La Represa de Kajovka está situada a 60 kilómetros de la ciudad de Jersón en aguas del río Dniéper, es la sexta y última presa del río antes de su llegada al mar Negro, también se produjo la destrucción de la sala de máquinas de la Central hidroeléctrica completamente cubierta de agua.
El embalse de Kajovka construido en la década de los años 50, contenía antes del desastre 18 millones de metros cúbicos de agua. La represa está situada a 150 kilómetros de la Central nuclear de Zaporizhia (Energodar) la mayor central nuclear de Europa y una de las 10 mayores del mundo con 6 unidades bajo control ruso.
La destrucción de la represa de Kajovka se investiga en Rusia como acto terrorista. Según la Federación Rusia el ataque nocturno se efectuó con lanzaderas de misiles múltiples Alder ucranianos. El alcalde de Nóvaya Kajovka, Vladímir Leóntiev, informó que al menos tres tramos de la represa de la central colapsaron bajo la presión del agua, luego de que los proyectiles destruyeran las vigas de compuerta en la parte superior de la instalación.
«En Nueva Kajovka las inundaciones llegaron hasta la sede administrativa y continúa subiendo el nivel del agua. Hasta el momento, han sido evacuadas cerca de 900 personas«, informó un representante de los servicios de Emergencias de la ciudad, citado por la agencia rusa Interfax. Las localidades de Dnipriani y Korsunka -ésta última totalmente bajo el agua- están ubicadas río abajo inmediatamente después de Nueva Kajovka.
El alcalde ha confirmado que la parte superior de la central hidroeléctrica de Kajovka fue destruida por un bombardeo ucraniano y lo ha calificado de grave acto terrorista. Parte de la ciudad ha quedado temporalmente sin suministro eléctrico por motivos de seguridad, según las autoridades locales. La destrucción provocó que el agua de la represa comenzara a descargarse descontroladamente.
El agua sigue subiendo hasta 10 metros en Nóvaya Kajovka, 8 en Dnepriany, 5,3 en Korsunka, y se estima que el nivel del agua dure unas 72 horas, según los servicios regionales de emergencia. Hasta 80 asentamientos se ven amenazados por las inundaciones.
Este martes la Federación Rusa por medio de Comité de Investigación de Rusia ha iniciado una causa penal por terrorismo tras la destrucción de la represa de Kajovka
en el río Dniéper, que los investigadores califican de «atentado terrorista perpetrado por un grupo de personas con confabulación previa«.
«Se inició una causa penal por un delito tipificado en los apartados a) y c) del párrafo 2 del artículo 205 del Código Penal [actos terroristas cometidos por un grupo de personas por acuerdo previo que causan daños materiales significativos y otras consecuencias graves]», podemos leer en su canal de Telegram del ente.
Maldita hemeroteca
En diciembre de 2022, The Washington Post escribió que el Ejército ucraniano estaba considerando atacar la central hidroeléctrica de Kajovka para elevar los niveles de agua del río Dniéper como parte de su contraofensiva de Kherson.
Dicha información fue proporcionada por el mayor general de las tropas ucranianas, Andréi Kovalchuk.
El diario señaló que los ucranianos incluso llevaron a cabo un golpe de prueba desde el sistema Himars en una de las esclusas de la presa para ver si el agua podía subir al nivel adecuado para obstaculizar los cruces rusos.
Luego, en palabras de Kovalchuk, la prueba fue exitosa, pero calificó ese paso como «una medida extrema».
El Washington Post describe: «Kovalchuk consideró inundar el río. Los ucranianos, dijo, incluso realizaron un ataque de prueba con un lanzador HIMARS en una de las compuertas de la represa Nova Kakhovka, haciendo tres agujeros en el metal para ver si el agua del Dnieper podía elevarse lo suficiente como para bloquear los cruces rusos pero no inundar las cercanías. La prueba fue un éxito, dijo Kovalchuk, pero el paso siguió siendo el último recurso. Se detuvo.»
Uno de los preceptos de la teoría de la complejidad es que las condiciones iniciales al comienzo de los procesos no lineales pueden moldear el resultado de manera desproporcionada. En este contexto, la primera fase fallida de la contraofensiva de Kiev corría el riesgo de arruinar toda la campaña, lo que podría haber llevado a sus planificadores a emplear el “último recurso” de Kovalchuk para introducir una variable inesperada en la ecuación que podría mejorar sus probabilidades.
Rusia tuvo más de 15 meses para atrincherarse en las antiguas regiones del este y sur de Ucrania que Kiev aún reclama como propias mediante la construcción de varias estructuras defensivas y planes de contingencia asociados para mantener su control sobre esos territorios.
Por lo tanto, se deduce que incluso la contraofensiva mejor pensada y mejor provista no iba a ser un paseo por el parque en contra de las expectativas del público occidental. Esta verificación de la realidad hizo añicos cualquier expectativa que pudiera haber tenido Kiev, ya que mostró que el plan original de invadir la Línea de Contacto Kherson-Zaporozhye implica costos considerables que reducen las posibilidades de éxito a menos que suceda algo serio detrás de las líneas del frente para distraer a los defensores rusos. Ahí radica la razón estratégica detrás de la destrucción parcial de la presa Kakhovka el martes por la mañana, exactamente como Kovalchuk demostró a fines del año pasado que es posible lograrlo según sus declaraciones al Washington Post.
Teniendo en cuenta la dinámica militar-estratégica de la guerra de poder entre la OTAN y Rusia que favorece a Rusia por el momento, puede ser la razón por la que Kiev llevó a cabo el ataque terrorista en un intento desesperado por remodelarlo a su favor. Esta evaluación se basa en la observación de que la victoria de Rusia en la Batalla de Bajmut muestra que es capaz de hacer frente a la OTAN en la «carrera de la logística»/»guerra de desgaste«.
