Si apoyas la ley trans, enhorabuena. Eres progre

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Si apoyas la ley trans, enhorabuena. Eres progre. Estás en el lado correcto de la historia. Sabes que los derechos trans son Derechos Humanos y que los derechos trans ni se debaten, ni se cuestionan ni se discuten. Eres progre, abierto/a/e, plural, tolerante, de esos que están avanzados a su tiempo, de esos que aceptaron de primeras lo que la evolución lógica de los acontecimientos dará por bueno un tiempo después, o eso crees.

Te sientes, defendiendo a las personas trans, un/a verdadero antifascista. Te sorprendes de cuántas feministas y personas que se dicen de izquierda se manifiestan en contra de esta ley. Pero son todas fascistas. Fueron rojas en su día (perdón, “progres”, que tú eres posmo y no sabes qué es “ser rojo”) pero ahora se han quedado gagá. No sabes muy bien qué les ha pasado, pero, de repente, todas son fachas, tránsfobas, terfs; aliadas todas de la Conferencia Episcopal, pues dicen lo mismo que el tío aquel del autobús de HazteOír.

Ellas te dicen que cómo van a ser fachas, si de toda la vida han sido comunistas o socialistas; si no es que sean ateas, sino que directamente son anticlericales –al menos, muchas de ellas– y que están de acuerdo con eso de que la Iglesia (o mezquita) que ilumina es la que arde, al menos, metafóricamente. Pero da igual. Son fachas y tú lo sabes porque eres muy listo/a/e. Son peor que Hazteoír. Esa es tu verdad. Y esa verdad es indiscutible porque tú eres progre, de los más evolucionados de la historia, un adelantado a su tiempo que sabe que las personas trans son el colectivo más oprimido de la historia y el gobierno más progresista de la historia por fin les va a hacer justicia y hacer efectivos los derechos que el colectivo trans no tiene.

Y la terfa de turno –que se te presenta como atea, republicana, feminista y lesbiana pero que tú sabes que en realidad es creyente, monárquica, hetero, racista y burguesa– te pregunta que cuáles son esos derechos que las personas trans no tienen y sí les reconoce esta ley. Quiere que se los enumeres. Y tú no se los enumeras. Sabes que es una provocación y que es tonta, y que se ha escapado de un convento… y… a decir verdad… ahora mismo te pilla en blanco, pero tú aguantas el tipo, que la mala es ella. Así que la llamas terfa, y ya está. Ella te dirá que está de acuerdo con que existe discriminación hacia las personas transexuales y que encuentra oportuno hacer políticas que la neutralicen, pero que la ley trans que tú defiendes no va de eso sino de la libre autodeterminación del sexo registral. Es decir, que cualquier persona se registre del sexo contrario, si quiere, por el motivo que encuentre oportuno, que no tiene por qué ser, siquiera, disconformidad con el propio sexo biológico y sin prever modificación alguna al respecto. En eso consiste la ley trans que nada tiene que ver con lo que cualquier persona entiende por ser transexual, pero eso a ti te da igual, porque eres progre, evolucionado y empático y un tipo así no presta oídos a las explicaciones de una feminista trasnochada, aunque te diga una verdad obvia.

Tú sabes, aunque sin pruebas, que son las mismas que se oponían al matrimonio gay y que creen que ser homosexual es una enfermedad. Da igual que te contesten que ellas mismas son lesbianas o bisexuales, que apoyan el matrimonio gay hasta el punto de que muchas de ellas tienen esposa. Da igual que esas terfas lleven 20, 30, 40 y hasta 70 años militando activamente en la izquierda y en el movimiento feminista. Da igual que ellas hayan sido quienes directa y a veces personalmente hayan hecho posibles y efectivas la legalización del divorcio, ley del matrimonio homosexual, la ley de la interrupción voluntaria del embarazo… Da igual que hayan sido las más férreas opositoras a la derecha cuando ha gobernado. Da igual que hayan sido las que han parado la supresión del derecho al aborto y hayan hecho caer al ministro que la pretendía en medio de una de las mayorías absolutas conservadoras más estables y recias en cuanto a lo que regresión de derechos se refiere. Son fachas. Todas las feministas contrarias a la ley trans son fachas. Marxistas o socialdemócratas, republicanas, ateas, defensoras de lo público, de las libertades sexuales y de los derechos del propio colectivo transexual. Eso no importa. Tú sabes que son terfas. Son malas, carecen de empatía. Son la reencarnación misma de Pilar Primo de Rivera. Eso si tú supieras quién fue esa, claro. Son fachas. Y tú lo sabes. Porque eres progre. Y porque sabes decir “todos los derechos para todas las personas”, aunque sea una frase sin sentido, como tantas otras.

