El gobierno de Argelia ha anunciado la realización de ejercicios militares conjuntos con Rusia en noviembre.
Las operaciones serían en Béchar, en el sudoeste del país, muy cerca de la frontera con Marruecos, y también limítrofe con la provincia de Tindouf, refugio de los desplazados saharauis y el Frente Polisario.
El anuncio se ha dado en el marco de la visita del ministro argelino de Exteriores, Ramtane Lamamra, a Moscú. Que ha aprovechado la visita de la Liga Árabe a Rusia para mediar en el conflicto ucraniano, para tener un encuentro bilateral con el Canciller ruso Sergei Lavrov, y en la que también participó el jefe del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrouchev..
La nota argelina sobre la reunión habla de fortalecer las relaciones estratégicas entre ambos países, mencionando «Las conversaciones se centraron en los ejes más importantes de la confederación entre ambos países y las perspectivas de su fortalecimiento en varios campos».
Este movimiento estratégico de Rusia se da en un momento en el que Europa ve a Argelia como un sustituto importante para las importaciones de gas ruso. Con Italia jugando un papel diplomático destacado en ese sentido.
Pero a su vez, en una escalada de las tensiones y hostilidades con Marruecos, con quien ha roto relaciones diplomáticas, la reactivación del conflicto armado en el Sáhara Occidental, y la crisis diplomática con España por el cambio de postura de su gobierno, que ahora legitima la ilegal invasión marroquí sobre su ex-colonia.
Rusia hace patente con ello que lejos de estar internacionalmente aislada, como reza el relato oficial, el conflicto es realmente con la OTAN y sus satélites, tocando a un país estratégico para occidente como Argelia.
