Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur

El Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INST), promocionado como una alternativa al canal de Suez, es un sistema de tránsito multimodal que conectará rutas marítimas, ferroviarias y terrestres para mover carga entre los países miembros del corredor: Irán, Rusia, India, Asia Central (Azerbaiyán, Armenia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán) y ramificaciones a Bielorrusia, Omán y Siria. Aborda el problema de la conectividad para las economías sin salida al mar de Asia Central y mejorará su capacidad competitiva en los mercados globales.

De acuerdo a las previsiones, este año el tráfico total de carga por esta ruta aumentará hasta los 17,6 millones de toneladas, con miras de que se incremente hasta 41 millones de toneladas en 2030.

El corredor de transporte Norte-Sur irá desde el puerto indio de Bombay (oeste) hasta el iraní de Bandar Abbas, en el golfo Pérsico (donde también participa el Sultanato de Omán). El ferrocarril Astara-Rasht-Qazvin se está construyendo como parte del proyecto. Estiman que la nueva ruta será una alternativa más barata y corta que la ruta a través del canal de Suez.

Tramo Rasht-Astara

Forma parte del Corredor Norte-Sur de transporte internacional que desempeña un papel clave en el desarrollo de las infraestructuras de transporte entre Europa y Asia. Este proyecto pasa por Irán, el mar Caspio y Rusia, conectando la India con el mar Báltico y facilitando el comercio internacional y el tránsito de mercancías.

Además del transporte ferroviario, el corredor de transporte también incluye rutas por carretera y por mar. El proyecto incluye 3 rutas: occidental (a través de la República de Azerbaiyán), oriental (a través de la República de Kazajistán y Turkmenistán, en Asia Central) y transcarpiana (utilizando el ferrocarril y los puertos del mar Caspio).

La construcción del ramal Rasht-Astara se ha debatido en repetidas ocasiones en conversaciones bilaterales y multilaterales entre Azerbaiyán, Irán y Rusia. En 2018, Bakú concedió a Teherán un préstamo en condiciones favorables de 500 millones de dólares para este fin. A mediados de octubre de 2022, los mismos tres Estados suscribieron un acuerdo para lanzar este ramal que une a la ciudad azerbaiyana de Astara con la iraní Rasht (en el noroeste). El 17 de mayo de 2023 se firmó un acuerdo ruso-iraní sobre la construcción conjunta de este tramo.

Por su parte, Rusia concedió un préstamo de 1.300 millones de euros (1.407 millones de dólares) para la construcción de esta línea, por lo tanto, el coste total del proyecto asciende a 1.600 millones de euros. Según el viceprimer ministro ruso, Alexandr Nóvak, está previsto alcanzar los 15 millones de toneladas de tráfico de mercancías en 2030.

Al respecto de Rasht-Astara, la longitud total de este tramo ferroviario es de aproximadamente 164 kilómetros, es el último ramal de la ruta occidental del corredor Norte-Sur, necesario para el pleno funcionamiento del ferrocarril en toda la ruta. Una vez finalizado el tramo, será posible organizar el tráfico de contenedores desde la ciudad puerto iraní de Bandar Abbas —situada en el sur del país, en el golfo Pérsico— con transbordo de contenedores o reubicación de vagonetas en la estación de la ciudad azerí de Astara, fronteriza con Irán en el este.

Azerbaiyán, Irán y Rusia firmaron en 2005 un acuerdo sobre la construcción de la carretera Qazvin-Rasht-Enzeli-Astara, que conectó las partes septentrionales con la oriental de Irán. En 2022, se habían construido y estaban en funcionamiento algunos tramos de la carretera Qazvin-Rasht (dos ciudades iraníes en el norte) de 205 km de longitud.

Irán está trabajando en un proyecto para conectar su red eléctrica con la de Rusia y otros países del bloque de la OCS (Organización de Cooperación de Shanghái) a través del mar Caspio. La República Islámica asegura que una de sus políticas es convertir al país en el epicentro energético de la región, aprovechando su ubicación estratégica para suministrar energía tanto en verano a los países vecinos cálidos del sur como en invierno a los países más fríos del norte.

