Es difícil empezar este artículo después de tanto tiempo sin escribir. De hecho, tenía la intención de no volver a hacerlo, ni siquiera en El Común, pero la urgencia siempre cambia las intenciones y los planes y, por eso, aquí estoy.
Pedro Sánchez ha adelantado las elecciones y nos pilla a todas con el paso cambiado, no obstante, nunca hemos tenido fácil las cosas las mujeres y menos las feministas. La cuestión ahora es ¿queremos poder votar feminismo el 23 de julio o no?
Vaya por delante que yo no estoy en ningún partido, que soy una mindundi, quizás algo osada y que se atreve a hablar (razón por la que me equivoco muchas veces), pero es que eso de no callar va con cualquiera que sea feminista y ejerza de ello. Por tanto, lo que lanzo es un análisis personalísimo sobre la situación de urgencia en la que nos encontramos. Hay convocadas elecciones para el 23 de julio y solo nos queda preguntarnos si además de la movilización en la calle y en las redes, además de escrachar a los partidos del gobierno, además de lo que siempre hemos hecho también es hora de probar la estrategia electoral. Muchas llevamos años lamentándonos de estar huérfanas en lo electoral. Es el momento de dejar de estarlo.
Una vez que el Partido Feministas Al Congreso ha declinado presentarse, solo nos queda la opción del Partido Feminista de España, porque el PFE sí tiene los trámites burocráticos hechos desde hace décadas y ayer dijo que se va a presentar a las elecciones del 23 de julio. Dada la situación solo cabe una pregunta ¿formamos listas bajo las siglas del PFE o seguimos discutiendo entre nosotras? Ya sé que yo soy mucho de discutir y que en mi boca esta llamada a aparcar las cosas suena rara. Que nadie dude de que después de los comicios habrá que hablar largo y tendido, incluso pedir responsabilidades políticas, pero ahora no es el momento de seguir con la trifulca. Ahora es el momento de aparcar las diferencias, de poner por encima de todo la conciencia feminista y la lucha colectiva de siglos que nos precede. Ahora es el momento de pasar a la propuesta y trabajar para hacer posible que la opción feminista sea una opción electoral real y no solo posible.
La aventura de la doble militancia nos ha traído a la orfandad electoral. Seguir insistiendo en hacer virar a los partidos del arco parlamentario es ingenuo o se guía por motivos espurios que no me apetece ahora investigar. Es momento de apartar rencillas personales, de poner la vista en la lucha colectiva, de pensar en la causa de las mujeres, porque solo las mujeres salvan a las mujeres.
A pesar de las luces de neón, la historia siempre la han cambiado mindundis aguerridas y convencidas de que las cosas no eran como deberían ser y por ello se han puesto manos a la obra para transformarlas. Es el momento de las mindundis y yo me pregunto ¿estáis ahí? ¿Hacemos realidad el sueño de poder votar feminismo con orgullo y alegría?
Si es así, ya sabéis, en el Partido Feminista de España esperan vuestros emails. Yo ya he mandado el mío. (agitprop@partidofeminista.es)
La revolución será feminista o no será.
