El «Great Reset» definido en la reunión anual del WEF (Foro Económico Mundial) en Davos (Suiza) en 2020, en palabras del fundador, Klaus Schwab: “La pandemia representa una rara pero estrecha ventana de oportunidad para reflexionar, reimaginar y reiniciar nuestro mundo», las élites económicas lo tienen claro para seguir manteniendo la explotación, un insostenible agotamiento del modelo de desarrollo neoliberal, artificialmente soportado en un creciente endeudamiento y en la sobreexplotación de mano de obra barata.
Hoy día nos enfrentamos a un reduccionismo dominante de corte desarrollista que considera como agente causal de la pandemia exclusivamente al coronavirus sin considerar la disminución de la biodiversidad, el cambio climático, el recalentamiento global y los abusivos Tratados de Libre Comercio impuestos, Andreas Malm en su libro: «Corona, Climate, Chronic Emergency. War Communism in the Twenty-First Century» (Verso 2020) conecta directamente las pandemias, el cambio climático y el capitalismo ya que las epidemias de las últimas décadas y el cambio climático no son procesos paralelos, sino entrelazados.
Es decir la explotación por parte del modo de producción capitalista que denunciaba Marx en el siglo XIX: «La producción capitalista, por consiguiente no desarrolla la técnica y la combinación del proceso social de producción sino socavando, al mismo tiempo, los dos manantiales de toda riqueza: la tierra y el trabajador.» El Capital, tomo 1, vol 2.
En 1981 Margaret Thatcher pronunciaba una frase para la posteridad que desvelaba el sentido del proyecto neoliberal del que participaba: «la economía es el método, el objetivo es cambiar el alma». La mandataria no engañaba a nadie, la razón neoliberal intenta convertir al capitalismo en el estado «natural» de la especie humana. Y fiel a este ideario el capitalismo multiplica soluciones dirigidas por su misma lógica extractivista. Les es necesario llegar hasta donde se conectan las cadenas de producción; identificar los territorios, las relaciones, los bienes comunes en nuevas estructuras de relación colonial centro-periferia.
Fieles a Shumpeter, creador del concepto –creative destruction– fenómeno de creación e incentivos bajo el motor de las dos instituciones en que se funda el capitalismo: propiedad privada y mercado libre. Schumpeter definió la destrucción creativa como “el impulso fundamental que pone y mantiene en marcha el motor capitalista proviene de los nuevos bienes de consumo, de los nuevos métodos de producción o transporte, de los nuevos mercados…«
Van a por todo
En el esquema contenido en The Great Reset se realizan combinaciones que se definen por
- Un interés de captar globalmente el ahorro privado tanto de capital como del trabajo de individuos -inversiones definidas para el pago de sus retiros y pensiones para capturar este volumen de fondos de las finanzas del Estado con tres armas mortales:
- Subida en las tasas de interés e impuestos y en su defecto.
- Imponer la expansión monetaria, poner más dinero en circulación.
- Recurrir a prolongar la edad de jubilación junto a la parcial privatización de las formas de cotización a la Seguridad Social y ponerlo en manos de grandes operadores internacionales: la Mochila austriaca.
- Con la excusa de las restricciones pandémicas de acceso al puesto laboral profundizar la transformación del empleo a nuevas formas de explotación y apropiarse de la plusvalía generada por la fuerza de trabajo: el Teletrabajo.
- Para asegurar la existencia de una tasa de beneficio máxima propia: la malintencionada «Sostenibilidad» como variable fundamental de la ventana de oportunidades abierta por la pandemia, concepto llamativo en las declaraciones de multinacionales y élites corporativas en su insistencia. Es la excusa que justifique medidas extraordinarias de otra forma impensables, que el miedo y el caos creado por la pandemia diluyan la interpretación sobre el origen de los problemas acumulados: el propio sistema de producción capitalista, de tal forma que los ciudadanos acabarán por aceptar que la inflación, los recortes salariales, las subidas de impuestos y los recortes en pensiones y gasto social son derivados de la pandemia.
- En la estructura de los mercados mundiales: sustitución y absorción de empresas y sectores a través de la destrucción creativa que facilite enormemente la concentración y centralización progresivas del capital con vistas a asegurar la existencia de una tasa de beneficio máxima.
- Afecta a los países en desarrollo la inversión financiera de las grandes corporaciones surgidas de la concentración, Stephen H. Hymer se centró en la actividad de tales emporios multinacionales en su trabajo: «The International Operations of National Firms: A Study of Direct Foreign Investment» y concluyó que las inversiones directas son movimientos de capital asociados a las operaciones internacionales de las empresas, cuyo fin principal es hacerse con el control de la producción. Este control permite eliminar competencia nacional, apropiarse de las rentas derivadas o de capacidades como por ejemplo, mano de obra cualificada, materias primas baratas, acceso al mercado de capitales y tecnología.
El supuesto liberalismo comercial defendido por los acuerdos del GATT (General Agreement on Tariffs and Trade) para eliminar aranceles y favorecer el comercio «equitativo» según el principio de reciprocidad pero lo único que favorece es la exportación de capital del primer al tercer mundo.