Está en juego la cohesión total de los objetivos, los mecanismos de interacción, desplegados por el Greater Eurasia Partnership, la Ruta de la Seda (BRI), la UEEA (Unión Económica Euroasiática), la OCS, los BRICS +, la puesta en marcha del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), la creación de la importante Compañía de Reaseguros, y el desarrollo de la Ruta del Mar del Norte. Es una lucha titánica unir a todas estas organizaciones y tener en cuenta las prioridades geoeconómicas de cada miembro y socio asociado, lo que está sucediendo a una velocidad vertiginosa debido al interés de los países protagonistas.

Los imperativos prácticos de la conectividad van desde la lucha contra los cuellos de botella locales hasta la creación de complejos corredores multinacionales, desde el Cáucaso hasta Asia Central, desde Irán hasta la India.

Los éxitos ya son incuestionables: desde Rusia e Irán introduciendo liquidaciones directas en rublos y riales, hasta Rusia y China aumentando su comercio en rublos y yuanes al 20%. Putin anunció que el 25% del gas ruso comprado por Ankara se pagará en rublos. Es posible que pronto se establezca una Bolsa de Productos Básicos del Este en Vladivostok para facilitar el comercio de futuros y derivados con el eje Asia-Pacífico.

Algunos datos sobre la importancia de la OCS

Fundada en 2001, compuesta por 9 países: China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, India, Pakistán e Irán.

Alrededor de 3.000 millones de personas, más de la mitad de la masa euroasiática, ningún país de «Occidente», 4 potencias nucleares.

-Respecto la población mundial, la OCS representa el 40% frente al 5,9% de la Unión Europea

-Respecto a la participación en el PIB mundial: la OCS más del 30% y la UE el 15%

La Gran Asociación Euroasiática

Putin y Xi Jinping acordaron por primera vez conectar la Unión Económica Euroasiática y la Iniciativa de la Franja y la Ruta durante la visita de Xi a Moscú en mayo de 2015 para asistir al 70° aniversario del fin de la IIª GM.

La Federación Rusa anunció el deseo de una mayor asociación euroasiática en el Foro Económico de San Petersburgo en junio de 2016. En el discurso de apertura, Putin propuso «considerar las perspectivas de una asociación euroasiática más amplia que involucre a la UEEA [Unión Económica Euroasiática]», en las que también se incluirían China, Pakistán, Irán e India. Desde entonces, Putin ha promovido constantemente el proyecto en sus discursos ante la Asamblea Federal, en reuniones con líderes extranjeros, en los Foros Económicos de San Petersburgo posteriores y en los Foros Económicos del Este celebrados en Vladivostok.

En mayo de 2017, en el Foro Internacional de la Franja y la Ruta en Beijing, Putin argumentó que “la gran Eurasia no es un acuerdo geopolítico abstracto sino, sin exagerar, un proyecto verdaderamente civilizado que mira hacia el futuro”.

Un informe del Club de Valdai de septiembre 2018 argumentó que “el giro hacia el este es un proyecto diseñado para ayudar a Rusia a construir su propia identidad política y civilizatoria que estaría en sintonía con el nuevo mundo”.

En palabras del canciller ruso Lavrov en la 73° Sesión de la Asamblea General de la ONU el 28 de septiembre de 2018, expresó que a la larga, la Gran Asociación Euroasiática “podría convertirse en la base de una arquitectura reformada de la seguridad del continente, correspondiente a las realidades del siglo XXI ”

Los proyectos geoeconómicos de la Federación Rusa siempre están vinculados a su estatus en la política internacional, y la búsqueda de una Gran Eurasia demuestra que para el Kremlin, la estrategia económica exterior y la identidad internacional están inherentemente vinculadas.

En medio de las sanciones occidentales, la conectividad con los mercados globales y la modernización continúan siendo dos desafíos para la economía rusa. Eso hace que la Iniciativa de la Franja y la Ruta y el Fondo de la Ruta de la Seda, para facilitar las inversiones en infraestructura y financiarlas, sean atractivos para Rusia, la idea es una extensión de la visión de la Federación Rusa de un orden global multipolar.