La autopista de la falacia

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El pensamiento y la actitud frente al feminismo de la izquierda progre, buenista y superficial de este país quedan perfectamente reflejados en el artículo de Javier Gallego “Todo lo que está roto”.

Comienza hablando de la terrible violación a una niña de 11 años en Badalona, denunciando que se deja la educación sexual de los hijos en manos del porno. Esto, Javier, es algo que las feministas clásicas, como tú nos llamas, llevamos muchos años denunciando. Y algo de lo que el Ministerio de Igualdad que tanto alabas ni nadie en la izquierda menciona. Es más, Podemos ha hecho actos con Amarna Miller defendiendo la industria de la pornografía y jamás se ha planteado ningún tipo de acción contra ella. Y por supuesto, tampoco contra la prostitución, otra fantástica escuela en la que los hombres aprenden que las mujeres somos objetos que existimos para satisfacer sus deseos y ser violadas previo pago. De hecho, ayer en la manifestación “oficial” de Madrid tenían su espacio los del paraguas rojo, proxenetas que critican “la industria de la abolición” y gritan que es libertad que se nos explote a las mujeres. Ada Colau ha aparecido muchas veces en el ayuntamiento de Barcelona junto a Shirley McLaren que da clases para ser una buena prostituta y dice que los puteros no le pegan porque ya vienen de haber pegado a sus mujeres en casa. ¿Hay mayor cultura de la violación y el desprecio, Javier?

Javier continúa diciendo que por casos como los de esta niña es necesaria la ley del sólo sí es sí, porque las condenas no disuaden a los violadores y que la reforma de ayer desplaza el tema del consentimiento. Si las condenas no disuaden, Javier, rebajarlas mucho menos. Y claro que la reforma solo se aplicará a los casos a partir de ahora y se seguirán rebajando condenas anteriores, pero eso no es culpa de la reforma sino de quienes hicieron una ley tan mal hecha cuyas consecuencias seguiremos sufriendo mucho tiempo. La ligereza con la que dices que en algunos casos las rebajas son solo de unos meses únicamente deja en evidencia la falta de empatía y de conocimiento sobre el sufrimiento que conlleva una violación. Ya ves que la actitud de marcar paquete no es exclusiva de la derecha. Actitud que encima tienes el cuajo de achacarnos a las que nombras como feministas clásicas, equiparándonos a PP y Vox. Muy novedoso también, Javier, nadie lo había hecho hasta ahora. El argumento de que como el PP dice que la tierra es redonda, la izquierda tendremos que decir que es plana lo van a grabar en piedra en las facultades de filosofía. Además, el PP gobierna en comunidades donde se han aprobado leyes trans muy similares a las del gobierno, con su aprobación o sin que las deroguen, así que igual deberías replantearte esa joya de argumento. 

Las feministas llevamos años, años, argumentando y explicando por qué lo trans y lo queer son contrarios al feminismo, hay toneladas de libros y artículos que no te has molestado en leer. Dices que la ley trans amplía derechos y nos los recorta. Supongo que porque los que perdemos las mujeres no los consideras derechos, derechos solo son los de los hombres a hacer lo que les salga de sus colgajos nada patriarcales. Supongo que te refieres a los derechos humanos que mencionaba ayer la ministra, el derecho humano a ser lo que te parezca, siempre que tenga que ver con el sexo y no con la etnia o el dinero, claro. Porque los mismos que defienden que Emma Colao es una señora son los que denigran por falsaria a Rachel Dolezal (una blanca que se siente negra) o se reirían si yo fuera al banco a reclamar los millones que siento que me pertenecen. Porque es un derecho humano performar a las mujeres, pero a nadie más. Ser mujer no es un sentimiento, ni una performance, ni una peluca de quita y pon. Es una realidad biológica y material que desde hace más de diez mil años conlleva unas cargas y estereotipos que son los que el feminismo quiere erradicar y los que esta ley sublima. El sexo no se asigna, Javier, se observa, y tener que decir esto en pleno siglo XXI da una idea de la alienación y la estupidez generalizada en que vivimos, mientras os reís muy fuerte de los terraplanistas. 

Te voy a contar yo otro caso también. Jonathan de Jesús Robaina es un tío que con 21 años ya era conocido por acosar a mujeres. Porque le resultaba difícil ligar, pobre incel, y solo reclamaba su derecho humano a tener sexo con nosotras, que para eso estamos. Obsesionado también con su prima, un día decidió que ya estaba bien y entró en su casa mientras ella dormía, le asestó 30 martillazos en la cabeza, la asfixió con un cinturón y después la violó. Y ahora Jonathan dice que se siente mujer y se llama Lorena, y por supuesto, reclama su derecho humano a ir a una cárcel de mujeres. Mujeres que según tú no tienen derecho a no compartir espacio con un asesino y violador de mujeres, como ya sucede en Canadá, USA, UK, etc.

La derecha vendrá por la autopista que le estáis abriendo la izquierda neoliberal y terraplanista que se centra exclusivamente en los sentimientos y en los deseos, especialmente en los que se basan en la explotación de mujeres: compra de niños, prostitución, pornografía. A las mujeres no nos preguntan nuestros pronombres antes de violarnos o asesinarnos, Javier. Ah, y espero verte el 1 de mayo reclamando muy fuerte que obreros y empresarios se centren en lo que les une y marchen unidos.

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