiendo la pared del imposible.
Pues siempre habrá una lanza incorregible
que le rete al molino su mandato.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.