Resulta que esas feministas viejas no sólo son las responsables de todos tus derechos sexuales y reproductivos, de tus libertades sexuales, de que puedas manifestar libremente tu orientación sexual, de que puedas gobernar tu vida libremente, también argumentan -será posible- en contra de la ley trans. Y presentan documentos, cientos, y debates y coloquios y enmiendas de por qué se oponen a la ley trans. Demuestran que es una ley misógina, conservadora y sexista y que, además, precisamente, perjudica la atención –no patologizante, por cierto– al colectivo transexual.

Resulta que explican que se oponen al reconocimiento del género como identidad. Lo hacen porque saben que el género es una normativa social patriarcal que perpetúa el desequilibrio entre los sexos y la dominación de las mujeres y que su reconocimiento como identidad no amplía los derechos de nadie, sino que refuerza la desigualdad entre los sexos. Resulta que explican que es sexista suponer –como consideran los protocolos de detección de la transexualidad en la infancia– que si un niño lleva el pelo largo y juega con muñecas y tiene más amigas que amigos es una niña. En su lugar, defienden infancias libres de estereotipos sexistas. También explican que esta ley borra a las mujeres y borra a la homosexualidad. Explican que si ser mujer ya no depende del sexo y cualquier persona puede autodeterminarse mujer, las leyes destinadas a corregir la desigualdad entre los sexos carecerán de sentido y efectividad. Y así han escrito cientos de documentos, desgranando artículo a artículo de cada borrador, anteproyecto y proyecto de ley trans desde hace cuatro años.

Pero tú eres progre y no los vas a leer, porque tomar en consideración eso es de fachas. Porque las personas trans saben muy bien que lo son y eso es incuestionable. Y lo saben a ciencia cierta tengan tres años o se den cuenta, de repente, a los 60, de que son trans. Lo saben. Y además todo el mundo tiene derecho a ser quien quiera ser. Y tú, como eres súper abierto, ¿cómo no vas a comulgar con que toda persona tiene derecho a ser feliz siendo como se siente? Y la feminista de turno, tan malas como son, te dirán que si todo el mundo tiene derecho a ser quien es, y ella se siente millonaria, por qué no va el gobierno más progresista de la historia y le pone unos cincuenta millones en su cuenta corriente. O por qué no puede tener 20 años menos de los que delata su DNI si ella se siente joven. Y lo cierto es que tú, que eres queer y vas a tope con lo del género, no sabes muy bien por qué el género se puede reconocer como identidad y modificar según una percepción subjetiva e inverificable y la edad o la clase no, pero da igual. Ella es TERF y con eso basta para no tomar en consideración sus objeciones. No hace falta que intentes razonar y debatir. Tú eres progre, y estás en el lado correcto de la historia.

De aquí a diez años tal vez haga ocho o nueve que se aprobó la ley trans. Y habrás visto que eso que decían esas viejas de que algunos hombres se autoidentifican como mujeres para cumplir condena en cárceles femeninas ha ocurrido y algunas reclusas han sido violentadas. A lo mejor has visto ya a chicas postadolescentes con sus pechos amputados que dos o tres años después habrán denunciado al Estado por permitirles tomar una decisión tan desacertada como transitar a hombre cuando en realidad sólo necesitaba algo de tiempo para amar sus cuerpos y tal vez aceptar su orientación sexual lesbiana con la que ahora se siente cómodas y orgullosas. Quizá conozcas algún caso de un violento machista que, llamándose Antonio, siendo orgullosamente macho, en su DNI pone que es mujer porque aprendió que “con la ley esa de los socialcomunistas si te declaras mujer, puedes seguir siendo hombre con la ventaja de que, si maltratas a tu mujer, te cae una falta por violencia doméstica y no los agravantes por violencia de género que se inventaron las feminazis.”

Y entonces, tal vez, empiecen a llegar denuncias al Estado por la inseguridad jurídica provocada. Entonces, tal vez, sean los propios colectivos de personas transexuales los que se desmarquen de una ley que en nada les ha beneficiado y que también les ha borrado, pues el derecho a cambiar la mención del sexo registral ya no será un derecho para las personas que acrediten disforia de género sino para cualquier sujeto al que se le antoje y con las finalidades más variadas e injustas. Y entonces dirás que era imposible saber eso, que nadie podía prever un desencadenamiento tan perverso de los acontecimientos. Y la feminista de turno, tan persistente como son, te sacará textos de 2018, 2019, 2020, 2021, 2022… donde ya advertían sobre ellos, porque lo que tú verás entonces pasó 15 y 20 años antes en otros países. Y ellas lo documentaron. Y tú dirás que no lo recuerdas, que si tan claro lo veían por qué no advirtieron a la población. Y ellas te contestarán que lo hicieron, que lo hicimos, pero que tú estabas muy ocupado llamándonos fascistas. Pero nada importa, porque tú eres progre, y estás en el lado correcto de la historia apoyando al gobierno más progresista de la historia. Lo que viene siendo un héroe.

6 COMENTARIOS

  1. Gracias, miles y miles de gracias. Algunas no estamos solas. Pero echamos de menos una voz amiga, de izquierdas, progresista, del partido o del sindicato, una prensa implicada, quienes no nos amenacen con multas o prohiban que sepa lo que ocurre, que diga no en su nombre, en el tuyo, en el de la adolescente que ves sufrir y has visto transformarse en meses y que sabes que lo que quiere será mas dolor.

  2. Querida Ana, creo que es sublime. Este artículo tiene que llegar a todo el mundo, que para eso lo has hecho, para que llegue a la gente de a pie. Ese es el camino. Desde La Volaera, vamos a difundir por todos lados.
    ¡¡¡Muchísimas gracias primor!!!
    ¡¡En nombre de todas!!
    Eres de las IMPRESCINDIBLES

  3. Me ha gustado tu artículo.
    En el penúltimo párrafo expones algunos ejemplos hipotéticos, pero probables, de catastróficas consecuencias si se dieran. Yo, que no me considero suficientemente documentado para tener una opinión clara sobre esta ley, veo de antemano muchos ejemplos más mundanos incluso: un opositor que se inscribe como mujer para beneficiarse de los cupos de reserva de plazas o enfrentarse a unas pruebas físicas más asequibles en procesos selectivos para policía/bomberos/militares, un hombre que se apunte al gym y se declare mujer duchándose en el vestuario femenino… No sé, son sólo unos ejemplos -no sé si acertados- de los «pequeños» problemas que se tendrán que estudiar antes de validar una ley tan estúpidamente ideologizada y que no tiene en cuenta en su elaboración a quienes pretende proteger.
    Un saludo.

  4. Efectivamente yo soy uno de esos «progres» (jamás me he denominado así) que tan burdamente caricaturiza el artículo y como tal no voy a dedicar tiempo a rebatirlo, sino a señalar una otra cosa independientemente de la idea principal:
    «con la ley esa de los socialcomunistas si te declaras mujer, puedes seguir siendo hombre con la ventaja de que, si maltratas a tu mujer, te cae una falta por violencia doméstica y no los agravantes por violencia de género».
    ¿Pues no está bueno eso de que por tu género la pena por maltratar a tu pareja sea mucho menor? Si algo tuviera sentido a ese respecto sería igualar los procedimientos y efectos de esa ley a cualquier víctima independientemente de su género, y sí, a la alta, extendiendo lo que se aplica a criminales masculinos a todos los demás.

    • No, no es burdo. Y sí, sí eres unos de esos «progres» reaccionarios, y un «señoro» de los que defienden a capa y espada la basura queer; queda en evidencia por todo lo que comentas. Queréis defender a toda costa teorías acientíficas y reaccionarias que sirven al capital, pero os encontraréis con la respuesta de la gente de izquierdas y feminista

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